Destinada a amarte
Capítulo 86

Capítulo 86:

Pov Hannah.

“Lo sé, pero, yo estuve con él cuando estaba enloquecido, tengo que hacer que vuelva a ser el mismo… necesitará de mí, me buscará y me defenderá de las calumnias”, declaro con confianza.

“La enloquecida eres tú”, se burla Dmitry.

“Quiero a Vladimir lejos de Grupo Vedma”, gruñe encarándome.

“Lo estará”.

“Haré lo que me pediste, pero, promete que quienes asesinaron a Oliver no harán lo mismo conmigo”, pide Alice.

“Lo prometo, Oliver solo fue un idiota que no supo mantener la boca cerrada ni hacer bien su trabajo”, reitero.

La puerta de mi habitación es tocada, cosa que me desconcierta. Camino hacia ella, y Alice le sube el volumen a la televisión. Al abrir la puerta me percato de que es el botones, quien me entrega un paquete.

“¿Cómo supieron que estoy aquí?”, pregunto con el corazón latiéndome con fuerza.

“Lo dejaron en la entrada y solo dice Hannah Taylor”, comenta, asiento entregándole un billete por su silencio. Unos detectives han estado buscándome no sé si los mandó mi padre o es que se supo lo que hice.

Cierro la puerta con el paquete en las manos. Abro los ojos con sobresalto y mi corazón bombea con más fuerza.

“Fueron amotinados y asesinados a sangre fría, los magnates y Doctores que encabezan a los Taylor, padres de la artista Hannah Taylor que se encuentra desaparecida… dicen que podría ser un caso de ajustes de cuentas por alguna mafia delictiva, pues no se encontraron algunos dedos de…”, escucho a la periodista, veo la caja y mis ojos arden por las lágrimas, estoy en shock y solo quiero gritar.

‘Mis padres, mis pobres padres’, pienso.

Destapo la caja y rápidamente sollozo cubriéndome la boca al ver los dedos con los anillos de mis padres. Las lágrimas se brotan y Dmitry sostiene una nota.

“Te metiste con la princesa irlandesa, ¿Querías sus órganos? ¿Qué tal ahora?”, lee y le miro con pánico.

Grito de forma desgarradora porque todo esto es culpa de la desgraciada de Valeria, si ella no se hubiera metido en mi camino, yo estuviera viviendo la vida que tiene ella en este momento.

“Yo me voy”, anuncia temerosa Alice.

“Ellos no nos conocen, solo a Hannah”, reitera Dmitry deteniéndola.

“Tienes razón, pero, ahora haré lo que debí de hacer desde un principio… deshacerme de Valeria, para siempre”, espeto hacia ellos con la respiración nunca llegaría o por lo menos, que sería muy lejano.

Pov Valeria.

Gideon me detiene sosteniendo mi mano.

“No, no es necesario”, dice dándome una sonrisa.

“Pero, ¿Por qué seguiste investigando, Gideon? No tenías que…”.

“Te lo debo, fuiste muy buena conmigo y merecías saber la verdad de tu bebé. Lo que vas a saber a continuación quizá te deje un poco confundida”, menciona y asiento.

“Gracias, Gideon”, murmuro con sinceridad. Él toma una bocanada de aire y abre su chaqueta para sacar un papel.

“Este es el examen de ADN, que logré obtener con una amenaza al Doctor Gray pedí que hicieran la prueba de sangre, aprovechando la oportunidad de que te extrajeron sangre para la compatibilidad del trasplante de Anastasia Novikova”, explica, arrugo mi cejo bajando la vista para leer que el sujeto uno y dos son noventa y nueve por ciento compatibles.

Mi corazón late con fuerza mirándole a él.

“Quién robó a tu bebé fue Hannah Taylor, misma que se la entregó a Vladimir Novikov… ustedes fueron engañados por la misma persona. No sé las razones, pero, te puedo asegurar que ese ‘error’ en el hospital no fue más que el destino”, manifiesta, mi pecho sube y baja mientras que mis ojos se escuecen.

“Eso… quiere decir que…”, mis palabras se cortan por el nudo en mi garganta.

“Si Anastasia es tu hija, nunca estuvo muerta”, confiesa sin más y mis lágrimas se deslizan por mis mejillas fugitivas y emocionadas por lo que escucho.

“No me lo puedo creer”.

“Yo… eh…”, decido abrazarle, lo envuelvo en mis brazos sollozando y Gideon me recibe sonriendo.

“Gracias, no sé cómo agradecerte”, balbuceo con conmoción.

“Me diste a conocer al amor de mi vida y confiaste en mí, no tienes que agradecerme”, insiste y le abrazo con más fuerza.

“¿Qué carajo haces abrazando a mi cielo?”, gruñe la voz de Vlad detrás de mí. Me separo con sobresalto para mirarle, está vestido con su traje, y al verme llorando a moco suelto su semblante se ensombrece más.

“¿La hiciste llorar? Cada p%ta lágrima de mi cielo es un golpe que te ganas”, manifiesta imponente y con la voz ronca.

Niego con la cabeza, pero, es tarde. Vlad baja las escaleras poseso sosteniendo del cuello de la camisa de Gideon y empuña su mano. Al verlo sosteniendo a Gideon con fuerza tomo una bocanada de aire.

“Vlad, suéltalo”, pido finalmente. Los océanos se posan en mí y sus fosas nasales se expande por el enojo.

“Él no me estaba abrazando porque le he abrazado, es mi amigo”, reitero insistiendo. Vlad arruga el cejo para mirar a Gideon.

“Lo que ella dijo”, espeta Gideon y alza las manos en señal de redención.

“¿Por qué lo… abrazarías?”, pregunta y comienzo a entender el que me quiera solo para él.

Pues no tuvo el amor y la atención de su madre biológica cuando él lo pedía, en cambio, un hombre lo destruía de mil maneras. No puedo culparlo por su comportamiento cuando él no sabe controlar sus emociones aún.

“Me ayudó a encontrar a mi hija, la que me arrebataron en aquel hospital”, declaro y sus ojos se abren soltando a Gideon, aclara su garganta y arruga su cejo.

“¿Cómo? ¿Dónde está?”, pregunta confundido. Le doy una sonrisa y mis ojos siguen humedecidos.

“En el hospital”, anuncio.

“¿Qué? Tenemos que ir de inmediato a buscarla, llamar a la policía para que encuentren al culpable que la tenía…”.

“Entonces la policía te encontraría a ti, Vladimir y no tienes la culpa de nada”, espeto y él se nota más confundido. Pestañeo dando un paso atrás y luego mira a Gideon.

“Es de Anastasia de quien hablo, ella es mi hija”, explico. Vlad niega con la cabeza y sus ojos se colocan brillosos.

“Eso no puede ser cierto, eso quiere decir que…”.

“Que Zayn es tu hijo, ambos son mellizos. Dmitry nos engañó, siempre fuiste tú… es que no pensamos que sería cierto a pesar de que veíamos el gran parecido entre ambos y la conexión tan intensa”.

“Dicen que la sangre llama, cariño”, completo apresurándome.

Sus ojos se abren ante mis palabras, aún sin entender o querer creerlo.

“Zayn… él puede tener mi sangre, mi podrida sangre”, espeta asustado. Sostengo su rostro obligándole a que me mire.

“Tú sangre no está podrida, me rehúso a que hables así de ti, de algo tan maravilloso”.

“Valeria, podría tener mí mismo trastorno…”.

“No será así, estaremos los dos para apoyarle, le ayudaremos en tal caso de que eso suceda. No le dejaremos a solas, tú y yo no cometeremos los mismos errores, somos buenos padres”, manifiesto con intensidad.

“Valeria, muéstrale la prueba de ADN”, incita Gideon. Asiento y le enseño la hoja apretada en mi mano. Sus pupilas leen los resultados y luego me observa sorprendido.

“¿Cómo sacaste esta prueba, cómo supiste sobre esto?”, inquiere Vlad hacia Gideon.

Le afirmo con mi cabeza para que le diga de una vez por todas qué clase de ‘amiga’ tenía a su lado.

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