Destinada a amarte -
Capítulo 61
Capítulo 61:
Pov Valeria.
Miro hacia abajo y la caída sería muy aparatosa.
“Siempre estás mojada y preparada para mí, ¿Acaso lo haces a propósito?”, suelta de manera entrecortada.
“Tú me pones así con solo mirarme”, digo jadeante.
“Eso me gusta, cielo”, espeta con su voz áspera mientras estimula mi botón hinchado de placer; esa perla que se enrojece y provoca org%smos avasallantes ante una mano diestra como la de Vlad.
Muerdo mi labio y él con la mano libre cubre mi cuello para que me arquee hacia atrás, sin dejar de sostener la baranda del balcón. Somos un espectáculo en este momento, nunca antes visto.
“Estoy adorando lo fiera que eres; mi cielo salvaje”, espeta entre dientes de manera excitante para empujar su p$ne dentro de mí, abriéndose paso como un monumento cargado de potencia.
G!mo de manera descontrolada con sus embates que lo que hacen es empaparme más junto con su estimulación en mi cl!toris sensible. Todo mi cuerpo lo recibe gustoso, es un placer que se siente hasta en la punta de los pies y me dan ganas de llorar; reír, gritar y g$mir sin parar.
“¡Ah, qué exquisita v%gina!”, exclama excitándome más; empuja su pelvis con dureza y rapidez contra mí trasero, haciendo un sonido lujurioso con cada embestida potente.
“¡Vlad!”, g!mo sin poder contenerme mucho tiempo.
“Aguanta un poco más, cielo”, pide aumentando los embates, pero mis piernas comienzan a temblar por los espasmos y…me corro como nunca antes, empapo su p$ne, sus dedos y mis muslos. La vergüenza se instala en mí por eso, es como si me hubiera orinado encima.
“Maldición, que delicioso”.
Hubiera querido tener mi cara entre tus piernas y recibir tu eyaculación manifiesta en un jadeo, aguijoneando mi pasión. Él aparta su mano de mi v%gina sin dejar de moverse dentro de mí, lleva los dedos a su boca probándome.
‘Aún no me acostumbro a lo desinhibido que es el se%o con él’, suelta mi cuello para apretar mis pechos y embestirme fuerte.
“Ahora me toca a mí”, espeta en un gruñido ronco.
Trago con dificultad porque lo que se viene tiene más potencia que los anteriores embates.
“Hazlo, Vlad… lléname de tu placer”, jadeo para ser avasallada por el org%smo en medio de sus bestiales p$netraciones que vienen con sus g$midos parecidos a gruñidos y el sonido de la entrada y salida de su p$ne con el chapoteo de mi corrida.
“¡Valeria!”, g!me de repente, dándome una buena embestida para sentirle tan dentro de mí que me siento desfallecer pues mis piernas quieren flaquear por la tembladera.
Se corre tan intenso que siento cómo explota su caliente placer dentro de mí; espeso y delicioso. Sale de mi interior besando mis hombros y me da la vuelta para sostener mi rostro y besarme con dulzura.
‘Él es un hombre diferente cuando no me está haciendo el amor’, pienso sorprendida y gustosa por eso.
“Ahora sí podremos volver a la fiesta”, comenta provocándome una sonrisa.
“Primero tengo que volver a aprender a caminar”, digo en modo de burla.
Acomodo mi escote y camino con un poco de dificultad con los océanos de Vlad en mí, comiéndome con la mirada mientras aún le siento dentro de mí. Me aseo y salgo para encontrarme en sus luceros. Entrelazo mi brazo con el de él pensando cómo hablar sobre Anastasia.
“¿Por eso huiste de Manhattan, por Anastasia?”, pregunto llamando su atención. Sus ojos se colocan en mí y asiente con su cabeza nada más.
“Ella me comentó que está enferma ¿Qué tanto, Vlad?”, sigo.
“Tiene Lupus y sus riñones están fallando, tuve que viajar de emergencia porque tuvo una recaída, tiene días buenos y días muy malos, quizá cuando la conociste se sentía mejor”, expresa y se me arruga el corazón con pesar.
“Está muerta”, responde con seriedad.
‘¡Amó a esa persona!’. Los celos me invaden al imaginarme eso.
“¿Volverá con nosotros a Manhattan?”, digo y su cejo se arruga.
“Quizá haya una sucursal del hospital o podremos llevar al médico, conseguir más profesionales. Pero, ella pertenece a nuestra familia, merece el amor que le damos a Zayn”, agrego y él parece conmocionado.
“Ella volverá con nosotros”, manifiesta finalmente provocándome una sonrisa.
“Zayn la amará, siempre quiso tener una hermana”, comento, emocionada con la idea.
“¿No estás enojada conmigo por ocultártelo?”, pregunta deteniéndome a seguir caminando. Pestañeo ante él.
“Solo por subestimarme, pero… también puedo castigarte cuando volvamos a casa, algo se me ocurrirá”, digo recordando las sogas. Me acerco a él besando sus labios.
“Seremos una familia completa y feliz ¿Te parece bien, cariño?”, cuestiono y pareciera que Vlad se quedó sin palabras. Posa su mano en mi espalda baja pegándome a su torso.
“Me parece perfecto, cielo”, afirma con ronquez en mis labios sin dejar de mirarme.
“Bailemos”, propongo atrayéndolo a la pista de baile.
“En serio, Valeria ¿Qué estás haciendo conmigo?”, pregunta desconcertado.
Remojo mis labios dejando salir un suspiro.
“Supongo que… enloquecernos”, respondo finalmente.
Comenzamos a bailar al ritmo de la música suave y él me da unas vueltas para volver a él, una sonrisa permanece en mis comisuras; Vladimir la provoca.
“Hay tanto que no sé de ti”, menciono llamando su atención, suelto un suspiro.
“Pronto sabrás todo de mí y espero sigas sonriendo de la manera en que lo haces en este momento”, declara provocándome un escalofrío por la intensidad de sus palabras.
Me quedo pensativa por sus palabras mientras bailamos, luego de unos minutos mis pies se cansan por los tacones y pido descanso. Mi cuerpo ha tenido mil y una emociones en esta noche, no sé cómo sigo cuerda. Él me deja un beso en la mejilla para ir al baño y tomo uno de los quesos como apetitivo.
“Nunca había visto bailar a Vladimir”, comenta efusiva Tania, sostiene mis manos, muy conmocionada para luego abrazarme.
“Lo siento, me he emocionado al verlos, es que… se ven tan perfectos juntos, como si estuvieran destinados de alguna manera”, declara mirándome con sus ojos cafés.
“Exageras, madre. Pero, es honorable de tu parte. Valeria, el que hayas sacado de su cascaron a Vlad”, dice Simón llegando a un costado de su madre. Es como si estuvieran esperando que él me dejara a solas porque es un poco gruñón con ellos.
“No sé qué decir… para mí, Vlad siempre ha sido así”, digo encogiendo mis hombros.
Su madre se asombra sonriendo.
“Se está enamorando”, declara Simón con seguridad.
‘No lo creo’.
“Tal vez ya lo está”, anuncia Katia acercándose.
‘Solo falta el padre de Vlad’, pienso un poco divertida, los Novikov me rodean.
“¿Te estamos atosigando? Lo siento, querida es que… es primera vez que le conocemos una mujer a Vlad y que sea su esposa, es más sorprendente, luego de que… le sucedieran muchas cosas terribles”, menciona Tania llamando mi atención.
“Me voy unos minutos y deciden acosarte”, dice de repente Vlad colocándose a mi costado para encarar a su familia.
“Solo hablábamos con Valeria, en toda la noche la has tenido tú”.
“Así es como prefiero que sea; solo para mí”, declara calentándome las mejillas.
“Nos vamos”, anuncia sin más.
Tania hace un puchero abrazando a Vlad.
“Espero verte de nuevo, muy pronto”, acuña mi rostro dándome un beso en la mejilla.
“Gracias… por todo”, comento con pena de no poder compartir lo suficiente con ellos. Nos despedimos de todos, y subimos al auto que nos esperaba.
“No vi más a tu padre…”.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar