Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO
Capítulo 133

Capítulo 133:

«Bueno, no voy a negar que estaba viviendo una de las mejores etapas de mi vida, pero me di cuenta de que ninguna felicidad es eterna.»

«¿Por qué?»

«Porque hay cosas que no están bajo mi control, eso es todo.»

«Se más clara,» pidió él.

«No puedo ser más clara que eso. Pero sé que, así como ninguna felicidad es eterna, la tristeza tampoco lo es.»

«Esa oscilación me irrita,» comentó él.

«A mí también,» respondió sonriendo.

Sus ojos brillaban, y aunque parecía nerviosa cuando entró, se veía más relajada en ese momento.

«Te extraño,» dijo él.

Lo que borró la sonrisa de sus labios.

«Ethan…»

«No necesitas responder nada. Solo estoy pensando en voz alta.»

«Si no me necesitas ahora, ¿puedo volver a trabajar?»

«Te necesito, Sofía,» se levantó de la silla, caminando hacia ella. «Y hoy te necesito más que nunca.»

Cuando estaba a punto de abrazarla, la puerta de su oficina se abrió.

Inmediatamente, Ethan se alejó de Sofía al ver que su padre, Adam Smith, acababa de entrar por la puerta.

«¿Estoy interrumpiendo algo?» preguntó, notando la cercanía entre ambos.

«No, claro que no,» respondió Ethan, serio. «Aun así, no me gusta que entren a mi oficina sin tocar.»

«Quería avisarte, pero encontré a tu secretaria en su lugar,» el hombre miró a Sofía con aire altivo, haciendo que esa frase se interpretara de un modo diferente.

«Buenos días, señor,» saludó ella, algo nerviosa.

«Me llamo Sofía, soy la secretaria del señor Ethan.»

Adam se detuvo a analizarla de pies a cabeza antes de extender la mano para saludarla.

«Mucho gusto.»

«Es un placer conocerlo en persona,» respondió Sofía.

«Bueno, me retiraré ahora, creo que tienen cosas de qué hablar.»

«Trae dos cafés, Sofía. Creo que nuestra conversación será un poco larga,» pidió Ethan.

«Sí, señor. Con permiso.»

Saliendo de allí, nerviosa y temiendo lo que el hombre pudo haber presenciado, fue a buscar café para ambos.

En la oficina, Adam miraba fijamente a su hijo, observando a su secretaria.

«Veo que andas muy ocupado,» dijo, sentándose en un sillón que había allí. «¿Qué está pasando?»

«¿Qué quieres decir con eso?»

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