Capítulo 36:

Dorian por su parte no respondió, solo le pasó por el lado y le pasó la mano por la cabeza a ella alborotando el cabello húmedo. Sin embargo, antes de salir completamente se giró con la puerta ya abierta.

“No volveré a ser el mismo imbécil de antes, aun cuando tenga todos mis recuerdos de vuelta. Ya te lo dije. Solo debes confiar en mí, no soy hombre que falta a mi palabra y lo sabes bien”, y acto seguido desapareció.

Elena se mordió el pulgar. Si recordaba bien que no era la primera vez que se lo decía.

‘Confía en mí’.

‘Confía en mí’.

Era más fácil decirlo que hacerlo. Entonces… un recuerdo pasado vino a su mente. No solía relacionarse con muchas personas en la universidad, pero había escuchado de sus compañeros de un foro donde la gente solía dar respuesta a algunas preguntas.

No sabía que tan confiable podría ser aquel sitio, pero al menos lo era más que quedarse con las dudas que ella tenía en ese momento. Quizás las opiniones de los demás la ayudarían a llegar a algún lado. Que era en ese momento lo que ella más necesitaba.

Así que encendió la computadora y buscó el sitio. Media hora después y probando algunos sitios logró hallarlo. Se puso nerviosa de compartir su intimidad con extraño… pero… ya estaba ahí. No perdería nada si no lo hacía.

Así que alzó las manos y escribió su pregunta.

[Llevo casada tres años y en ese tiempo mi esposo apenas me ha prestado atención, es muy frío conmigo. No nos casamos por amor, aunque nuestro primer encuentro fue con un apasionado beso y él me llama mucho la atención. Aun así, no he sido feliz y quería pedir el divorcio].

[Recientemente tuvo un accidente y ha perdido la memoria y actúa completamente diferente. Ahora parece loco por mí y me hace dudar constantemente de mi decisión. No sé qué hacer. Si separarme o quedarme a su lado ahora que me trata como siempre quise, como si realmente me amara].

Y ahora… con los nervios de punta, solo le quedaba esperar respuesta.

[Que tipo más desgraciado. Tres años con una esposa y ahora de la noche a la mañana te trata bien. Eso es que quiere algo de ti].

[Quizás su cuerpo está respondiendo a sus verdaderos deseos después que perdió la memoria].

[Realmente extraño su caso, pero creo que realmente deberías aprovechar. Si te gusta y él está respondiendo a tus interesas pues no se pida más. A sacar provecho de ese cariño que te está dando].

[Un cambio tan radical a pesar de perder la memoria es bastante extraño, pero si dices que su primer encuentro fue pasional es que le llamabas la atención desde un inicio. No sé porque fue frio durante tres años, pero al no conocer bien tu situación quizás era porque él tenía sus razones. Sin embargo, es como otros comentarios, si él está mostrando afecto ahora por ti es porque desde antes lo tenía]

[Pues aprovecha mi ciela. Y hazte respetar. Además, que te demuestre que realmente le importas ahora y después de eso toma la decisión. Si él quiere que estés a su lado pónselo difícil a ver si realmente está enamorado de ti].

Y como esos Elena encontró más de 1354, comentarios cinco horas después de haber publicado su anuncio.

Era increíble lo rápido que había sido, pero al menos, después de estar otra hora más leyéndolos pudo llegar a una conclusión dado que la mayoría de los comentarios coincidían en dos cosas.

[Que su esposo si tenía reales sentimientos por ella y que los estaba demostrando ahora, dado que de seguro no recordaba la razón por lo que no hacerlo. Y que debía ponerlo a prueba a ver si realmente había cambiado para después tomar la decisión con fundamentos].

Elena respiró echando la cabeza hacia atrás. Relajó su cuerpo, pero cuando los volvió a abrir había un brillo inusual en ellos. Quizás había tenido que seguir los consejos de extraños, pero esto le había ayudado a aclarar su mente, era momento que dejara de actuar de víctima y sacara provecho.

De su parte y a pesar de las decepciones si tenía sentimientos por Dorian… así que si realmente él estaba enamorado de ella no se arrepentiría.

Sino… le tocaba esperar a que León le devolviera los papeles de divorcio, Solo era cuestión de tiempo. El plazo estaba fijado hasta que Dorian recuperara la memoria.

