Divorcio en peligro, el CEO perdió la memoria -
Capítulo 55
Capítulo 55:
Se acercó a él haciendo el menor ruido posible y admiró su rostro donde había ojeras marcadas debajo de sus ojos y su seño estaba fruncido a pesar de estar durmiendo. Llevó un dedo a esta zona y lo presionó levemente.
Este se relajó ante el tacto de ella, así como la expresión de su rostro pareciendo que ahora pudiera dormir más tranquilo al sentirla cerca. Se sentó en butacón del frente a él aún estaba el té que no había tomado antes encima de la mesa. Y aunque al lado había bocadillos no tomó ninguno.
Aún con todo lo molesta que estaba había tenido náuseas desde por la mañana, pero se lo atribuyó a toda la situación.
Simplemente se tomó el té frío disfrutando el sabor de su boca sin separar la mirada de su esposo esperando que él despertara. Dorian abrió los ojos después de sentir que había descansado lo suficiente.
Al mirar el reloj de su muñeca se dio cuenta que apenas fueron dos horas lo que había dormido. Su oficina era su centro de trabajo principal y campo de batalla por lo que era normal que no pudiera relajarse del todo bien cuando tenía que estar alerta todo el tiempo.
Fue entonces que sintió una presencia que estaba junto con él en el lugar que hizo que girara la cabeza a un lado y encontró el cuerpo de su esposa sentada frente a él con las piernas cruzadas. Su rostro con una expresión neutral.
“Elena ¿Qué es esto?”, Dorian se incorporó en el sofá, pero antes que de que él pudiera seguir hablando un sobre fue arrojado entre ellos encima de la mesa.
“Lo sabrás cuando lo abras”, le dijo ella, a diferencia de otras veces Elena parecía peligrosamente tranquila.
Dorian agarró el sobre y lo abrió sacando los papeles que estaban ahí no tuvo que repasarlos más de una vez para saber de qué de qué se trataban
“Por lo visto cuando mencionaste el divorcio ibas en serio en serio”, sus ojos se entrecerraron y se volvieron de una plata fundida. Al alzar la mirada la fulminaron.
“No recuerdo haber mencionado el divorcio contigo”, la ceja de Elena tembló.
“Lo hiciste mientras estabas borracha. Me reclamaste sobre muchas cosas, sobre todo que te había dejado mucho tiempo en la casa desatendida, que por qué me había casado contigo, entre muchas cosas créeme que no me gustaría recordarte todo lo que dijiste, pero sobre todo lo que más me llamó la atención era que hubieras decidido divorciarte de mí”, explica.
Bueno ya no había vuelta atrás, él ya lo sabía.
“No me va a divorciar de ti todavía. Eso depende de lo que hagas y lo que digas”, entrelazó sus dedos sobre su regazo. Dorian ahora parece intrigado.
“No te voy a forzar que me digas ahora el resto de la historia. Me encontré con León afuera y al parecer el asunto es bastante serio. Me molesta bastante no estar informado del tema y prácticamente ser un cebo en todo esto, tu padre tu hermano y tú, y yo en el medio de las 3 pero me pediste una semana, él también y voy a ser una persona racional, no una obstinada.
Voy a esperar ese tiempo, pero después de eso si no me dices todo con lujo de detalles voy a firmar esos papeles y desapareceré de la casa”, por la forma que ella hablaba se notaba que no estaba jugando.
“¿Estás segura de esto?”
Elena alzó una ceja.
“Te voy a contar una cosa”, dado el brillo de los ojos de ella, Dorian supo que ella iba completamente en serio.
“El mismo día que tuviste el accidente, justo cuando me avisaron yo punto de firmar los papeles y ya tenía las maletas hechas, tenía las intenciones de salir por la puerta y no volver. Estaba realmente agotada de ser un objeto dentro de la casa y tener que estar soportando tu indiferencia constantemente”, dice.
“Soy una persona, y aunque me casaron por negocio mínimo merezco un poco de cariño, después de todo estuviste de acuerdo. Si no fuera porque León me llamó y te encontré inconsciente en aquella cama y además me hubiera pedido un mes hasta que te recuperaras no estaría ahora delante de ti”, termina de decir.
Esta vez Dorian fuerte apretó sus puños tanto que sus nudillos se volvieron blancos
“Al parecer vas en serio con esto, pero te prometo que no tengo intenciones que desaparezcas”, era lo mejor que podía decir en este momento.
Dorian estaba realmente choqueado por las confesiones de su esposa. Siempre había sido una persona tranquila esperaba con haber aguantado un poco más, pero la vida estaba llena sorpresas.
Y al parecer las cosas quedaron en un momento indeciso entre ellos, cada acción que realizaron desde ahora comprometería en su destino.
“¿Dormirás en tu cuarto o en el mío? Los últimos días habían estado compartiendo la cama constantemente tanto durmiendo como en diferentes actividades por lo que ahora a dormir sin ella podía parecer un poco incómodo”, le preguntó a Dorian cuando estuvieron delante de las puertas de sus habitaciones
A diferencia de todo pronóstico de Dorian y de lo que se imaginaba de la respuesta que esperó le diera la mujer ella simplemente inclinó la cabeza
“Déjame bañarme y después voy para tu habitación”, le dice Elena.
Eso lo sorprendió no se esperaba que ella quisiera dormir con junto con él por eso es que decía Elena era una persona impredecible.
A esa altura a Elena no le importaba si estaba haciendo lo correcto. Mejor era no pensar porque entre eso y el conflicto con sus sentimientos se estaba volviendo loca y debía ser fuerte en este tipo de situación. Dio un suspiro sintiendo como el agua caliente corría por su cuerpo.
Recordó que le había dicho a Dorian que iría a dormir con él. Lo más racional en su estado era mantener la distancia hasta que todo se solucionara, pero ellos aún estaban casados y no mentía, estar al lado de Dorian se sentía bien.
En su interior la esperanza que albergaba muy dentro de ella de que todo se solucionara latía sin darse por vencida. Al final solo lo dejaría correr todo.
Cerró la ducha y después de vestirse fue a la habitación de Dorian. La puerta no estaba cerrada por lo que entró.
Dentro el aire acondicionado ya estaba encendido y la luz apagada. Su esposo ya estaba acostado de un lado de la cama cubierto con la colcha hasta la mitad del cuerpo dejando su torso descubierto. Su rostro tranquilo y ojos cerrados. Ya estaba durmiendo.
Ella se acercó sigilosamente en la cama para acostarse con cuidado. No tenía intenciones de tener se%o con él cuando había aceptado ir al cuarto con él pero aun así una pulsada dentro de ella palpitó. Se acostó dándole la espalda y se cubrió esperando dormirse rápido.
No pasaron muchos segundos antes que el brazo de él pasara por encima de su cintura y pronto lo tuviera pegado a su espalda. Pudo sentir todo el contorno del cuerpo de él y supo por lo delgada que era su ropa que él no tenía nada puesto. No sería la primera vez.
Aparte de eso Dorian no hizo más nada. Le dio un beso en su nuca y la abrazó contra él, Elena no se resistió y dejó que él se acomodara contra ella encontrando que pronto el sueño la envolvió y se quedó dormida.
Elena pensó que dormiría bien pero nunca se imaginó que sintiendo los movimientos de Dorian en su espalda y ella desperezándose tuviera que salir corriendo en dirección al baño.
Las ganas de vomitar la habían asaltado y le quitaron todo sueño dejado todo lo que tenía en su estómago del día anterior en el inodoro. Dorian pronto había corrido al lado de ella con preocupación y se sentó a su lado sobando su espalda.
“¿Te encuentras bien?”, le preguntó después que las arcadas parecían terminar.
Elena asintió con la cabeza aceptando la toalla que él le ofreció para secarse la boca.
“Solo es algo que me cayó mal”, le dice.
“Mandaré a que te preparen algo ligero y llamaré al doctor para que te revise”, ofrece Dorian.
“No, no lo llames. Después de descansar me sentiré mejor”, le dice ella.
Dorian no entendió el rechazo de ella, aunque no puso peros. Por parte de Elena solo esperaba que como ella misma había dicho solo fuera una mala digestión.
Elena pensó que Dorian se iba a ir a trabajar ese día, pero no. Después de haberla acompañado toda la mañana y ayudado después de episodio del baño, él simplemente se había quedado trabajando dentro de la habitación, sentado en la mesa junto al ordenador, escribiendo sin parar.
A cada rato recibía llamadas de seguro de parte de León dándole las indicaciones después de todo Dorian era el Ceo de todo un imperio y tenía muchos deberes. Darse unas vacaciones como las que se había dado antes eran todo un lujo para él.
Ella se había quedado en la cama dado que su estómago aún dolió un poco y no tenía mucha energía como para levantarse.
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