Destinada a amarte -
Capítulo 38
Capítulo 38:
“Maldición, cielo”, espeto, saliendo de ella sin previo aviso, sus ojos se abren con sobresalto y le bajo del lavamanos, Valeria hace cierto traspié por sus piernas experimentando aún los espasmos del org%smo.
Le doy la vuelta sosteniendo sus muñecas para dirigirías detrás de su espalda con los brazos entrecruzados y sostengo con una mano mientras que con la otra termino de elevar el vestido para ver su majestuoso trasero en forma de corazón que se engrosa.
La posición en que la tengo me pone a volar la mente de solo verla. Nunca habla sentido algo tan intenso con otra mujer ni me había obsesionado con una antes, ahora solo quiero proteger, proclamar, adorarla, saborear y poseer a mí esposa.
“Voy a correrme, cielo”, advierto y ella me mira a través del espejo.
“Quiero que lo hagas… necesito que lo hagas. Vlad”, pide jadeante incitándome.
Aumento la velocidad de mis embestidas para explotar a borbotones dentro de ella, la presión de mi vientre ye libera y todo se me nubla cuando me corro en intensidad. El org%smo me avasalla con voltaje, me inclino soltando sus muñecas y la aparto del lavamanos saliendo de ella.
“Puedo… hacerlo yo”, murmura cuando intuye que la iba a limpiar tomando una toalla Valeria la arranca de mi maño y camina hacia uno de los cubículos, poso mis manos en el lavamanos aún con el corazón y mi p$ne latiendo.
Me limpio los fluidos que dejó en ella y me acomodo con cierto dolor el pantalón, acomodo el traje quitándome el sudor de la frente.
Giro mi rostro para observar cómo sale del cubículo bajando la cadena del inodoro, se lava las manos, acomodándose el labio rojo que se le ha regado. Esbozo una sonrisa acercándome a ella para besar sus hombros llamando su atención.
“Lo siento…”, menciono. Ella arruga su entrecejo mirándome con desconcierto.
“¿Por hacerme el amor de manera intensa?”.
“Por tomarte de esa manera, sin pensar netamente en tu placer, pensé en el mío”, digo sintiéndome imbécil.
“Puedes estar tranquilo, tuve un org%smo y no me hiciste sentir como un recipiente de s%men. Pero sabemos que tenemos que hablar de esto, no será en este momento, ya que, no puedo pensar con claridad en este momento”, menciona ahora desconcertándome a mí.
Se coloca de puntillas pasando sus manos por mi pecho y su acción me eriza la piel.
“Es mejor que salgamos, esposo” agrega besándome los labios rápidamente.
Me quedo absorto al notar que no se molestó de alguna manera que esperaba que lo hiciera. Aclaro mi garganta y ella camina hacia la puerta abriéndola, viéndose como una Diosa vestida de carmesí y mi obsesión de ojos celestes.
Comienzo a sentir mis latidos golpear mi esternón, al darme cuenta de que Valeria puede llevarme al cielo o empujarme al infierno si es lo que ella decide, tiene el poder, me tiene a mí en sus manos.
Pov Valeria.
Finjo que no me es un poco imposible caminar con normalidad.
‘¿Cómo se puede actuar como si nada cuando me han cog!da de esa manera tan intensa?’, me pregunto remojando mis labios que orden por los besos voraces de Vlad.
Él llega a mi espalda posando su mano en mi espalda baja, me tenso al sentir aún los espasmos del org%smo, mi v%gina se contrae al levantar mi rostro para verle a mi costado con su semblante tan apetitoso y atractivo apresurándose hacia nosotros mientras alza sus brazos en el aire.
Me abraza con fuerza y la recibo, aclaro mi garganta observando a Gideon detrás de ella con una sonrisa tenue.
“Vladimir”, expresa Jade entornando sus ojos en él y luego en mí.
‘Nos está analizando’.
Él acomoda su corbata y se inclina hacia mí, pegando sus labios de mi coronilla.
“Ya vuelvo, te dejaré tomar aliento”, susurra contra mi piel.
Separo mis labios y él me deja un beso ardiente para darle un asentimiento a Jade y caminar entre las personas. En cuanto nos deja a solas ella le hace una seña a Gideon para que nos de espacio.
“¿Estaban teniendo se%o en el baño?”, cuestiona de repente, abro los ojos con vergüenza, pero lo que sucedió en el baño fue tan intenso que no puedo dejar de pensar en eso.
“Baja la voz, Jade”, murmuro entre dientes sosteniendo en mi mano una copa con champán para verter el licor espumoso por mi garganta. Coloco mis ojos en los de Jade que sonríe divertida.
“Acabo de conocer a mi suegra y a mi cuñada”, agrego llamando su atención.
Ella alza la cabeza buscando algo entre las personas.
“¿Qué haces?”
“Si las veo puedo deducir que tu esposo es el heredero innombrable del imperio Novikov”, expresa y comienzo a creer en su teoría.
Vlad no ha demostrado ser quien me dijo en nuestra cita a ciegas, es un hombre misterioso lleno de tantos secretos que lo están enloqueciendo de alguna manera sin poder controlarlos.
“De igual manera él me tiene que explicar qué sucede con su vida, en la que Zayn y yo hora pertenecemos”, digo sintiéndome muy abrumada.
Vi el pánico en sus ojos, algo horroroso le persigue y tengo miedo de descubrirlo y que me haga huir de él, porque no quiero.
“¡Bingo!”, exclama sobresaltándome, chasquea los dedos y me señala disimuladamente la dirección donde se encuentran la madre de Vlad y su hermana Katia.
“Sabía que Vladimir no tenía porte de simple CEO, es un millonario de bajo perfil y ha estado ocultando su vida desde que en los noticieros salió que lo habían atacado, quizá está protegiéndose con eso, pues pocas personas conocen el rostro del heredero Novikov”, explica y pestañeo ante la información que recolectó mi amiga.
“Estás apresurándote…”.
“Estoy segura de eso, pero tienes todo el derecho de preguntarle, es tu esposo, Valeria… tiene que darte respuestas”, interrumpe efusiva.
Paso saliva viendo cómo los focos enfocan a Vladimir que sube a la tarima colocándose detrás del atril llevándose la atención de las personas, y no es porque la luz le enfoca, es por su sumamente atractivo porte, él es un hombre grande, imponente y los trajes le quedan exquisitos.
Aprieto mis muslos entre sí acalorándome cuando sus ojos oceánicos los siento en mí, como si me hubieran encontrado entre las personas.
“¿Qué más sabes de él?”, pregunto hacia mi amiga sin dejar de mirarle.
“Solo eso, y que tiene dos hermanos más, son una familia reservada e importante, no sé cómo pueden ser ambas cosas, pero lo lograron”, dice entrelazando su brazo con el míos. Remojo mis labios viendo a Vlad.
“Muchos niños y niñas son abusados en sus propios hogares por sus padres, en este momento la cifra de víctimas sigue subiendo y esta beneficencia es para la fundación NubeCare que se une a la fundación contra el maltrato doméstico… aportaremos ayuda psicológica y terapéutica necesaria para cada individuo”, manifiesta y se me infla el pecho de solo escucharle hablar con filantropía.
De repente, un sujeto camina delante de nosotras tropezándome de manera accidental. El champán mancha mi vestido y chasqueo mi lengua limpiándome con mi mano.
“Demonios, disculpa”, pronuncia apenado.
Llevo mi cabello hacia atrás mirando los ojos oscuros del hombre; su tez morena, y cabello castaño. Está vestido completamente de azabache y me esboza una sonrisa.
“Espera, ¿Eres Valeria Morat? ¿La esposa de Vladimir?”, pregunta desconcertándome.
“¿Por qué sabes su nombre?”, inquiere, interponiéndose.
Él da un paso atrás alzando sus manos.
“Él y yo tenemos el mismo abogado”, comenta entornando sus ojos.
“Veo que eligió bien a su esposa, es impresionante el que finalmente lo haya hecho”, agrega y arrugo mi cejo.
“¿Y tú… quién eres?”, pregunto.
“Soy Dmitry Novikov, hermano mayor de Vladimir, se supone que no debo de estar aquí, pero… no podía perderme de conocer a la mujer que pudo desposar a mi hermanito”, responde con una voz insinuante mientras pasea sus ojos por mí.
Como lo pensé, sus secretos se están saliendo de control y presiento que pronto saldrán a la luz…
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar