Divorcio en peligro, el CEO perdió la memoria -
Capítulo 63
Capítulo 63:
Descartó a todos sus conocidos, no se pondrían en peligro. Entonces tenía que ser alguien que no tuviera nada que perder o… Los ojos de Dorian se abrieron de pronto. O alguien que no estuviera en todas sus capacidades como para denunciarlo.
Acaso… era demasiado fácil. Quizás por eso mismo. Nunca lo hubiera imaginado sino fuera porque se había quedado sin opciones demasiado rápido.
“Oye, teclea este nombre”, tragó en seco.
El hombre hizo lo propio y mientras la pantalla cargaba el corazón de Dorian palpitaba nervioso en su pecho, hasta que en la pantalla salió una ventana con… un resultado positivo.
Con razón no había encontrado resultado. Nunca se imaginaría que compraría una isla bajo el nombre de su madre.
Dorian se sentía estúpido. Cuánto tiempo había perdido pensando en otras posibilidades y en la más fácil no le había pasado por la mente. En ese momento cada segundo era primordial. La seguridad de Elena estaba colgando de un hilo, y no solo de ella.
“Ah, demonios”, maldijo dejando caer su rostro entre sus manos.
Se sentía tan frustrado con aquello y aunque estaban ya en el helicóptero en dirección a la isla no podía quitarse de la cabeza que a Elena le pudiera pasar algo.
“Es mejor que se calme y espere. Toda va a ir bien”, León a su lado la daba ánimos, aunque él también estaba nervioso con el resultado. Cualquier cosa que pudiera salir mal pondría en peligro el hijo de su jefe y además de eso.
“¿Después de esto tiene intenciones de contarle la verdad a su esposa?”, la pregunta fue directa.
Dorian alzó un poco la cabeza con el ceño fruncido.
“Es lo que pretendo, pero no sé cómo lo va a tomar. Mentí sobre mi amnesia para comenzar desde cero intentando reparar nuestra relación y mejoró hasta cierto punto, pero… ah, todo se ha ido a la mi%rda, Si solo le hubiera dicho las cosas desde el primer momento. Si solo no hubiera querido mantenerla alejada de todo como en una jaula de oro…”, suspiró.
A su lado León no podía decir nada. Había visto tanto la frustración de uno como de otro. A su jefe le había gustado Elena desde hacía mucho, incluso antes de la fiesta cuando la había visto de lejos, solo no le imaginó que sus caminos se reunirían en un momento demasiado complicado.
Ahora solo quedaba intentar arreglar aquello y ver como se desarrollaban los eventos. El helicóptero de ellos iba seguido de dos más junto con una lancha que les seguía el rastro en dirección a la isla que pronto tuvieron a la vista. Era momento de comenzar la operación.
Elena sintió como el auto se detenía y esta vez habían apagado el motor por lo que habían llegado a su destino. Había intentado soltarse de sus ataduras solo ocasionándose heridas en sus muñecas.
Había pensado incluso en saltar y esconderse, pero en su estado las heridas podrían ser un paso peligroso y además, podría ser alcanzada rápido. Eso no solucionaría el problema. Quizás una vez en el lugar donde la llevaran podría encontrar alguna forma de escapar.
“Vamos, es momento de entrar”, detrás de ella Markus entró y la enderezó con fuerza para sacarla del vehículo.
Tras tanto tiempo en la misma posición las piernas de Elena estaban algo débiles y se tambaleaba. Su atención pronto se fijó en la construcción delante de ella.
No era una lujosa mansión de varias plantas, más bien era una casa, grande de un piso, de grandes cristales que ayudaba a que se fundiera con su alrededor. El interior estaba a oscuras y para llegar primero debían pasar el camino de piedras con un pequeño lago debajo.
Elena tragó en seco. Parecía que eso era lo único que estaba alrededor, incluso se habían alejado de la playa, por lo que si se diera a la fuga podría perderse en medio de la nada a su suerte. Markus la había aislado completamente de todo.
“Vamos”, el hombre tiró de ella para que caminara obligándola a ir al interior.
Elena no quería y puso resistencia con todas sus fuerzas. Si entraba allí a saber que podría ocurrirle.
Su ceño estaba dolorosamente fruncido e ignoró lo fuerte que la estaba sujetando, tanto que de seguro quedaría una horrible marca sobre su piel.
