Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO -
Capítulo 3
Capítulo 3:
“¿Cómo dice?” exclamó Sofía, indignada por semejante falta de seriedad.
“Pero como lograste cumplir en el tiempo que te di, te dejaré quedarte,” añadió él con desdén.
“Gracias,” agradeció entre dientes, aunque sabía que su actitud había sido una completa falta de respeto. “¿Necesita algo más, señor?”
“Hay algunos documentos en esas carpetas,” señaló hacia un estante repleto de folders apilados. “Necesito revisarlos, pero están desordenados. Quiero que los organices en orden alfabético.”
“Entendido.”
“Espero que termines con todo hoy mismo, necesito comenzar a revisarlos mañana temprano,” agregó antes de que ella saliera.
“Pero son muchos, dudo poder terminar todo en un día.”
“Tendrás que hacer horas extras para compensar,” respondió en tono seco.
Sofía podría haberse negado, pero necesitaba ese empleo, así que decidió tragarse su orgullo.
“Por supuesto, señor.”
“Una cosa más. Mañana, cuando llegues, quiero que organices esos libros en mi estantería,” señaló nuevamente hacia el estante. “Odio la desorganización y entre el guion están desentonando con el ambiente.”
“Claro,” respondió rodando los ojos, aprovechando que él aún le daba la espalda.
“También quiero que avises a la persona responsable de la limpieza que no use productos con perfumes en mi oficina, odio ese olor.”
“¿Hay algo más que desee, señor?” preguntó, esperando una respuesta negativa.
“En realidad, hay una lista de cosas que no me gustan y prefiero que ya sepas. Como serás mi nueva secretaria, necesito que estés al tanto de todo y las memorices todas.”
“Claro, puedes decirme de qué se trata.”
“Mejor aún, haré una lista y antes de irme, te la entregaré. Puedes volver al trabajo.”
Ella salió de allí con los ojos en blanco. ¿Qué tan quisquilloso era ese hombre? Además de dar varias órdenes, actuaba como si fuera un rey, ni siquiera tuvo la consideración de mirarle el rostro. ¿Podría soportar su forma de ser?
Sin tener mucho tiempo para pensar, se sentó en su escritorio y llamó al servicio de limpieza encargado de la oficina del director. Después…
Comenzó a ordenar los documentos en su escritorio, uno por uno. Parecía que eso tomaría una eternidad. Ya pasaban de las seis de la tarde cuando Ethan la llamó.
“Dejé un papel en mi escritorio, léelo y memoriza todo.”
“Está bien.”
Colgó el teléfono y se dirigió a la oficina de él para buscar el papel. Se dio cuenta de que era una lista con todas las cosas que a él no le gustaban. Ethan ya se había ido por su puerta privada, que conducía al pasillo y al ascensor de los ejecutivos.
Como la puerta estaba al otro lado de su oficina, ella no lo vio salir. Con el papel en mano, comenzó a leer la lista absurda de su nuevo jefe.
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