Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO
Capítulo 132

Capítulo 132:

Cuando terminaron, ambas tomaron un taxi para volver a la empresa.

“¿Crees que nos descubrirán?” preguntó Sofía, aún con miedo.

“No pienses en eso. Ahora solo tienes que cruzar los dedos para que no esté embarazada también”, dijo Kate, riendo.

El comentario la asustó, eso sería terrible, y no serviría de nada.

«¿Estás bien?» preguntó nerviosa.

«Estoy bromeando, tranquila, no te preocupes por eso,» la calmó.

«Oye, ¿no te perjudicará haber salido así de repente de la empresa?»

«No te preocupes. Es fin de año, casi nadie está trabajando en serio, solo estamos esperando los días libres,» explicó.

Al volver a la empresa, se separó de su amiga y fue a tocar la puerta de la oficina del jefe, esperando que le dijera que entrara.

«Ya llegué, señor.»

Ethan estaba sentado en su enorme silla y, cuando la vio, la miró fijamente por unos minutos, en silencio. Desde que salió de casa, pensar en la posibilidad de que ella estuviera embarazada lo preocupaba; si eso se confirmaba, debería ponerle fin a todo mientras aún hubiera tiempo.

«¿Cómo te fue?» preguntó después de un rato.

«Todo bien, fue muy rápido.»

«¿Cómo te sientes?»

Esa pregunta sonó extraña, ¿acaso Ethan sospechaba algo?

«Me siento bien, ¿por qué?» preguntó.

«¿Qué harás en Año Nuevo?» cambió de tema.

«Iré a la Quinta Avenida con una amiga.»

«¿Y si te invito a pensarlo conmigo, aceptarías?»

Ahí estaba él, de nuevo, con sus insinuaciones.

«No, no aceptaría,» respondió seria.

«Estás realmente decidida,» dijo, sonriendo. «Parece que tú también eres una persona de palabra,» comentó.

No sabía qué quería decir, así que simplemente se quedó en silencio.

Estar cerca de Sofía calmaba un poco a Ethan, sobre todo después de su turbulenta mañana con Eva.

«¿Cómo es tu día, Sofía?»

«¿Qué? ¿Cómo así?» preguntó confundida.

«Cuéntame un poco sobre tu vida en Estados Unidos.»

«¿Por qué quieres saber?»

«No sé. A veces te miro y siento envidia, ¿sabes?»

«¿Envidia de mí?» Esta vez, ella fue quien rió.

«Pareces tan tranquila, como si vivieras la vida que siempre quisiste, sin ningún problema aparente.»

.

.

.