Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO -
Capítulo 148
Capítulo 148:
«No te preocupes, disfruta la compañía de Mateo. Por la expresión de su rostro, parece estar muy feliz de pasar esta fecha contigo.»
No pudo evitar mirar a Mateo, quien en ese momento estaba filmando todo. Tal vez estaba enviando fotos a su familia en México. Ella debía hacer lo mismo; después de todo, estaba pasando una vez más el cambio de año en el lugar con el que había soñado estar desde hace mucho tiempo.
Una cantante comenzó a cantar y la gente se aglomeraba más, todo estaba luminoso y animado.
«Gracias por invitarme a venir contigo, este momento será único», le dijo Mateo al oído. Ya con el ruido, era imposible escuchar algo dicho desde lejos.
«Estoy muy feliz de verte después de tanto tiempo», respondió.
«Realmente quiero que en este año que comienza, las cosas entre nosotros puedan mejorar. Sofía, fuiste y sigues siendo una persona muy importante en mi vida.»
Hacía frío, pero el calor de la cercanía de Mateo, junto con la frase dicha al oído, calentó su corazón.
La gente empezó a hacer la cuenta regresiva. Mirando hacia arriba, comenzó a observar el descenso de la bola. La bola de cristal iluminada, ubicada en lo alto del edificio en Times Square, descendía por un mástil para señalar la medianoche y la llegada de un nuevo año.
De repente, se escucharon varios gritos, empezaron a lanzar fuegos artificiales y confeti comenzó a caer del cielo.
Mientras las personas miraban hacia arriba, ella decidió recorrer todo el lugar con la mirada. Como si fuera un imán, sus ojos se fijaron en un hombre. Ethan estaba de pie, inmóvil, en medio de toda esa gente, con los ojos fijos en ella.
¿Por qué estaba él allí? Y lo peor, ¿cómo lograron verse los dos en medio de esa inmensa multitud?
Aunque había miles de personas allí, parecía que solo existían ellos dos en ese momento, pues ninguno apartaba la mirada del otro.
Sofía no podía entender por qué él estaba allí, parado, como si esperara algo.
La canción «New York, New York» de Frank Sinatra comenzó a sonar.
Había parejas besándose, como Kate y Daniel, que parecían haber hecho las paces. De repente, a Sofía se le ocurrió una idea.
Ese era el primer día del año; debía hacer que las cosas del pasado se quedaran donde debían. Si realmente no quería involucrarse más con Ethan, debía cortar el mal de raíz.
«Feliz año nuevo», dijo Mateo, acercándose, abrazándola y sacándola de ese trance.
Sin embargo, incluso en medio del abrazo, Sofía podía ver a Ethan.
«Feliz año nuevo para ti también», dijo, tomando aire y besándolo.
No sabía cuánto había durado aquel beso, pero sintió como si fuera una eternidad. Al separarse, miró hacia donde estaba Ethan, pero ya no lo vio.
Volvió la mirada hacia Mateo y lo encontró con una expresión de sorpresa en el rostro.
«Discúlpame», dijo, dándose cuenta de lo que acababa de hacer.
«Sofía», dijo él, sin palabras. «Esto…»
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