El arte del sexo
Capítulo 42

Capítulo 42:

– Si -camina hacia ella lentamente, de su boca expulsaba vapor debido a las bajas temperaturas -. No solo será sexo de una noche como lo estás pensando, o follaremos en mi oficina un día y se acabó todo.

Daviana frunce el ceño.

– Te quedaras en mi casa, haciéndome compañía durante el tiempo que mantengamos relaciones sexuales – Daviana ensancha la mirada -. Esa es una, la siguiente seria que no podrás salir, follar, besarte, ni ser tocada por otro hombre…

– ¿Qué dice? Pero si yo… -niega ante ese hecho.

– Son condiciones fáciles de cumplir, así que será mejor que vayas diciendo si tienes novio o esposo. Si me mientes te aseguro que te descubriré, y quedaras pagando una enorme cantidad de dinero a mi persona, supongo que eso no te agradara cuando tu hermano se encuentre mejor.

Ella pestañea puesto que ese hombre no se andaba por las ramas, era un negociador nato y encima de eso parecía ser como aprensivo.

– No tengo pareja, señor Gershon…

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– Muy bien, muy bien -se detiene a pocos centímetros de ella -. Entonces nadie te espera en casa-ella niega bajando un poco la mirada -. Lo vamos a confirmar esta noche -Daviana levanta la mirada para ver esos ojos verdes bastante brillantes.

– ¿Esta noche?

-Si me aceptas la propuesta, iremos en este memento a pagar lo que haga falta para el traslado de tu hermano a una de las mejores clínicas de la ciudad, allí lo van a estudiar para que luego lo operen. Sin embargo, esta misma noche quiero confirmar si alguien te está esperando en casa.

La vida de Arthur estaba prácticamente en sus manos, su jefe iba a correr con todos los gastos y hasta lo llevaría a la mejor clínica de la ciudad, su atención sería la mejor y ya no pasaría tanto trabajo.

Sin embargo, porque se lo estaba pensando tanto…

Por otro lado, era un hombre bastante cauteloso con eso de querer confirmar que no existía un hombre en su vida. Era evidente que no deseaba que le viera la cara de idiota, lo que él ni sospechaba era que él había sido el único hombre que la ha tocado de la manera tan íntima que lo hizo.

– Tu silencio me dice que no deseas aceptar -Daviana observa a su jefe fijamente, ¿Cómo K le hacia una propuesta como esa a mitad de un estacionamiento?

– Si sabe que es una propuesta bastante desalmada -Michele permanece callado.

– ¿La aceptaras o no? -insiste seriamente. Daviana siente mucha presión, y eso la estaba abrumando.

No obstante, ¿Dónde más iba a recibir una oferta como esa? Era claro que en la empresa no daban adelantos ni mucho menos préstamos, y para lo que seguramente necesitaba era imposible que lo encontrara de la noche a la mañana.

Arthur podía morir en cualquier momento, y la deuda en el hospital crecía cada día. No lo olvidaba, le debía al hospital y al doctor; era demasiada carga para una joven de apenas 23 años.

Por otra parte, si aceptaba, era como si estuviera vendiendo su cuerpo por dinero para salvar la vida de su hermano… y lo cierto era que, ese pequeño se lo merecía, no importaba lo que sucederá con ella.

– Está bien, acepto tener sexo con sexuado con usted señor Gershon…

La mirada de Michele se transformó bajo aquella noche helada, sus ojos brillaron con gran intensidad.

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