Destinada a amarte -
Capítulo 32
Capítulo 32:
“Bien, Señora Novikov ¿En qué puedo ayudarla? Para eso me ha contratado”, expresa con cierto tono de ironía en su voz.
“La encargada del Departamento de Marketing ha renunciado y gracias a ella obtuvimos una gran cartera de clientes importantes, tenemos que evitar que se vayan y conseguir a alguien que haga un buen trabajo para mantenerlos contentos”, digo sin más.
“Veo que sabes lo que se necesita hacer”.
“Y espero que usted, Señor Bonetti, sepa cómo hacerlo”, recalco encarándolo.
“Para la suerte de esta compañía, sí, me encargare de ello de inmediato, conozco también otros clientes potenciales que querrán invertir en esta compañía, en tal caso de que alguno sea robado por la anterior encargada. Normalmente renuncian a un cargo alto para emprender por su cuenta, nunca se van solos, siempre llevan con ellos unos clientes seguros”, explica levantándose de la silla.
“Perfecto”, digo sin más.
“Voy a necesitar que se encargue también a ampliar el departamento de publicidad, quisiera dirigirlo”, agrego y él no deja de mirarme.
“Me parece excelente, entonces mañana. Comeremos juntos para conocernos mejor”, declara encaminándose a la puerta.
“Como amigos”, reitero, detiene sus pasos mirándome mientras remoja su labio.
“Amigos… que tortura ser ‘amigo’ de un ángel como tú, Valeria”, declara insistencia, misma que me desconcierta.
“Oliver”.
“Suena tan bien mi nombre en tu boca”, dice y abro los ojos, presiento que será incontrolable por más limites que le coloque.
“Nos vemos mañana, salir de mi oficina dejándome pensativa, suelto un resoplo negando con la cabeza y me pongo a seguir leyendo las peticiones de cada Departamento de la compañía”.
Las horas transcurren y salgo de la empresa sin tropezarme de nuevo con Oliver. Estuve alerta por si sucedía, es un sujeto que parece insistente. Subo al auto para recoger a Zayn al prescolar.
Cuando llego al lugar, él corre hacia mi emocionado y me comienza a contar lo que hizo con sus nuevos amigos, él parece tener un semblante diferente… se ve feliz y eso me llena el corazón por completo.
Llegamos a la casa luego de pasar por unos helados y Ofelia se ofrece a bañarlo para que me aliste para la fiesta de beneficencia. Subo a la habitación encontrándome con un vestido rojo que tiene una gran abertura en la pierna y unos guantes a juego, saco mi celular tomándole una foto para enviárselo a Jade.
[Valeria: ¿Te parece un vestido de ‘tregua? Tú eres mi gran asesora].
Muerdo el interior de mi mejilla viendo cómo ella escribe el mensaje.
[Jade: Es un vestido para tregua y demás. Con tus curvas ese vestido cerrará cualquier trato y tendrás a tu esposo besándote los pies].
[Valeria: Gracias, y sí, es justa y necesaria la reunión. Te quiero].
Le doy enviar, dejo el celular a un lado para irme a bañar para colocarme el vestido carmesí.
Luego de unos minutos maquillándome reviso mi labial rojo y mis ojos celestes resaltan más, igual que mi cabello oscuro, el vestido se aprieta a mi trasero voluptuoso y a mis tetas; resaltándolas. Comienzo a pensar que es un vestido muy provocador.
Salgo de la habitación golpeando los tacones en el suelo para caminar hacia la habitación de Zayn, detengo mis pasos al escuchar la voz de Vlad. Me asomo en la puerta abierta y lo veo recostado de la cama mientras Zayn está apoyado del torso de él mientras cabecea por el cuento que le está leyendo Vlad.
Mi corazón se conmueve por completo, y cada fibra de mi cuerpo se eriza al ver tal escena tan hermosa y que pensé nunca apreciar. Me quedo en silencio no queriendo interrumpir, él levanta la mirada y se oscurece de manera lasciva al verme.
Cierra el libro con cuidado para alejarse de Zayn arropándolo ya que, ha caído rendido. Este, camina hacía la puerta apagando la luz y doy unos pasos atrás ante la figura imponente de Vlad cuando cierra la puerta detrás de él.
“Venía a arroparlo, pero veo que lo has hecho bien”, expreso cruzándome de brazos.
“Prometí leerle un cuento, no soy quién para defraudar a un pequeño tan bueno como él”, comenta y esbozo una sonrisa.
“Gracias…”.
“Para mí es un placer, también es mi hijo ¡Cierto!”, comenta y aún no me acostumbro.
“Si, lo es declaro ya que, eso es lo que se pactó en el matrimonio”.
“Creo que Ofelia escogió mal este vestido ¿No es muy…?”.
“Es perfecto, como tú y lo escogió tu esposo”, interrumpe acercándose a mí. El aroma de su perfume invade mis fosas nasales provocándome un jadeo.
“MÍ esposo tiene buen gusto”, digo con cierta ironía.
“Valeria, soy posesivo, pero también soy un egocéntrico que desea que su mujer sea vista como la más hermosa del lugar y se babeen teniéndome envidia porque seré el único que podré tenerte”, manifiesta con intensidad y la piel se me eriza.
“Deberíamos de hablar”, declaro.
“Lo haremos en el camino”, ofrece su brazo para que lo entrelace con el mío, y admiro un instante lo atractivo que se ve con su traje y cabello bien peinado mientras me observa con sus ojos imponentes.
Paso mi brazo entre el suyo para comenzar a bajar la escalera inmensa y mi cuerpo reacciona de una manera er%tica al tenerle al costado, mi vientre arde y aclama por él.
Salimos de la casa y Dante nos esperaba al costado de una limusina, me abre la puerta y nos introducimos en el auto alargado y lujoso.
Este se coloca en movimiento, tengo a Vlad a mi costado con su calor que me hace girar a verle, él sigue sujetando mi mano y acaricia mi palma con las yemas de sus dedos el roce me hace saltar chispas de lujuria, Mi pecho se infla al sentir mis latidos acelerados, estoy muy excitada.
“Cielo…”, pronuncia presionando un botón que sube un cristal oscurecido que divide el área del conductor y el de los pasajeros.
Él me atrae de repente hacia su cuerpo tomando mi boca con la suya en vehemencia y de manera apasionada. Un jadeo sale de mí en medio del beso. Sujeto su cabello con posesión devolviéndole el beso, me encanta el modo que tiene de besarme, como si el esperar más tiempo lo enloquecería por completo; succiono su lengua.
«Me hace desear chuparle en cualquier sido con las mismas ansias arremetedoras» pienso con el corazón desbocado
‘¿No íbamos a hablar? Creo que lo dejaremos para después. Necesito que termine lo de anoche’.
Pasa las manos por mi espalda y suelto un g$mido por eso, mi piel reacciona de inmediato a tu roce, sintiendo el empuje de su er%cción contra mi cadera.
Me tiene tan encantada de alguna manera que mis instintos carnales me llevan a cambiar de posición sentándome encima de él sin dejar de comerme su boca deliciosa, separo la falda del vestido y agradezco mentalmente que él fue quien eligió un vestido práctico como este.
Quedo con una pierna de cada lado y lo abrazo a la altura de mis hombros para comenzar a mover mi pelvis, rozando mi v%gina en su enorme y latente er%cción que me está torturando.
Profundizo más con mis besos; lamo su labio inferior y acaricio toda su lengua con la mía… Vlad detiene el beso de repente, mirándome con los ojos oscurecidos de deseo y los labios brillando por la intensidad mis besos.
“Estamos en un auto”, recalca como si no fuera obvio.
“Lo sé, pero… te deseo tanto, Vlad. Necesito que mi esposo me haga suya en medio de Manhattan o me volveré loca”, digo con la respiración entrecortada para admirar su rostro asombrado por mi arrebato.
“Conversaremos luego de nuestros org%smos”, jadeo rozando mis labios con los suyos, él aprieta mi trasero con sus manos dejando salir un
“No sabes lo que estás iniciando, cielo”, advierte zurrándome el trasero para hacerme g$mir en sus labios.
“Enséñame”, pido y su cejo se arruga mientras me observa conmocionado por mi petición lasciva.
Los ojos de Vlad me observan con atención mientras acaricia mi espalda, magreando mis nalgas con sus manos como si se estuviera aguantando de ser rudo conmigo. Respiro en sus labios esperando a su aceptación.
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