Destinada a amarte -
Capítulo 69
Capítulo 69:
Pov Valeria.
“¿Realmente piensas que no sería el culpable?”, pregunta.
“Ni en lo más remoto, Vlad. Tú puedes ser misterioso; fogoso, salvaje, posesivo y algunas veces frio… pero, nunca un asesino, de eso estoy segura”, recalco y él aprieta mi cadera con sus dedos atrayéndome a su cuerpo.
La frente de él se pega a la mía y siento su aliento cerca, que pone a revolucionarme de alguna manera. Coloco una de mis manos en su nuca acariciando los vellos azabaches.
“De esto, se encargarán los abogados, mientras… nosotros podremos tener un lindo domingo familiar, siempre he querido eso”, digo con mi corazón palpitando con fuerza.
Esboza una sonrisa que me enciende por dentro para luego morder su labio.
“¿Un lindo domingo familiar?”, pregunta conmocionado como si nunca hubiera tenido alguno.
“Sí, también tenemos una cita en la habitación oscura, con un castigo para ti”, declaro con ganas de cuidarle, hacerle el amor y protegerle. Vlad traga con dificultad por mi proposición.
“Dije que me pondrías de rodilla ante ti, pero, esto es más de lo que llegué a imaginar, cielo”, manifiesta con intensidad apretándome contra su torso.
En un movimiento rápido sus labios toman mi boca con vehemencia y sus dedos se hincan en mi piel queriendo quitarme la ropa mientras el beso pasa de ser un incendio a las mismas brasas del infierno, solo que; el nuestro es solo de lujuria.
“Señor…”, habla Dante, pero le ignoramos.
Él entiende y se retira de inmediato, Vlad suelta uno que otro g!moteo en medio del beso y deseo que me lleve a la habitación oscura para que proclame como suya. Me separo de sus labios con un gruñido, para tomar el aliento que él me ha robado.
“Si seguimos no pararemos hasta obtener lo que deseamos”, musito en sus labios.
“Que bien me conoces, cielo”, declara en un tono ardiente con su voz ronca.
Aclara su garganta apartándose, y bajo la vista al bulto que se le aprieta en el pantalón y que me hace morder mi labio.
“Iré al jardín… te espero allí”, comento guiñándole un ojo luego de rozar mi mano por su er%cción.
“Él y yo tendremos más tarde una conversación”, agrego.
“Cielo, maldición…”.
“Tómalo como parte del castigo, grandote”, sonrío alejándome de él y camino hacia la salida del salón, mi corazón late con fuerza golpeando mi esternón.
Dejo salir un suspiro para seguir mi camino al jardín donde veo a Zayn correteando con Anastasia. Me cruzo de brazos admirándolos, una corazonada arde en mi pecho al verlos tan felices y el parecido que tienen.
‘Tienen la misma edad’, arrugo mi cejo por eso.
“¡Mami ven, mira un lindo insecto!”, llama Zayn emocionado, termina de correr hacia mí y sujeta mi mano para llevarme a rastras donde está Anastasia agachada en medio de las flores.
“Ese, es lindo ¿Verdad?”, pregunta señalándome la mariquita de caparazón rojo con manchas circulares en negro.
Se coloca encima de mi dedo y ambos se asombran mirándola de más cerca.
“¿Cómo le llamamos?”, pregunta Zayn.
“Gato”, responde efusiva Anastasia.
“¿Gato? No es un gato”, ríe Zayn.
“¡Quiero que se llame así!”.
“Zayn ¿Le quieres agregar otro nombre?”.
El pequeño de ojos azules me mira sorprendido.
“¡Pepe!”, suelta tierno provocándome ahora una sonrisa.
“Bien, este lindo insecto se llamará ‘Gato Pepe’, bien hecho mis pequeños”, digo y ellos celebran emocionados.
Vuelvo a dejar a la mariquita en su hoja y ellos me abrazan al mismo tiempo tumbándome al césped. No puedo evitar conmocionarme y mis ojos se humedecen abrazándolos a ambos con fuerza, como si la otra mitad que estaba vacía ahora está llena.
“Estoy celoso ahora”, comenta de repente la voz de Vlad llamando mi atención.
Pero los pequeños no se apartan de mí, y él, se une al abrazo haciéndome llorar de la risa.
“Gracias, cielo”, susurra Vlad en mi mejilla sorprendiéndome.
Decidimos ver películas con los pequeños y esperamos a que Ofelia los vista con sus nuevos pijamas, le respondo un mensaje a Jade dejándola al tanto de la situación mientras que, Vlad tuvo una video llamada larga y tendida con los abogados.
[Jade: ¿Conoces bien a Oliver Brunetti? Me invitó a comer y me pareció muy extraño…tengo algo importante qué contarte, estoy que me muero de los nervios. Mañana te visito temprano, ¿Mimosa para ti?].
Arrugo el entrecejo por lo que me dice. ¿Qué quiere Oliver con jade? No me contestó ninguna de mis llamadas y estoy deseando prescindir de su trabajo como Gerente,
[Valeria: Te espero mañana, en mi oficina, no sé cómo está la situación en la compañía, aparte de lo que me ha comentado Gisela. Mimosa, por favor].
Levanto la mirada luego de enviar el mensaje para ver a Vlad vestido con una camisa de algodón y un chándal. Toma asiento a mi lado pasando su brazo por mis hombros.
“Hola, grandote”, digo reteniendo mis ganas de lanzarme a que me rompa la ropa y me haga suya en el sofá.
“Hola, mi cielo”, musita en mi mejilla.
“¿Y los pequeños?”, pregunta.
“¡No, no quiero!”, escucho que solloza Zayn de repente.
Me levanto y el pequeño viene corriendo hacia nosotros; me abraza las piernas. Aprieto mi cejo y noto el problema… su pijama es de Batman. Miro a Vlad.
“¡Papá malo!”, dice, luego aparece Anastasia con un pijama de princesas.
“No digas eso, Zayn”.
“¡Papá nunca es malo!”, manifiesta Anastasia sacando su lengua a Zayn.
“¿No quiero a Batman?”, gruñe enervado.
“¿Puedo hablar un momento con él?”, pregunta serio Vlad.
“Lo siento… él no suele comportarse así”, murmuro apenada. Vlad se inclina para mirar al pequeño que solloza abrazando mis piernas.
“¿Podemos hablar? Quiero disculparme por este error”, Zayn niega con la cabecita.
“Prometo que tendrás una de Superman si me dejas hablar contigo”, insiste, Vlad, ahora sí tomando la atención de Zayn.
Se separa de mí y sostiene la mano de Vlad. Me siento junto con Anastasia, para cepillarle el cabello mientras los hombres de la casa conversan. A los minutos; ellos regresan y Zayn tiene una sonrisa de oreja a oreja.
“¡Eres el mejor papá!”, exclama sorprendiéndome y abraza a Vlad. Luego corre al sillón sentándonos todos al frente de la gran pantalla,
Entorno mis ojos en mi esposo.
“¿Qué hiciste?”, pregunto curiosa, Él encoge los hombros.
“Hablamos de negocios”, menciona como si nada, haciéndome sonreír negando con la cabeza.
Acostamos a los pequeños; cada uno en su habitación luego de contarles un cuento, cerramos las puertas y al girarnos, nos encontramos con nuestras miradas. Mi cuerpo le sigue hacia la puerta de la habitación oscura; la abre para mí, dejándome pasar antes que él.
Escucho cómo la cierra y dejo salir un suspiro vislumbrando la habitación que se ilumina de inmediato.
“¿Cuáles son tus órdenes, cielo?”, susurra en mi cuello besándolo. Doy un brinco por la sensación que se siente hasta en mi vientre por su voz ronca.
“Deseo obedecer cada una de ellas”, agrega colocando a mi corazón como una locomotora.
“Desvístete, quiero ver lo que es mío”, ordeno con la respiración alterándose.
Él camina hasta al frente de mí, sus ojos me escanean por completo.
“Todo tuyo”, manifiesta sosteniendo el bordillo de la camisa para elevarla por encima de su camisa dejándome ver su abdomen marcado y fornido; sus cicatrices se denotan, pero me parecen igual de hermosas que cada tramo de su cuerpo. Muerdo mi labio comiéndomelo con la mirada. Puedo tener un org%smo con solo verlo.
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