El arte del sexo -
Capítulo 93
Capítulo 93:
Daviana aplana los labios sintiéndose un poco tensa.
– ¿Qué pasa? -Michele se aleja un poco de ella para poder verla a la cara -. ¿Ocurre algo, Daviana?
Ella traga saliva mientras mira fijamente eso ojos verdes.
– No, todo está bien -sonríe un poco.
Michele no le cree una sola palabra, pero decide dejarlo quizás no era momento de interrogarla. El CEO cierra la llave y con ella en brazos sale de la ducha, camina con Daviana hacia la recámara y así mismo se tumba en la cama con ella.
Observa como Daviana lo mira con aquellos ojos de asombro mientras que se cuela entre sus muslos mojados.
– Estamos mojando la cama.
– Eso no tiene importancia, ¿o sí? -A Daviana se le ilumina el rostro justo después de sus palabras-. Yo solo quiero follar contigo, no me interesa si la cama esta mojada.
Nuevas novelas completas, solo en NovelasFree.org.com.
El pelinegro frota su polla contra el coño de Daviana llevándola a arquear su cuerpo y abrir sus labios.
– Casi siempre follamos en el baño, no quiero que pienses que no me gusta coger contigo en la cama.
– Yo… Yo no he pensado eso -gime con los ojos cerrados.
Michele besa el cuello de Daviana mientras habla con ella con voz sensual. El CEO toca su cuerpo y poco a poco le saca la camisa mojada que llevaba puesta, en lo que ve sus tetas desnudas se lleva uno de sus pezones a la boca y empieza a chupar con fuerza.
– ¡Ah! ¡Ah! -su cuerpo tiembla ante el contacto -. Michele -se aferra a su cabello al mismo tiempo que frota su coño contra la polla de él –.
Por favor…
Muerde sus labios cuando siente que el mordisquea levemente la punta de su pezón, luego siente que la lengua de ese hombre hace pequeños círculos alrededor de su pezón que la enloquece.
La lengua de Michele era tan tibia que le quemaba la piel, pero le encantaba lo que le hacía sentir. Era inevitable no sentirse de esa manera, las caricias de Michele era una locura para su piel. Toda ella reaccionaba ante él, era como si hubiera nacido para que ese hombre la tocase.
– Michele me siento tan mareada.
En ese momento todo su cuerpo flotaba en el aire, el nivel de calentura en su interior era abrumador. Era demasiado, y con él besándola de esa forma era peor. Esa cualidad que empleaba para hurgar su piel era increíblemente asombrosa.
Podía sentir que se correría tan solo con él tocándola. Termina por morder su boca y arquear un poco más su Columna justo cuando él baja justo por el centro de su cuerpo, al llegar a su ombligo se detiene e introduce la lengua en el pequeño agujero.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar