Destinada a amarte
Capítulo 95

Capítulo 95:

Pov Hannah.

El anciano se gira para tomar algo de una repisa y posa un celular con la pantalla apagada al frente de mí. Arrugo mi cejo para sostenerlo, entrego la llave de la habitación y me voy de una vez por todas; subo a mi nuevo auto lanzando el bolso a mi lado y veo la pantalla encendiéndola.

Aparece una nota de voz que reproduzco luego de tomar una bocanada de aire. Llevo el celular a mi oído para escucharla.

“»Hola, soy Vladimir, sé que siempre fuiste tú… pero, quiero agradecerte, finalmente pude ver que… eres importante para mí, Hannah. Me iré contigo y con Anastasia muy lejos, nos vemos en este lugar… siempre has sido tú”, escucho la voz de Vladimir y se me eriza la piel, me quedo sin aliento, y vuelvo a repetir la nota de voz.

Me percato de que el celular no tiene chip, y solo aparece la dirección que me indicó Vladimir. Esbozo una sonrisa efusiva… por fin.

‘Se dio cuenta, él se dio cuenta’, digo para mí.

La única persona que sabía era Dmitry en caso de emergencia; quizá le dijo y por eso Vladimir llegó a mí.

Comienzo a conjeturarme las posibilidades, pero estoy cegada al escuchar su voz. Decido llamar a Alice Morat.

“¿Qué haces llamándome?”, contesta malhumorada.

“Si quieres cancelar lo que te pedí que hicieras, puedes hacerlo. Ya conseguí a Vladimir y Valeria quedará destrozada, él le pedirá el divorcio y huirá conmigo”, espeto.

“Ya lo hice, envié los informes a la policía y a la prensa, además de que Dmitry no sabe que he traspasado sus acciones falsificando ambas firmas, me matará si se entera”, murmura.

“Él no te hará nada, ¿no viste las noticias? Está preso, no pudo matar a Valeria.

“lo sé, pero… él podría salir”, dice Alice. Ruedo los ojos.

“No te hará nada, da igual, échame la culpa. Pero, esta será la última vez que hablemos, desapareceré con Vladimir”, digo a lo que escucho un suspiro de Alice al otro lado de la línea.

“¿Y qué harás con el Doctor loco?”.

“Él sabe qué hacer en tal caso de que Vladimir me traicione o se arrepienta”, reitero con seguridad.

“Pero, sé que eso no sucederá”.

“Seguiré con mi plan, quiero ver acabada a Valeria, quitarle la compañía es mi venganza”, manifiesta Alice.

“Bien, suerte con eso. Hasta nunca”, cuelgo la llamada.

Subo la ventana del auto y coloco en curso el auto para dirigirme a la ubicación en la que me encontraré con Vladimir… recuperaré la vida que debió de ser mía y no de Valeria.

Pov Valeria.

Detengo a Vlad, quien hace ademán de acercarse a Dmitry. Estamos rodeados de policías y lo que menos quiero es que él pase una noche en una celda por mal comportamiento.

“Hermanito, solo dime una cosa ¿Te sirvió la ubicación que te di? Mi%rda ¡Te estoy ayudando!”, exclama Dmitry llamando mi atención. Arrugo mi cejo encarando a Vlad.

“¿Hablaste con él?”, pregunto a mi esposo.

“¿De qué ubicación habla? Acaba de decir que fue Hannah Taylor la causante de todo”, insisto.

“¡No!”, interviene con impotencia, Vladimir.

“Solo quiero redimirme”, dice Dmitry hacia mí.

“Nunca lo harás”, reitero.

“Quizá, pero, deseo intentarlo… comencé dándole una ubicación importante. Yo… no lo hice, la que creo todo el plan y quien contrató al francotirador fue Hannah, ¡Fue ella!”, manifiesta mientras los oficiales lo maniatan para llevárselo.

Lleno mis pulmones de aire para encarar a Vlad, quien respira con dificultad. Me doy la vuelta y termino de salir de la comisaria, no es un buen lugar para hablar o discutir. Dante nos esperaba en el auto y me introduzco, mdetiene sin entrar llamando mi atención.

