Destinada a amarte -
Capítulo 79
Capítulo 79:
“¿Quieres mi p$ne, p%tita?”, gruñe Vladimir.
Abro los ojos encontrándomelo encima de mí, sus ojos están cerrados y trago con dificultad cuando su mano aprieta con fuerza uno de mis senos haciendome g$mir por la sensación.
“Si”, digo jadeante.
Él sonríe, de una manera que me desorbita por completo. Los demonios del infierno están danzando por esa sonrisa er%tica que hace arder mi cuerpo.
“Siempre estás dispuesta, lujuriosa”, dice introduciendo sus dedos en mi v%gina sin previo aviso.
Coloco los ojos como platos mordiendo mi labio, mis piernas comienzan a moverse por los espasmos mientras él saca y mete sus dedos humedeciéndome más. Mi cl!toris se hincha por el arrebato de Vladimir, quien sigue con los ojos cerrados.
“Tú siempre dispuesta y lujuriosa esposa”, manifiesto curveándome por las embestidas rudas de sus dedos. Súbitamente, él saca sus dedos sin dejarme sentir el org%smo y me embiste sin piedad.
De manera intensa y avasallante, clavo mis uñas en sus brazos mientras él de forma posesa me embiste queriendo partirme en dos. Los g$midos se me agudizan y siento que voy a levitar por el placer que estoy sintiendo, es como si nos complementáramos a la perfección. Él p$netra como bestia y yo recibo como una.
“Vlad… ¡Ah!”, exclamo entre dientes a punto de recibir el org%smo.
Él embate con más velocidad y más fuerza, mi cuerpo rebota igual que mis tetas y me preparo para recibir el clímax deseado, no sé cómo terminará esto, pero… no quiero despertarle y que piense que me está haciendo daño cuando no es así. Quiero que confíe en él y en mí.
“¡¿Quién es mi p$rra?!”, suelta en un rugido casi animal de éxtasis salvaje, dando unos embates fuertes.
“¡Yo!”, g!mo entregándome al org%smo mientras muerdo levemente su hombro al ser domada por los espasmos intensos, el me lleva a conocer su infierno o el mismísimo cielo para mí.
‘Mi hombre en sueños me desea y quiere hacerme el amor como una bestia’, pienso sorprendida por la potencia con la que me toma.
Él sigue dándome embates, hasta que revienta dentro de mí, con su espeso y caliente placer llenándome por completo. G!mo entre dientes para abrazarlo y darle unos besos en el rostro. Su p$ne sale de mí, y su cuerpo cae a mi lado, con cuidado me levanto para mirarle dormir como si no hubiera ocurrido nada.
Mis mejillas están ardiendo y mi v%gina latiendo por el intenso placer. Paso saliva caminando con las piernas temblorosas hacia el baño y veo todo mi pecho rojo por las manos posesivas y rudas de Vladimir, pues no tiene control de su fuerza. Hago mis necesidades y refresco mi nuca para volver a la cama.
Me quedo mirándolo por un rato; se ve tan lindo y relajado con su mejilla pegada a la almohada y sus nalgas redondas desnudas al aire, muerdo mi labio por el paraíso que observo… me dan ganas de hacerle un hijo. Esbozo una sonrisa ante la enloquecida idea.
Vuelvo a la cama acostándome a su lado y cierro los ojos segura de que él nunca me hará daño.
Abro los ojos con sobresalto al sentir cómo hunde la cama a mi lado, miro a mi costado y es… Vladimir, adormitado, su brazo está tendido encima de mí y me arrastra hasta él abrazándome por la espalda. Mi corazón se conmociona.
‘Se quedó a dormir. Lo superamos, cariño’, pienso emocionada.
Dejo salir un suspiro envuelta en sus brazos grandes y fuertes para volver a dormirme. Cuando suena la alarma del reloj encima del buró estiro mis brazos, y me encuentro con la cama sola.
Termino de despertar para sentarme de golpe en la mesa y ver a Vladimir vistiéndose.
“¿A dónde vas, grandote?”, pregunto sonriente. Él se gira mirándome con asombro.
“Te lastimé”, suelta con dureza. Arrugo mi entrecejo.
“No, no fue así”, reitero levantándome de la cama para envolverme en la bata.
“Creo que ha sido, al contrario. Te marqué, ahora eres mío”, digo de forma juguetona señalándole el hombro con la mordida.
“Tu pecho, está amoratado”, gruñe notablemente molesto.
“Soy un monstruo”, repite y bajo la mirada a mis pechos y sí, no me había percatado de los moretones.
“Tengo una piel muy sensible, no me duelen”, insisto, pero, él se rehúsa a escucharme.
“Vlad, no te cierres de nuevo conmigo no después de lo que supe anoche”, agrego con los latidos enfurecidos.
“Iré a ver a Anastasia”, anuncia sin más con su frialdad.
“¿Será así, Vlad? Te irás y ya. Esto es un matrimonio, las cosas no se resuelven así”.
Le sigo apresurando mis pasos para interponerme en la puerta y él, la bata se me abre y mis senos quedan al aire como el resto de mi desnudez.
“Eres mi esposo, mínimo me das un beso al despertar y me dices lo hermosa que estoy, no reprochas que el se%o que tuvimos anoche fue el mejor y el más intenso que he tenido. Por cierto, gracias por el org%smo a media noche”, digo y él quiere sonreír, pero se aguanta.
“Eres la mujer más hermosa de la faz de la tierra”, dice y dejo salir un suspiro.
“Eso está mejor”, muerdo mi labio. Él acuna mi rostro.
“Siento que me estás engañando”, dice confundiéndome.
“Tienes org%smos intensos con un hombre en medio de la noche”, agrega y mis mejillas arden.
“Te engaño con Superman”, murmuro, risueña.
“Lo siento, odio verte con moretones y pienso lo peor”, pega su frente de la mía dejando salir un suspiro. Acaricio el cabello de su nuca.
“Créeme, si me llegas a hacer daño, te lo diré. Lo de anoche merece un ‘gracias’”, manifiesto provocando que me mire con los ojos sorprendidos.
“Tienes una sonrisa que me moja muchísimo, y una boca muy sucia”, declaro.
“Por ti”, musita besando mis labios.
“Tengo que ir a la compañía”, comento y él asiente.
“Le diré a Dante que te lleve”.
“No es necesario, quiero manejar”, digo a lo que él besa mis labios otra vez. Remojo mis labios acariciando su pecho.
“No eres un monstruo”, insisto hasta que se lo crea.
Él deja salir un suspiro en respuesta a eso. Me aparto de la puerta para verle salir. Luego de bañarme y vestirme para ir a la compañía, cubriéndome con una blusa bajo la escalera, para encontrarme con el pequeño Zayn a quién lleno de besos para escuchar su risita.
“Tú y yo tendremos una cita”, menciono a Zayn.
“¿Helado de chocolate?”, pregunta emocionado.
“El que quieras, amor”. Vlad aparece con su traje de tres piezas robándome el aliento.
‘Dios de la lujuria’, pienso de inmediato al verle. Saluda a Zayn y se acerca a mí dándome un beso corto en los labios.
“Me tengo que ir ¿Visitarán a Anastasia en la tarde?”, cuestiona.
“¡Sí! Le haré un dibujo”, responde Zayn efusivo. Vlad le alborota el cabello.
“Gracias, Campeón”, comenta y clava sus océanos en mí.
“Come bien, ten energía la noche, necesito ser mejor que Superman”, agrega en un murmuro alborotando mis hormonas ansiosas de que llegue la noche.
“¡Superman!”, exclama Zayn y ambos reímos por eso.
“Nos vemos, cielo mío”, se despide desapareciendo de nuestras vistas. Aclaro mi garganta para terminar de desayunar junto con Zayn.
Lo dejo en el jardín de infantes y sus amiguitos lo llaman emocionados, cosa que conmociona a mi corazón.
“Te amo un billón”, digo besando su mejilla.
“Te amo mami”, dice para correr hacia sus amiguitos. Me abrazo a mí misma para volver a mi auto.
“Disculpe… ¿Usted es la esposa del Señor Vladimir Novikov?”, pregunta un sujeto maduro e imponente, arrugo mi cejo tomando distancia. Él tiene los ojos oscuros y el cabello con algunas canas.
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