Destinada a amarte
Capítulo 98

Capítulo 98:

Pov Vladimir.

“Ella intentó asesinar a mi hija, a tu esposa, siguió mintiendo y escapando como si no le hubiera importado la muerte de sus padres, esta mujer seguirá buscando la manera de arruinar a quienes quieres ¿Crees que merece mi misericordia?”, espeta.

“Solo tiene mi odio, por querer quitarme lo que más amo y lo peor de todo, es que fue por una estúpida razón ¿El amor de un hombre que nunca la amó? Qué idiota mujer”, agrega y aprieto mis manos en puños.

“Éste no era el trato que teníamos”, gruño encarándolo, sus hombres me apuntan a mí,

“Dije que no le haría daño a la rubia, no veo a  ninguna rubia aquí. Soy un hombre de palabra, no sufrirá… tanto”, manifiesta y miro a Hannah, quien llora asustada.

“¡Lo siento, me iré, me alejaré de todo el mundo!”, exclama desesperada.

“Todos se disculpan y toman buenas decisiones cuando huelen la muerte”, expresa Brendan.

“¡Vladi, haz que me suelten, te prometo que no le haré daño a Valeria!”, grita encarándome.

“Novikov, es mejor que te vayas”, dice con el cejo volteando para ver la pantalla de un celular, donde me muestra un reportaje y las imágenes de Valeria… siendo esposada como una criminal. Mi corazón se inyecta de adrenalina al ver eso.

“No me sorprende que ella tenga que ver”, expresa.

Miro con los ojos llenos de rabia hacia Hannah.

“¿Tú hiciste que encarcelaran a mi esposa?”, grito acercándome a ella con las manos en puños.

“¡No fui yo!”, dice cerrando los ojos.

“¿Quién?”.

Su pecho sube y baja con pavor, pero, su mirada dice lo contrario. Inesperadamente, suelta una carcajada que me deja atónito, doy un paso atrás mirándola.

“¡Nunca saldrá! ¡Y tú nunca me amarás! Si yo no te puedo tener; ella tampoco”, declara sonriente.

“Sé que moriré en manos de estos mafiosos, pero tú vivirás en una tristeza inmensa de no poder estar con la persona que amas, tal cual lo que sufrí… vivirás en carne propia mi dolor”, agrega con alevosía, observo con asco a la mujer al frente de mí.

“Vladimir, creo que se me está ocurriendo otra idea, pero, deberías de irte”, anuncia Brendan. Doy un asentimiento.

“¡No me dejes aquí, perdón, no quise decir eso!”, exclama de nuevo Hannah, ya tocó la locura. Cuando hago ademán de irme a la salida, Brendan me sujeta del brazo, deteniéndome.

“Gracias por ayudarme a capturarla, la mafia irlandesa siempre estará en deuda contigo”.

“Si, contaré contigo”, repito entre dientes apartándome para irme de una vez por todas.

Subo al auto que me esperaba y los gritos de Hannah se escuchan desde el interior del galpón, cierro los ojos apretándolos y siento cómo se me cierra la garganta, no quería que sucediera esto. Pero, el mal se siempre se derrota con el mal.

“’¿A dónde desea ir, Señor Novikov?”, cuestiona mi chofer.

Trago con dificultad, acomodándome en el asiento, trueno mi cuello y expando mis fosas nasales llenando mis pulmones de oxígeno.

“Busquemos a mi esposa”, manifiesto en mandato.

Pov Valeria.

Golpean los barrotes y me sobresalto, abro los ojos mirando hacía la detective Beltrán, quien trae una bandeja con comida en la mano.

“Servicio a la habitación”, espeta sardónica, y lanza la charola al suelo vertiéndolo todo; arruinando la comida. Aprieto mis dientes, sentándome en la cama para mirarle.

“Ups, se me cayó, pero, en prisión tendrás un mejor servicio, solo que, usarás un traje naranja y dejarás esos lindos tacones para las personas inocentes”, manifiesta.

“Soy inocente”, digo entre dientes encarándola.

“Eso es una mentira”.

“¿Qué hago aquí?”, pregunto levantándome para caminar hacia los barrotes.

“Eres una criminal y una ladrona”, declara. Paso mi lengua por las encías.