“¿Qué sucede, Vlad? Quiero la verdad”, espeto con mis latidos incesantes.

Sus océanos se posan en mí y están oscuros.

“¿Cuál es la ubicación de la que habla Dmitry y por qué te interesa tanto?”, insisto.

“Es la ubicación de Hannah”, responde finalmente, arrugo mi cejo.

“Pero… ¿Para qué? ¿Le dirás a la policía?”, digo confundida. Vladimir niega con la cabeza.

“Tengo que irme”, anuncia de repente.

“No, sin mí no te irás a ningún lado”, hago ademán de salir del auto, pero, él me detiene. Le miro con sobresalto por eso.

“Cariño, déjame ir…por favor”, suplico, a lo que él sostiene mi rostro.

“Dante te llevará al funeral y en cuanto termine te llevará a casa, no encontraremos en la habitación oscura; tú y yo… necesitaré a mi esposa siempre lujuriosa y dispuesta”, manifiesta en mis labios, me atormenta con lo que provoca en mis sentidos.

Me lleva a una montaña rusa de emociones; del enojo a la lujuria y de la lujuria al amor para luego otra vez empujarme al enojo. Frunzo mis labios, estoy muy molesta.

“Prométeme que no harás nada que te coloque en peligro”, pido posando mis manos en su nuca.

“¡Promételo, Vladimir!”, exijo con mis latidos palpitando con fuerza.

“Lo prometo, cielo”, responde finalmente. Le termino de atraer hacia mí, para besar sus labios, en un beso intenso que eriza cada fibra de mi cuerpo.

“Un castigo te espera”, advierto a lo que él sonríe mojándome por completo cual rio. Muerdo mi labio admirando su rostro.

“Será un placer ser castigado por mi esposa”, declara y dejo salir un jadeo.

“Las veces que desees”, agrega y tomo una bocanada de aire y asiento apartándome de él regañadientes.

“Es mejor que me saques de aquí, Dante, antes de arrepentirme de dejar a mi esposo cometer alguna locura”, anuncio y Vlad muerde su labio inferior alejándose del auto, giro mi rostro para ver otro auto igual parquear detrás.

“Vladimir Novikov, te adoro”, murmuro aún molesta.

“Es un honor ser adorado por el cielo más hermoso”, declara para dejar alborotado mi corazón.

Dante avanza con el auto alejándonos de la figura de Vladimir, no dejo de mirarle hasta que ya estamos suficientemente lejos y él desaparece de nuestro perímetro. Suelto un resoplido lanzando mi espalda al respaldar.

“¿Estará en peligro?”, cuestiono hacia Dante.

“No, Señora… de lo contrario, tampoco le hubiera dejado ir sin mi seguridad”, responde haciéndome sentir mejor. Asiento pasando saliva para quedarme pensativa

‘¿Hablará con ella, la convencerá de entregarse?’, me cuestiono a un sinfín de posibilidades.

Veo por la ventanilla el lugar donde se efectuará el funeral de Akim, pues hay mucha raja e imágenes de él.

En el fondo no quisiera sentirme juzgada o culpable de su muerte, pues sé que no es asi… pero, no deja de resonarme el hecho de que Vlad estuvo presente el día de su muerte mientras estaba latente la amenaza de los vídeos que sin consentimiento Akim grabó sobre nuestra intimidad.

‘Hasta el final de sus días me demostró ser un patán’, pienso bajándome del auto.

Las personas voltean a mirarme y a murmurar, estoy vestida con ropa azabache como respecta en un evento como este; nada descotado ni revelador, pero murmuran es por lo que ha ocurrido anteriormente.

“Estaré siempre aquí”, indica Dante para mí.

“Gracias, Dante”, menciono para terminar de entrar, el cementerio lo han cerrado solo para que el heredero Baker sea enterrado y velado. Camino por el sendero recibiendo un folleto que aprieto en mi mano sin querer mirar.

“¿Qué mi%rda haces aquí?”, gruñe Alice, llamando mi atención. Detengo mi caminar para mirarle.

“Akim fue…”.

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