Destinada a amarte -
Capítulo 28
Capítulo 28:
Pov Valeria.
“Quiero que esto funcione, Vlad”, digo con sinceridad.
“Maldición, cielo”, se restriega el rostro con frustración, de repente, sostiene mi mano con posesión llevándome fuera de la cocina, subimos las escaleras y él se posa al frente de la puerta conmigo.
“Ninguna mujer ha entrado a este lugar, salvo de Ofelia, quien se encarga de la limpieza”, explica y eso me provoca un suspiro de alivio.
“¿Cómo ella puede saber de esto?”, pregunto.
“Un contrato de confidencialidad”, responde sin más.
Saca una llave de detrás de su pantalón y la posa en la herradura abriendo la puerta de par en par para nosotros. La luz se enciende por tramos, iluminándose por completo.
Las imágenes me hacen tragar grueso, son demasiado ilustrativas; mujeres completamente abiertas recibiendo una enorme p$ne, en posiciones inimaginables, pero… solo se enfoca a la mujer. El hombre no aparece en las fotografías.
“Las fotografías…”.
“Mis amantes, ellas permitieron ser fotografiadas de esta manera, hay un contrato y dinero de por medio”, interrumpe y me quedo patidifusa, él cierra la puerta detrás de mí y mi corazón late con más fuerza.
“Supongo que tú eres el hombre…”.
“Si, es mi p$ne, cielo”, responde con simpleza y al verla me parece monumental,
‘Debe de doler’, pienso al ver el tamaño, y sí, este hombre es grande de todos lados. Aclaro mi garganta nerviosa y excitada al mismo tiempo.
“¿Qué te hicieron sentir cuando las vistes; miedo, asco, repulsión…?”.
“Lujuria”, interrumpo llamando su atención.
“Son excitantes, lascivas, y pecaminosas”, agrego ante su sorpresa.
“¿Estás excitada en este momento?”, pregunta y mi vientre arde.
Él camina hacia mi espalda y me hace sentirle con su calor, su mano se posa en mi vientre mientras su respiración tantea mi cuello enloqueciéndome.
Desliza su mano por la tela, para luego subirla junto con ella al llegar al bordillo de la bata, la punta de sus dedos se encuentra con mi v%gina que ha empapado la tela de mi calzón con mi lubricación.
Tiro mi cuello hacia atrás y él acuna una de mis tetas apretándola en su mano grande y pellizca mi p$zón haciéndome g$mir.
“Estás tan mojada”, gruñe sugestivo erizándome la piel.
“Eres un cielo muy lujurioso”, agrega haciéndome sonreír mientras muerdo mi labio inferior.
“¿Para qué es la soga…?”, pregunto jadeante.
“Para muchas cosas, también para darte placer”, responde introduciendo sus dedos en mi v%gina luego de apartar la tela y separar mis pliegues húmedos, comienza a estimular mi cl!toris hinchado, provocando que los dedos de mis pies se retuerzan de placer.
“No quiero ser otra de tus amantes a las que fotografías Vlad y cuelgas como trofeo”, espeto sintiendo cómo presiona su p$ne en mi trasero, trago con dificultad, apartando su mano de mi entrepierna y me alejo de él para encararlo, su semblante está endurecido.
“No sucederá así”, declara serio,
“Entonces, lo haremos a mi manera, hoy no tendremos se%o”, declaro.
‘¿Qué?, ¿Qué he dicho? ¡¿Por qué no?!’, replica mi interior. Él me mira desconcertado.
“Quiero que me enseñes qué puedes hacer con esa soga”, agrego señalándola, no sé em qué mi%rda me estoy metiendo. Mi corazón palpita con fuerza. Aparece una sonrisa destruye bragas en sus comisuras para clavarme sus ojos.
“Lo haremos de la manera difícil ya que insistes…”.
“Solo apunto los hechos, grandote”, reto mordiendo mi labio.
“No te equivoques, cielo. Voy a hacerte el amor hasta que no puedas más, pero haré que supliques por eso primero… y habrán zurradas por tu arrebato”, suelta erizándome la piel.
‘¿Estoy retando al Dios de la lujuria? ¿Qué puede salir mal?’, pienso dejando salir un jadeo cuando él me sostiene colocándome encima de la cama y él me cubre con su cuerpo caliente y grande.
