Capítulo 131:

“Qué sorpresa verte por aquí”, dijo Kate cuando la vio entrar en su oficina.

Pero pronto notó que el rostro de su amiga estaba pálido.

“Ven, estoy en problemas”, dijo Sofía. Cerró la puerta de la oficina de Kate para que nadie escuchara la conversación.

“¿Qué pasó?”

“Ethan acaba de mandarme a una clínica para hacerme exámenes.”

“¿Exámenes? Si los hiciste hace unos meses.”

“Dijo que es porque acabamos de llegar de otro país. ¿Qué hago?”

“Tranquila. Tal vez los resultados no te lleguen a ti como la última vez.”

“¿Y si no es así?”

Kate pareció pensar por un momento hasta que tuvo una idea.

“Voy contigo”, dijo, tomando su bolso.

Al llegar a la clínica, acompañada de su amiga, Sofía llenó sus datos en la recepción y esperó a que la llamaran para el primer examen, el de sangre. Una señora vestida con una bata blanca la llamó. Kate la acompañó.

En la pequeña sala, la mujer miró a las dos y preguntó:

“¿Cuál de ustedes es Sofía?”

“Soy yo”, respondió Kate.

“Está bien, puedes sentarte allí”, dijo la enfermera, extrañada por la acompañante.

“Por favor, no lo encuentres raro, es que me pongo nerviosa cuando veo agujas, y mi amiga me ayuda a calmarme”, explicó Kate, fingiendo ser Sofía.

“No hay problema, muchas personas pasan por eso, no tienes que avergonzarte”, respondió la enfermera. “No tardará mucho, no te preocupes”.

Sofía permaneció en silencio. Temía que alguien descubriera lo que ambas estaban haciendo. Kate estaba arriesgándose mucho al ponerse en su lugar.

Pero en ese momento, Sofía se dio cuenta de que eso sí era una verdadera prueba de amistad.

Agradeció a su amiga, que fingió ponerse nerviosa al ver la aguja, y simuló calmarla.

“Listo”, dijo la enfermera. “Ahora solo falta la prueba de Covid, que es en la otra sala, pero es muy tranquila, no te preocupes.”

“Gracias”, dijeron las dos al mismo tiempo.

Salieron de la sala susurrando.

“Eso fue arriesgado”, dijo Sofía.

“¿Y había otra opción? Si te hubieras sentado en esa silla, ya sabes lo que habría pasado.”

“Gracias, amiga”, le agradeció abrazándola.

“Ahora vamos a hacer la prueba de Covid.”

“¿Crees que dejaré que me metan esa cosa en la nariz? Cuanto más cerca de la garganta, peor, pero eso en la nariz ya es demasiado”, dijo Sofía, mientras caminaban hacia la otra sala.

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