“Te equivocas, no tengo nada que ver con lo que me culpan ni siquiera tengo acceso a las finanzas de la compañía, es un proceso que…”.

“¡Basta de mentiras!”, exclama interrumpiéndome.

Abro los ojos y noto en su rostro algo más que ‘amor por las leyes’ y con ser ‘la detective del año’, hay mucho dolor y resentimiento cuando me ve.

“Me llamo Samantha Beltrán, recuerda mi nombre cuando te den la p%ta cadena perpetua”, gruñe enojada. Tomo paciencia de donde no tengo, y dejo salir un suspiro.

“Samantha, no sé por qué es tu odio hacia mí, pero estás cometiendo un grave error al pensar que soy culpable de algo como lo que dices, cuando se sepa la verdad tú serás una de las que caerán por difamación”, digo llamando su atención, su cejo se arruga más.

“¡Tú eres la razón de la muerte de mi amigo!”, exclama dejándome desconcertada.

“¿Amigo, qué amigo?”.

Ladea la cabeza y sus ojos se enrojecen recordándolo.

“Akim Barker ¿Por qué crees que te dije del funeral y yo estaba en ese lugar? Sé cuál era el contenido que tenían tus videos… le dije que se detuviera, que no insistiera contigo y que siguiera con su vida, hasta que se terminó de quebrar”, dice.

“Él… era muy débil por más que lo protegía, su familia  había puesto un peso enorme en una persona que solo quería ser feliz y lo peor de esto es que te  seguía amando ¡A ti!”, manifiesta y doy un paso atrás. Mi corazón palpita con fuerza viendo el rostro de la detective.

“¿Por qué soy la razón? No tengo la culpa de su muerte”.

“Sí, sí la tienes. Tu esposo fue el punto de quiebre de Akim, el poderoso Novikov tuvo la osadía de destruir lo que Akim llevaba años construyendo, esto le empujó a amenazar cosa que intenté de detenerle, y lo último que me dijo es que se reuniría con tu esposo… el día de su muerte”, declara y mi pecho sube y baja. Niego con la cabeza.

‘Vlad no es un asesino, él me lo dijo’, repito en mi mente.

“No sé cómo hizo Novikov para borrar las grabaciones de las cámaras de seguridad y no dejar ni una prueba, pero, el cuchillo que le regalé a Akim desapareció y él no salía sin él, tiene sus iniciales… es la única prueba que sé y la encontraré, se reabrirá el caso y se hará justicia ¡Pagarán por todo!”.

La miro con conmoción.

“¡Vlad no es un asesino!”, gruño sujetando los barrotes ante sus amenazas. Ella ríe burlándose de mí.

“Eso lo veremos”, declara con frialdad.

“La suerte está de mi lado, porque hay alguien que te quiere ver hundida, ya que, estás detrás de estas rejas… no tuve que hacer nada al respecto”. Esboza una sonrisa sardónica.

De repente, se escucha un bullicio que, llama la atención de ambas. Mi corazón estalla en latidos cuando veo la gran figura de Vladimir cruzar el umbral junto con Dante y sus océanos conectan con mis ojos.

“¡Cielo!”, exclama, pero, Samantha se interpone sujetando su arma para apuntarle. Él se detiene en seco.

“¡Vlad, no!”, digo asustada a que le hagan daño. Los demás oficiales se presentan mirando a Samantha.

“¿Qué miran idiotas? ¡Debieron de detenerle, apúntenle con sus armas y sáquenlo de aquí!”, exclama ella al ver a sus compañeros.

“Detective Beltrán, baje su arma, no tiene que ser así”, declara uno de los oficiales. Ella los mira desconcertada.

“¡Todos están cegados! ¡Él es solo una persona común!”.

“Es el Señor Novikov”.

“¿Y qué?”, insiste ella.

“Me llevaré a mi esposa de aquí, quieran o no”, advierte de repente Vladimir, se termina de acercar a los barrotes sin importarle que Samantha le apunte con su arma.

“¡No des un paso más, aléjate de los barrotes!”, amenaza alterada. Mis ojos se escuecen y miro a Vlad.

“Cariño… detente, no te pongas en peligro”, pido asustada.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar