Destinada a amarte
Capítulo 68

Capítulo 68:

Pov Vladimir.

‘No debería de defenderme’, pienso.

“Señora Novikov, entendemos completamente el contexto del video, solo vinimos a hacer unas preguntas, además de que, tenemos una orden judicial para retirar los dispositivos tecnológicos del sospechoso y usarlos para la investigación a fondo”, dice el oficial Spencer entregándome una hoja con la orden firmada; el hombre regordete y de aspecto infantil.

Mientras que, la detective parece una mujer de temple frio. Valeria se levanta sin soltar mi mano y la admiro.

“No contestaremos nada, si quieren llevarse los dispositivos; adelante, no encontrarán nada”, espeta y pienso lo contrario.

Ella hace una seña levantando el mentón. Dante aparece en el umbral llamando la atención de todos. Él, oculta su mano donde tiene una herida; cubriéndola con la otra.

“Disculpen, él es mi guardaespaldas… Dante, sabes a quién llamar, por favor”, le pido a él quien solo me da un asentimiento para retirarse.

“Lamentamos todo esto, Señor Novikov, pero es el protocolo a seguir; más cuando se trata de una muerte de un heredero y que pertenecía a la elite”, comenta el regordete.

“Entendemos”, digo sin más.

“Señor Novikov ¿Por qué no está en tratamiento psicológico? Tenemos su historial médico y penal, su condición es peligrosa para la sociedad y para su familia…”.

“No se atreva”, gruño soltando la mano de Valeria para encarar a la mujer que pretende hurgar en mi infierno sin ser invitada. Los latidos de mi corazón se intensifican.

“Eso no es cierto, Vladimir es inofensivo, además ¿Qué tiene que ver eso con la muerte de Akim? Voy a tener que pedir que se vayan, nuestros hijos están en el jardín y queremos estar con ellos”, espeta mi esposa interponiéndose.

“Cuando una persona amenaza a otra, y sufre de alguna condición mental no controlada, esto puede ser un detonante para que realice actos o arremeta contra alguien; el Señor Novikov presenta comportamientos de agresividad; aún podemos ver los moretones en su rostro y nudillos, mismos que se provocó al atacar a su propio hermano en una fiesta benéfica… todo lo sabemos cuándo su nombre entra”.

‘Mi%rda’, pienso.

Mi pecho sube y baja; mis ojos comienzan a arder y aprieto mis manos en puños,

“Están equivocados, no lo saben todo. Y no voy a permitir que sigan hablando así de mi esposo”, Valeria insiste en defenderme.

“Señora, decimos lo que debemos. Akim muestra indicios de un suicidio a causa de lo que parece ser una derrota empresarial. Usted compró la disquera recientemente y su primera petición fue no firmarle al Señor Baker; representante de la banda «The Blackstone” pero, en el lugar de los hechos fue encontrado el contrato con la firma del CEO de la disquera, esto hace que el primer motivo mencionado, sea nulo”, explica. La respiración comienza a faltarme.

El recuerdo arremete en contra mía.

Dejo a Anastasia en la casa en el cuidado de Teodora, he llegado temprano y aprovecho de resolver un asunto pendiente. Subo al auto quien lo  maneja Dante.

“¿Aceptó reunirse?”, pregunto hacia él.

“Sí, nos indicó la dirección; no es su casa”, explica, arrugo el cejo.

“Bien, no quiero errores, nos encargaremos de que nos entregue las copias de los videos y los eliminaremos”, digo, Dante asiente colocando el auto en marcha.

Llegamos y subimos al edificio, hasta llegar al número del apartamento que nos indicó Akim. Detengo mis pies cuando lo vemos parado viendo por la ventana. Se da la vuelta encarándonos con una sonrisa.

“¿Viniste a traerme el contrato?”, pregunta.

“¿O quieres que publique a tu esposa haciéndome una mamada?”, espeta enervándome, crujo mi cuello dándole una mirada fría.

“Entréganos los videos, copias y todo, si no quieres que esto se vuelva una masacre”, advierto con severidad.

“¡No!”, gruñe acercándose, Dante se interpone evitando que se me acerque y saca su arma que tiene el silenciador para apuntarle a Akim, empuñándola con sus manos enguantadas.

“Aunque, no será necesario el contrato… tengo uno firmado por el CEO de la disquera, solo falta tu firma”, agrega desconcertándome sin importarle el arma apuntándole.

“¿Para qué necesitas mi firma?”, cuestiono entre dientes.

“Me darás la disquera y me quedaré con un video de Valeria, me gusta recordar cómo me chupaba el p$ne”, manifiesta provocándome, aparto a Dante y camino hacia él, quien retrocede.

“Señor, es mejor que no lo toque”, anuncia Dante a mi espalda.

“¡Dame los malditos videos!”, exclamo poseso.

“¿Vas a firmar?”, pregunta alzando su ceja. Tomo una bocanada de aire

‘Mi cielo vale más que esa p%ta disquera’.

“Si, pero, me entregarás todos los videos”, respondo finalmente.

“Ahí es donde están las únicas copias, hiciste bien en aceptar”, comenta con prepotencia.

“Esto, se ha eliminado todo, desaparecieron por completo”, anuncia mi hacker, entregándole el celular mientras sus manos están con guantes.

“Gracias, “JP” sabes qué hacer con las cámaras del lugar, y tu silencio tiene un gran precio”, digo entregándole un fajo de billetes de alta denominación.

“Por supuesto”, él se va dejándonos a Dante y a mí con Akim. Encaro a la basura delante de mí.

“Dame el maldito contrato”, pido, para firmarlo e irnos de una vez por todas al evento de Valeria.

“Creo que lo pensé mejor”, dice confundiéndome, frunzo mi cejo.

“El que tenga la disquera no me devolverá a Valeria, seguirá siendo tuya, mi vida ya no tiene sentido alguno, el dinero que tengo es de mi familia y seré obligado a casarme con una mujer a quien no amo ni amaré”, suelta, rechino mis dientes escuchándolo.

“¿A qué vas con todo eso?”, espeto enfurecido. Akim suelta una carcajada nostálgica y sus ojos se muestran enrojecidos.

“Que mi muerte hará de tu vida un infierno más de lo que podría hacer en vida, perderás a Valeria y eso es lo que me reconforta. Ni tú ni yo la tendrá”, declara, abro los ojos con sobresalto.

En un movimiento rápido, Akim lastima la mano de Dante con un cuchillo arrancándole el arma de las manos, este se aleja y posa el cañón en su cabeza.

“¡Detenlo, Dante!”, grito al deducir lo que está por hacer.

Mi corazón estalla al mismo tiempo que la detonación del silenciador. Me quedo perplejo viendo el cuerpo de Akim caer al suelo…

“¡Tenemos que irnos, Señor!”, exclama Dante, tomando con sumo cuidado el cuchillo que usó para herirlo y se lo mete en el saco envuelto en un pañuelo.

Él intenta hacerme reaccionar, hasta que me obliga a salir de ese apartamento. La detonación por suerte fue silenciosa, las cámaras no nos grabaron y el edificio estaba desolado. Al salir, él me introduce en el auto y lo coloca en marcha con rapidez…¿Qué acaba de suceder?

Pov Valeria.

Coloco mi mano en el brazo musculado de Vlad, observando cómo se ha quedado pensativo mirando a la nada.

“Vlad… ¿Estás bien?”, pregunto, él se sobresalta mirándome con los ojos muy abiertos. Pienso que está recordando su pasado o lo que lo mantiene preso cada noche.

“Quisiera que se fueran, si desean hablar con mi esposo de nuevo, será con los abogados presentes”, comento queriendo que nos dejen de una vez por todas.

“Por supuesto, Señora Novikov. Nos retiramos, por el momento”, acota la detective finalmente, arrastrando su mirada.

Se llevan el celular de Vlad y caminan hacia la salida. Me coloco al frente de él encarándolo u obligándole a que me mire, necesito saber que está bien. Sus océanos se posan en mí y noto algo en ellos que no termino de descifrar.

“Gracias… por hacer que se fueran”, pasa su mano por el cabello en un síntoma de frustración.

“No tienes que agradecer por eso, vinieron a suponer cosas que no son. Me dan igual lo que ellos piensen, sé que no eres el culpable”, dejo en claro. Él abre los ojos con sorpresa.

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