Destinada a amarte
Capítulo 85

Capítulo 85:

Él detiene en el primer estacionamiento y me deshago del cinturón de seguridad para subir a su regazo abriendo mis piernas, coloco mis manos en su nuca quitándole la gorra que llevaba puesta.

“Jade, no podemos seguir haciendo esto, te vas a casar. No soy el hombre que tu padre quiere para ti”, dice con su voz entrecortada en cuanto veo sus labios.

“Pero sí el que quiero yo y necesito con todas mis fuerzas”, manifiesto acercándome a su boca, sus manos sostienen mis caderas que comienzan a moverse frotándose encima de él, para sentir su p$ne endureciéndose por mi estimulación. Agradezco hoy usar vestido; fácil acceso.

“Te amo tanto, arde amarte”, jadea en mis labios.

“Señor Ford, te amo con locura”, declaro tomando sus labios en vehemencia, mi lengua se introduce en su boca.

“Tómame, hazme tuya”.

Lo que sentimos el uno por el otro va más allá de un romance prohibido; es intenso, avasallante y tan puro que daría mi vida por estar al lado de este hombre si él lo pidiera.

“¿Estás segura de hacer esto, Jade?”, pregunta con la voz excitada.

“Nunca estuve más segura en la vida”, afirmo volviendo a besar sus labios para sentir cómo él sube con destreza mi vestido y una de sus manos tantea mi v%gina cubierto por la tanga.

“Iremos en contra de dos mafias; por nuestro amor”, dice y sonrío jocosa.

“Que se jodan”, espeto tomando sus labios.

“Tú me encontraste, soy tuya”.

“Nos encontramos”, murmura apartando la tela de mi v%gina y sus dedos me hacen soltar un g$mido por su intromisión.

Gideon es el único capaz de calentarme como el fuego, todo mi cuerpo se derrite en sus manos y mi corazón le proclama con emoción.

Súbitamente, él introduce sus dedos en mi humedad estimulando mi perla hinchada de placer que me incita a mover mi pelvis al ritmo de sus dedos en mi interior, me lubrico en demasía y mi desespero aumenta, con mis manos busco desabotonar o sacar su p$ne erecta de su pantalón; eso hago, esta salta engrosada fuera de su pantalón provocándome un g!moteo.

Levanto un poco mi cuerpo y él saca sus dedos de mi interior para bajar el escote de mi vestido y meter a su poca uno de mis p$zones endurecidos. Guío su p$ne en mis pliegues abriéndose camino y bajo con lentitud siendo llenada por cada centímetro.

Comienzo a dar saltones encima de él g!miendo y posando una mano de la ventanilla que comienza a empañarse con nosotros dentro ardiendo. Logro mi org%smo en conjunto con el de él en medio de g$midos agudizados por el placer.  Me termino de acomodar el vestido y limpio con un pañuelo el resto de nuestros fluidos.

“No usamos protección”, anuncia abrochándose el pantalón.

“Lo sé, aún tengo a tus hijos viajando en mí”, digo sonriente. Él baja la cabeza también para sonreír y suelta un resoplo. Acaricio su brazo y me mira con sus ojos oscuros.

“Gracias, por todo lo que has hecho por Valeria, no tenías que hacerlo y, eres quien ha logrado más”, expreso con sinceridad.

“Se lo debo, ella es quien me llevó hacia ti. Su corazón noble vio en mí una persona que no ha hecho cosas malas… si Valeria no le hubiera rogado a tu padre que me contratara, mi vida estuviera perdida, era solo un militar desertor y no habría conocido al amor de mi vida”, manifiesta y el recuerdo de verle por primera vez con sus pantalones desgastados, gorra deportiva y aspecto de Dios Griego, llega a mi mente.

‘Mi padre refunfuñó, pero aceptó gracias a Valeria que decía que Gideon salvó la vida de Zayn, quien corrió a quitar de las vías al pequeño Zayn antes de ser atropellado por un auto’, esbozo una sonrisa acercándome a él, para besar sus labios.

“Te amo, siempre mi héroe”, manifiesto

“Podremos”, musito guiñándole un ojo.

Pov Hannah.

Ordeno a mis sirvientas a meter la ropa en las maletas.

“¡Apúrense!”, exclamo con desespero.

“Señorita Hannah, aquí está su padre”, anuncia mi ama de llaves. Asiento y mi padre cruza la puerta de mi habitación. Abro mis brazos corriendo hacia él para ser abrazada.

“Mi pequeña ¿Qué ha ocurrido?”, pregunta mirando el desastre de mis cosas.

“Papá… ahora todo se sabrá, me buscarán. Mataron a Oliver y vendrán por mí, lo sé”, espeto con miedo. Él niega con la cabeza.

“Pero, Hannah ¿Qué has hecho? Nos dijiste que te detendrías, que dejarías la obsesión con Vladimir luego de lo que tuvimos que hacer para que no se supiera lo que hiciste con su esperma congelado”, dice con dureza mirándome.

“¡Quería un bebé de él!”, exclamo.

“Solo quería que me amara por ser la madre de sus hijos y luego viera que siempre estuve a su lado. Pero, la entrometida apareció casándose con él ¡Esa p$rra me robó la oportunidad única que tenía! Se embarazó de él cuando debí de ser yo ¡Debí de ser la madre de Anastasia!”, agrego, mi padre da un paso atrás mirándome con asombro.

“Pensé que todo había quedado en el olvido, corrimos con la suerte de que el Doctor el que cometió el error, falleciera, Hannah ¡¿Qué hiciste?!”.

Tomo una bocanada de aire, mi corazón late con fuerza.

“Pagué para que mataran a la mejor amiga, y le sacaran el riñón, salvaría a Anastasia y Vladimir me agradecería toda la vida. Pero todo se complicó…”, digo.

“¿Cómo?”.

“Ella fue salvada, y tuve que recurrir a un paciente del hospital y…”.

“¡Basta!”, grita mi padre enfurecido.

“Esto es una locura tras otra. Dejarás de inmediato la música y te internarás, Hannah Taylor, nunca debimos de ocultar lo que hiciste. Esa pobre mujer pensó que su bebé estaba muerta y siempre estuvo con su padre biológico… has manchado el apellido de los Taylor, si tienes que ir a la cárcel cuando todo se descubra, lo harás”, declara, abro mis ojos con sobresalto.

“¡No!”. Niego con la cabeza.

“Todo lo hice por amor, esto no puede terminar así, ella no está acabada y él aún no me ama”, sollozo negando con mi cabeza y sujetando mi cabello. Mi padre me mira con dolor en sus ojos, sostiene mis muñecas apartándolas de mi cabeza.

“Detente, te harás daño”, dice con la voz rota.

“Pensé que la música te haría olvidar esa obsesión, el estrellato sería lo tuyo, pero… ya no llenas conciertos, tu último álbum fue un fracaso porque siempre estás donde Vladimir está. Se acabó, Hannah, soy tu padre y recibirás ayuda”, manifiesta y mis mejillas se humedecen.

“¡Qué no!”, exclamo, me aparto de él sosteniendo la maleta que me había preparado y acomodo unos lentes oscuros.

“¿A dónde piensas ir?”, pregunta preocupado.

“Mi pequeña, no hagas esto”.

“Me ocultaré, papá. Te amo y a mi madre también, pero no dejaré lo que no se ha terminado, Vladimir será mío”, digo, él intenta detenerme sujetando mi maleta, y se la arrebato.

Él cae en el suelo sollozando y gritando mi nombre. Al salir de casa subo al auto que mi escolta preparó para mí. Trago con dificultad admirando la mansión Taylor alejarse finalmente.

Mis lágrimas se deslizan por mis mejillas y las borro con mi mano bruscamente.

‘Lograré mi cometido, cueste lo que cueste. No por nada sacrifiqué tanto por él, me lo debe’, pieso.

Al siguiente día…

Dmitry llega al lugar pactado junto con Alice Morat.

“¿Qué hacemos aquí? Encontraron en un p%to callejón a Oliver, harás que nos maten también a nosotros”, suelta Dmitry.

“No han hecho nada de lo que les dije, tú te quedarás sin nada y Alice… la compañía ilícita que manejas caerá mientras tu hermanastra sigue manejando la que les fue arrebatada a tu familiar; ambos quedarán en la calle”, espeto, Dmitry se lanza en el sillón de la habitación de hotel donde me estoy quedando. Alice endurece su mirada.

“¿Y qué tienes planeado? Se nos están acabando las alternativas y ellos parecen más juntos que nunca”.

Dmitry abre los ojos.

“Dijiste que no le harías daño a ese hombre”, comenta Alice.

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