Ya había caído la noche hacía un tiempo cuando Elena escuchó que la puerta de la entrada era abierta. Acababa de cenar y se disponía a subir a esperar al regreso de su esposo dado que ya había recogido lo necesario para el viaje que él le había comentado en la mañana.

Caminó hasta el lobby viendo como Dorian ya estaba entrando en su estudio de la planta baja con León detrás. Su espalda ligeramente encorvada. Parecía cansado. Se acercó lentamente y tocó antes de entrar, aunque la puerta estaba un poco abierta.

“¿Dorian?”, asomó la cabeza al recibir respuesta del otro lado encontrando que su esposo se había dejado caer en el sofá con la cabeza recostada hacia atrás y las piernas estiradas.

Cerca del escritorio se encontraba León depositando unos sobres.

Al oírla entrar Dorian abrió los párpados que tenía cerrados y alzó una mano alborotando su cabello y llevando el flequillo hacia atrás.

“Ven”, la llamó con voz grave.

“Buenas noches”, León la saludó como si la situación entre los dos no fuera tensa dada la última escena protagonizada por ellos.

Ella solo le hizo un asentimiento de la cabeza y se encaminó hacia Dorian.

“Te vez cansado”, se detuvo a su lado.

“Adelanté el trabajo de casi una semana en solo horas, pero al menos no tengo que preocuparme mientras me tomo unas vacaciones disfrutando contigo”, respondió él con obstinación, como si aquello hubiera sido una enorme carga para después mostrar una leve sonrisa.

Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Elena, Dorian sabía cómo conquistar a una mujer, de eso no había dudas.

“León, recoge mi ropa. Yo dormiré al menos tres horas antes de salir”, le dijo al secretario que estaba ahora quieto en un lugar del estudio, él asintió y se fue dejándolo a los dos solos dentro. Dorian se enfocó de nuevo en Elena.

“Ayúdame con la ropa, estoy demasiado cansado y no tengo energía ni para aflojármela”, le pidió.

“¿No dormirás en la habitación?”, ella dudó un momento.

Él negó sacudiendo su negro cabello que caía sobre el respaldar del sofá.

“Si lo hago no me levanto y tenemos planes que no quiero romper. Dormiré aquí”, responde.

Elena asintió y se inclinó para ayudarlo a aflojar la corbata primero. Desnudarle se sintió extraño dado que no estaba acostumbrada a pesar de que ambos se habían visto ya todas las partes del cuerpo.

Sus dedos deshicieron el nudo rápidamente y la retiró. Dorian a pesar de estar cansado fue cooperativo. Ahora tocaba el saco que lo retiró y él se alzó un poco.

“Afloja la camisa”, le pidió él y ella alzó la mirada encontrándose con la de él.

Ahora, con los dedos un poco temblorosos comenzó con cada uno de los botones hasta que solo quedaron los dos últimos. El pecho y vientre definido de Dorian quedó expuesto y el soltó un g$mido de alivio al no estar restringido por sus ropas.

Elena se iba a enderezar cuando la mano de él se enrolló detrás de su nuca y la atrajo hacia él. Sus labios se posaron sobre los de ella en un beso que estuvo lejos de ser de los que él le daba. Simplemente los chupó y besó suavemente, para después separarse con una leve sonrisa.

“Gracias, despiértame en tres horas sin falta”, y diciendo esto miró a un lado después de soltarla y agarró uno de los cojines que estaba en el sofá.

Dorian puso el cojín a un lado y se acostó como si estuviese realmente agotado. Elena no lo quiso molestar más pues a diferencia de otras veces él no parecía tener fuerzas para jugar con ella.

No pasó ni un minuto antes que él tuviera una respiración constante y suave, señal de que estaba ya dormido profundamente. Antes de salir apagó la luz del estudio dejándolo durmiendo en el sofá.

De todos los lugares que se imaginó Elena que irían nunca pensó que sería estar delante de un crucero de lujo, al cual los dos abordarían en solo minutos.

“¿En serio iremos en eso?”, pregunta Elena.

“¿Qué? ¿No te gusta? De aquí llegaremos a otro destino mucho mejor, pero si lo que deseas es otro puedo…”, a su lado Dorian agarró su mano entrelazando los dedos.

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