Markus se mostró notablemente molesto debido a esto y alzó la mano para golpearla cuando se escuchó el sonido de un disparo. Menos de un segundo después gotas de sangre salpicaron el rostro de Elena y esta fue empujada hacia atrás cayendo de nalgas.
“No se mueva”, ella escuchó en medio del grito que dio Markus que se agarraba la mano completamente ensangrentada después que una bala la atravesara.
De repente varios hombres vestidos de negro comenzaron a aparecer de todos lados y los estaban rodeando. Era demasiado rápido todo, pero dado los acontecimientos solo alivio la pudo invadir.
“Elena”, escuchó una voz familiar detrás de ella y al mirar sobre su hombro vio como Dorian iba acercándose a ella pasando por al lado de los hombres.
Una sonrisa de alivio se mostró en el rostro de la mujer y se levantó ignorando el dolor en su cuerpo para reunirse con él, pero algo la agarró del cabello y tiró de ella hacia atrás.
“No se acerquen”, el brazo de Markus que tenía la mano herida rodeó el cuello de Elena y la presionó contra él mientras ponía la boca de una pistola contra la sien de ella.
Dorian se tensó y León tuvo que agarrarlo de la mano para que no diera algún paso que pudiera poner en peligro a su esposa.
“Suéltala”, exigió, pero eso solo causó que Markus retrocediera.
Definitivamente se notaba que no había planeado nada de aquello, sus planes habían salido mal. Incluso el chofer de la camioneta estaba contra el suelo con un hombre sobre él que le agarraba las muñecas detrás de la espalada. Solo que quedaba un camino.
“Si no me dejas ir le vuelo la cabeza”, apretó más la pistola contra Elena que se había vuelto pálida.
“No hagas ninguna locura Markus”, Dorian gruñó con el corazón latiéndole a mil en su pecho. Estaba aterrado que detonara el gatillo.
Elena temblaba nerviosa por la situación, pero había notado que más que ella, Markus temblaba mucho más, y además estaba inestable, El brazo alrededor de su cuello no la sujetaba con tanta fuerza dado que su mano sangraba de forma alarmante. Quizás tendría una alternativa, pues no tenía intenciones de irse con él.
“No hagas más complicado esto. Te lo advierto, suelta a Elena y podemos resolverlo de forma más pacífica”, Dorian tenía los ojos inyectados en sangre
Había notado como sus hombres se estaban moviendo sigilosamente a pocos metros por detrás. El hombre se rio en su cara.
“¿Me tomas por idiota? en cuanto tengas la oportunidad harás lo que te da la gana. Eres mi hijo, te conozco”, Markus le gritó.
“Al parecer no, porque si no supieras que averiguaría rápidamente sobre este lugar”, Dorian negó con la cabeza.
Y tras decir eso e inestabilizar a Markus con sus palabras, Elena aprovechó y alzando su brazo apretó la mano del hombre haciendo que este diera un grito de dolor.
Aprovechó y se empujó hacia abajo para estar fuera del área de la pistola y escuchó como varios hombres se amontonaban por detrás de ella cayendo encima de Markus. A él no le había dado tiempo a disparar.
Ella miró por encima de su hombro jadeando viendo como lo esposaban mientras él soltaba miles de maldiciones, y ella solo pensaba… ¿Ya se ha terminado? ¿Tan fácil? Más no tuvo tiempo de buscar una respuesta.
“Elena”, tras la mención de su nombre fue girada. Los brazos de Dorian la envolvieron de forma protectora.
“Dios, al fin te tengo de nuevo” había sumo alivio en su voz.
Elena lo sintió temblar contra ella y con una lágrima corriendo por su mejilla le respondió el abrazo. Se sentía bien estar allí.
Elena se dejó cargar por Dorian que simplemente le dijo algunas cosas a León antes de encaminarse en dirección a donde el helicóptero estaba oculto.
“Puedo caminar”, le dijo ella dado que debían caminar un poco, sin embargo, Dorian se negó y la abrazó más fuerte contra él.
“Descansa, el viaje de regreso es un poco largo”, el cuerpo de él estaba notablemente tenso.
“¿Estás molesto?”, ella tenía la cabeza recostada contra su hombro dejando su peso contra él, le había dicho que podía ir por sus medios, pero a quien engañaba, estaba realmente agotada.
Él negó.
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