El arte del sexo
Capítulo 58

Capítulo 58:

– Es que…

– Nadie va a entrar-musita mientras desliza sus manos por sus muslos interiores.

Ella se alerta cuando sus dedos alcanzan la ranura de sus bragas, mientras filtra sus dedos por debajo de la tela de sus pantaletas, Michele no le quitaba los ojos de encima. Brillaban más de la cuenta.

-Daviana, ¡estás muy mojada! -su afirmación la afecto, pero también la encendió bastante.

Posteriormente a eso, siente que uno de los dedos de su jefe se introduce en su interior consiguiendo que ella cierre los ojos e incline la cabeza hacia atrás.

– ¡Ahhh! Michele… -gime con voz muy baja pero placentera.

El CEO masturba el coño de Daviana al mismo tiempo admira sus facciones de goce, podía estar tensa o temerosa de ser descubierta, pero ella estaba muy excitada. Michele muerde sus labios al verla jadear con voz muy baja, frunce el entrecejo al sentirla muy caliente por dentro.

– ¡Oh! Daviana, tu coño me vuelve loco -gruñe.

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Aparta un poco más sus muslos dejando expuesta su zona V, hace a un lado sus pantaletas exponiendo los labios de su coño, era tan erótico practicarle sexo oral a su secretaria sobre su escritorio.

Se acerca a su coño y al tenerlo a escasos centímetros lame sus labios superiores sintiendo como Daviana se sobresalta ante el ataque. Con ambos dedos pulgares entreabre su vagina y termina por meter su lengua en su interior rosado y húmedo.

– ¡Ah! -ella pega un brinco -. Por favor, deténgase…

Pero sus palabras solo fueron eso, ¡palabras!

Daviana comenzó a sujetarlo del cabello con una mano y con la otra se aferraba al orillo del escritorio, Michele rodó la silla hacia aquel cuerpo hirviendo para afincar su boca contra los labios de ella.

– Noooo… por favor, basta -gime con voz alta.

Pero él no se detuvo, siguió chupándole el coño provocando un sonido grotescamente erótico y lujurioso… Daviana inclina el cuerpo un poco más hacia atrás y Michele aprovecha para meter su lengua en su cuerpo succionando a la vez su interior.

– ¡Ay, joder!

Exclama derrumbándose sobre el escritorio por completo, ella se aferra con las manos por debajo de sus rodillas para abrir más las piernas al sentir como aquel orgasmo avasallante se apodera de todas las funciones de su cuerpo.

Daviana muerde sus labios para reprimir aquel grito que estaba atorado en su garganta, el orgasmo era tan fuerte que tensa todo el cuerpo para evitar que se saliera de control aquellos instintos que desconocía.

Abre los ojos de par en par cuando se descarga por completo en la boca de su jefe, traga saliva cuando él se separa de su coño llevándola a sentir esa ausencia espantosa en su cuerpo.

Segundos después, Michele alza su cuerpo para dejarla sentada sobre el escritorio, envuelve su cintura con los brazos estrechándola contra su fuerte cuerpo.

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