“¿Lista para suplicar, cielo?”, inquiere y abro los ojos con sobresalto.
Las manos de Vlad acarician mi rostro mientras mi cuerpo reacciona a su tacto, mi pecho sube y baja por mis respiraciones profundas al tener a este hombre tan intenso sobre mí.
“¿Te has portado mal cielo?”, pregunta de repente.
Me quedo sorprendida por su arrebato y el er%tismo de sus palabras. Paso saliva llenando mis pulmones de aire y separo mis labios para pensar con claridad y ni siquiera estoy desvestida. Él arquea su ceja de manera sugestiva disfrutando orgulloso de la respuesta.
“Bien, cielo, nos encargaremos de eso luego… si resistes a lo que viene”, comenta colocándome más nerviosa.
Se aparta de encima de mi dejándome vendida en la cama, apoyo los codos de la cama para verle y siento mis mejillas arder como cada tramo de mi cuerpo. Se comienza a arremangar las mangas de su camisa con elegancia y sin dejar de mirarme con intensidad.
“Desnúdate para mí, cielo”, ordena de repente, abro los ojos, mi corazón va a estallar con el aumento de los latidos.
“Si lo hago yo, te romperé la ropa y le he agarrado cariño a esa bata de satín”, agrega con cierto tono irónico que me vuelve loca.
Asiento sin querer que de verdad destruya mi ropa. Bajo las tiras deslizándolas de mis hombros y poso mis manos en el bordillo de la bata, subiéndola con premura mientras sus ojos me comen siguiendo el movimiento de mis manos desnudando mis muslos.
La piel se me eriza cuando alzo la tela por mis tetas, mis p$zones se endurecen doliendo y termino de sacar la bata por encima de mi cabeza quedando con solo mi calzón.
Noto cómo su pecho se infla ante sus respiraciones, remoja sus labios y procedo a quitarme el calzón de encaje pasándolo por mis piernas hasta mis tobillos, lo sostengo en mi mano dejándolo a un lado. Sus ojos se oscurecen observándome con una intensidad que mi cuerpo no soporta.
“Eres un monumento, cielo”, dice con la voz rasposa y mi v%gina palpita por eso.
Nunca había sido tan íntima con un hombre antes de la p$netración Vlad rompe cada barrera dejándome tan vulnerable.
Comienza a caminar sin dejar de mirarme, llega hasta el costado de la cama sosteniendo en sus manos las sogas y las estira entre sí enrollándolas en sus muñecas mostrándome las venas de sus brazos tensarse por la acción.
Se quita los zapatos sin tener que agacharse y se acerca descalzo hacia mí, subiéndose a la cama, me tenso por su cercanía.
Me acorrala acercándose a mis labios, y sin previo aviso los toma en los suyos, abro la boca sin protestar y él la sella con un voluptuoso y húmedo beso. Mueve su lengua despacio saboreándome de tal manera que me hace desear que haga lo mismo entre mis piernas.
Mis manos se posan en su cabello y tiro levemente de él, él me rodea con sus brazos o eso siento, aparta de repente mis manos de su cabello y las lleva a mi espalda sin dejar de besarme de manera enloquecedora mientras mí se%o suplica por atención, humedeciéndose en demasía.
Mi espalda se curvea al sentir un roce junto a un tirón, no entiendo lo que está ocurriendo. Siento de repente la soga apretarse en mis muslos y pasar por las separaciones de mis piernas con mi se%o.
Me alejo un instante para jadear con desespero el aliento que me robó con el intenso beso.
“Vlad…”, digo a penas.
“Shhh… cielo”, reprime succionando mi labio inferior para tirar de mis p$zones sensibles, g!mo sin más.
Se inclina besando mi cuello, clavículas y el medio de mis senos para rodear con su boca un p$zón produciéndome una oleada de calor eminente. Cierro los ojos tirando mi cabeza hacia atrás. Son muchas cosas las que estoy sintiendo y él se está encargando de enloquecerme.
Súbitamente siento cómo me ha inmovilizado sin darme cuenta abro los ojos con sobresalto bajando la vista a la soga con nudos alrededor de mis pechos, mis piernas, v%gina y me ata los brazos hacía atrás, impidiendo que pueda juntar las piernas. Mi corazón estalla ante la posición.
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