Destinada a amarte -
Capítulo 89
Capítulo 89:
“No lo harán, tus g$midos son míos como tu v%gina deliciosa”, gruñe con palabras sucias que me prenden. En este momento es la combinación de las versiones de Vlad.
“Lo haré rápido, tenemos que ir a una fiesta que ha preparado mi madre para Anastasia”, anuncia y asiento posando mis palmas del escritorio mientras sus manos exploran mi cuerpo.
Una se introduce entre la tela y mi v%gina, mientras que, la otra se mete entre mi blusa de satén blanco y aprieta una de mis tetas haciéndome g$mir reprimiéndolo. Muerdo mi labio, sintiendo de repente su gran p$ne presionarse contra mis nalgas que tienen la piel erizada. Él estimula mi cl!toris enloqueciéndome con los jadeos.
“¿Podrás correrte rápidamente?”, cuestiona entre dientes.
“Pruébame”, pido, porque sé que será así. Estoy a punto caramelo desde que cruzó la puerta de mi oficina.
“Así me gusta”.
“Por algo soy tu siempre dispuesta esposa”, manifiesto en jadeo cuando él aparta la tela desde atrás introduciendo dos de sus dedos para hacerme cerrar los ojos y dejarme llevar por la intromisión de mi esposo lujurioso.
Muerdo mi labio arqueando mi espalda y él zurra mis nalgas una tras otras, retengo mis g$midos en cuanto lo hace.
De repente, su p$ne de sopetón entra en mí cuando sus dedos salen y no deja de estimular mi cl!toris. Vlad me embiste sin piedad alguna, con cada centímetro y grosor de su gran p$ne, que me hace sentirla hasta en mi vientre aumentando la presión en él.
Llegamos a la casa luego de una faena en la oficina, le entrego el ramo de flores a Teodora que las pondrá en agua y Ofelia se lleva a Zayn para ser bañado y vestido. Miro a Anastasia quien camina hacia mí y la abrazo llenando su rostro de besos.
“Estás en casa, mi pequeña”, digo emotiva.
“¿Vaca también vendrá? Quiero que viva con nosotros y conozca a Zayn”, expresa la pequeña mirando a su padre.
“Por supuesto, en cuanto culminen la caballeriza del jardín”, responde Vlad. Ella ríe emocionada.
“Teodora te pondrá un lindo vestido”, anuncio en cuanto ella regresa de la cocina. Anastasia asiente con su cabecita.
“Te quiero, mami”, pronuncia y abro mis ojos con sobresalto mirando a Vlad.
“Te quiero mucho más”, digo con el nudo en mi garganta. Ella se va con Teodora y Vlad me abraza por espalda erizándome la piel.
“¿La escuchaste?”, pregunto conmocionada.
“Sí, es que eres la mejor, de eso no tengo la menor duda”, murmura en mi cuello. Esbozo una sonrisa y suspiro feliz por la familia que somos en este momento.
Luego de darme un baño, me coloco un vestido que me tenía preparado Vladimir; uno rojo con buen escote.
Termino de maquillarme de forma sutil para que el vestido sea el protagonista y me levanto de la cama después de colocarme los tacones, al frente de mí, me encuentro con los océanos oscurecidos observándome.
“Perfecta, hermosa, inigualable, magnifica e incomparable… mi cielo es todo eso y más”, pronuncia con ronquez en su voz.
“Si sigues adulándome así, me tendrás toda la noche a tu merced”, digo con coquetería esbozando una sonrisa.
Siento el ardor en mis mejillas quizá es la embriaguez por Vladimir, un efecto secundario de estar enamorada de él. Camino hacia él, posando mis manos en su pecho duro y caliente.
“Me estás tentando a hacerlo”, declara.
“Tenemos que llegar a una fiesta, pero, buscaremos algún lugar para nosotros”, comento alzándome para tomar sus labios con los míos. Suelto un g!moteo en medio del beso y me separo.
“Hay que irnos grandote”, menciono al sentir sus manos apretar mí trasero con posesión.
Él suelta un gruñido y sonrío ya que, le toca retenerse. Sujeta mi mano con la suya y salimos de la habitación para irnos con los mellizos al auto junto con Ofelia y Teodora.
Al llegar al lugar que ha preparado Tania de Novikov, el asombro me invade. Es un hotel con entrada iluminada y alfombra roja. Sostengo la manita de Anastasia y ella sostiene la de Zayn para que mi pequeño tome la de Vlad. Los cuatros caminamos a la entrada siendo escoltados por Dante.
Cuando entramos al lugar, hay una orquesta tocando música y Tania nos recibe emocionada saludando a los pequeños. Da un paso atrás con sobresalto.
“Vladi, es igual que Anastasia, se parecen mucho”, expresa con una mano en el pecho.
“Son mellizos, madre. Zayn también es mi hijo… es un cuento largo, que luego te explicaré”, comenta Vlad y le doy una sonrisa a Tania quien se emociona. Katia y Simón la acompañan y también se quedan
“¿Acaso ustedes están destinados a estar juntos?”, pregunta Simón arqueando una ceja.
“Estoy destinada a adorarlo”, murmuro mirando a Vlad.
“¡Celebración doble!”, anuncia Tania efusiva a los invitados.
“Gracias, Valeria… te quería pedir algo”, menciona llevándome aparte de mi esposo y mis hijos.
“¿Ocurre algo?”, pregunto a lo que ella niega con la cabeza.
“Sé que nos falta mucho por hablar, pero, quería decirte que lo estás haciendo muy bien y si sigues así ayudando a mi hijo, lograrás que vuelva a terapia… él la necesita”, dice sorprendiéndome.
Asiento sin saber qué decir.
“Él lo está logrando, Tania”, pronuncio finalmente a lo que ella comienza a sollozar, la abrazo y acaricio su espalda.
‘Podría ser una madre para mí’, pienso emocionada.
“Ya basta de lloriqueos, estamos para celebrar”, dice separándose y acaricia mi mejilla mirándome con una sonrisa. Volvemos donde están los demás y los pequeños caminan a la mesa de aperitivos siendo escoltados por Teodora y Ofelia.
“Hijo”, pronuncia Mikhail.
“Padre”, contesta Vlad. Le aliento a mi esposo a que reciba el abrazo de su padre, quien le palmea la espalda y se conmociona,
“Bailemos”, carraspea Vlad apartándose de su padre y toma mi mano para bailar con él en la pista al ritmo de la música lenta.
“¿Todo bien, cariño?”. Él me mira por mi pregunta.
“Sí… solo que, me parece irreal todo esto”, menciona.
“Es muy real, Vlad”, insisto, él me da la vuelta y vuelve a atraerme a él para besar mis labios. Cuando se aparta de mí, arrugo mi cejo vislumbrando a Dmitry acercándose a los niños.
“Vlad”, pronuncio con miedo, él se gira para mirar lo que me perturbó.
“Lo voy a matar”, gruñe entre dientes alejándose de mi para dar pisotones entre las personas y acercarse a Dmitry, corro detrás de él.
“¡Aléjate de mis hijos!”, exclama con ronquez hacia Dmitry deteniéndole.
Él se gira mirándonos y se nota en un estado alto de ebriedad. Sonríe y se tambalea para encarar a Vlad.
“Mi hijo, dirás”, reta a Vlad.
“¡Se supo tu mentira!”, expreso enervada.
“¿Sí? Igual no me importa”.
“Vete de aquí, no eres bienvenido”, gruñe Vlad hacia él.
“Sácame, a ver si te atreves…de igual manera no me iré tan fácil de tu vida, hasta que aceptes que nunca te harás cargo de Grupo Vedma”, manifiesta.
“Dmitry, ¿qué es todo esto?”, pregunta Mikhail desconcertado.
“Hijos, no peleen, no es el lugar”, pide Tania.
“Madre, que se vaya de aquí o no responderé”, advierte Vlad. Me acerco a mis hijos, mirando a Ofelia.
“Llévalos al baño”, ordeno en un susurro besando sus frentes, Ella asiente y se los lleva a un lugar seguro a que no presencien la discusión.
“Dmitry, vete, por favor, hijo”, insiste Tania.
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