Destinada a amarte -
Capítulo 24
Capítulo 24:
Pov Valeria.
“¿Tuvieron se%o?”, inquiere y niego con la cabeza abriendo la caja.
En ella me encuentro unos medicamentos con una nota [Para la resaca], y en un frasco dice escrito [Bébeme], suelto un suspiro esbozando una sonrisa, ya que, esto es lo que necesitaba.
“Que tierno”, menciona arrebatándome la caja mientras me bebo el remedio, hago una mueca por el amargo sabor pero se siente eficiente.
“Te dejó otra nota”, agrega llamando mi atención, la sostengo en mi mano para leerla.
[Lo siento, cielo], está escrito solo eso, tres palabras que me dejan más confundida.
“¿Por qué lo sentirá? ¿Quisiste abusar de él y él se disculpa? Sé cómo te pones cuando bebes de más”, pregunta Jade, cruzándose de brazos.
“No sé… tengo que llamarle”, expreso con sinceridad.
“Lo harás después de que te duches y vayas a la reunión de negocios que pactaste en la compañía, tienes dos llamadas perdidas de tu nueva secretaria”, acota y abro los ojos con sobresalto.
Corro por mis tacones mientras maldigo en mi interior, este no es un buen comienzo para manejar el Grupo Birken. Luego de cambiarme de ropa, llego al edificio de Grupo Birken. Gisela me ve llegar con apresuro y se acerca a mí. Saco mi celular para llamar a Ofelia y preguntarle por Zayn, cuando llegué a casa, él estaba dormido y no quise despertarlo.
“Hola, Gisela, quisiera un informe sobre el Departamento de Turismo y Marketing, quiero saber lo que está ocurriendo allí. Qué es lo que está haciendo Alice Morat”, digo de inmediato.
“Entendido, le tendré el informe antes del mediodía, disculpe, el Señor Nando Hilton le espera para una reunión como nuevo socio accionista”, anuncia y tomo una bocanada de aire, le dejo un mensaje de texto a Ofelia para llamarle luego de la reunión.
“Gracias, ¿En mi oficina?”, cuestiono a lo que ella asiente de inmediato.
Me encamino estirándome el saco de mi traje que consiste de una falda tubo a juego. Camino con apresuro hacia la puerta de mi nueva oficina y la abro sin más. El sujeto que había interceptado a mi padre.
Se levanta del sillón al verme.
“Disculpe Señorita Morat, mi nombre es; Nando Hilton… creo que me vio hablar con su padre, el Señor Morat”, expresa con una sonrisa agradable, es un sujeto joven de cabello castaño y ojos cafés.
“Claro, tome asiento por favor”, menciono luego de estrechar su maño. Rodeo el escritorio sentándome en la silla detrás de él.
“Como debe de saber, hemos cerrado un acuerdo en el que mi jefe ha adquirido el veinte por ciento de las acciones de la compañía. He venido con usted para discutir un par de cosas, en nombre del Grupo Vedma”, habla y asiento.
Presiono el botón de mi teléfono que conecta con el de mi asistente.
“Gisela, por favor, tráenos café ¿O desea algo en específico, Señor Hilton?”, cuestiono mirándole. Él niega con la cabeza.
“Café está bien, gracias”.
“Enseguida”, menciona, Gisela.
Entrecruzo mis manos sobre el escritorio y él se levanta pasándome una carpeta sobre la madera.
“Estos son los documentos de la compra de las acciones, puede echarle un vistazo, por favor”, explica, dejo salir un suspiro abriendo la carpeta para comenzar a leer los extensos párrafos que están bien detallados en el documento.
“Como representante legal del Grupo Vedma, administraré personalmente la compañía junto con usted”, agrega llamando mi atención.
Suelto un resoplo cerrando dicho documento, sé que está en orden, pero, no tengo mucha experiencia en esto; soy publicista.
“La verdad, no sé mucho sobre esto… de manejar una gran compañía, ¿Tiene alguna idea sobre cómo dirigirla? De verdad la necesito”, digo con una sonrisa avergonzada.
Él me responde la sonrisa junto a un asentimiento. Luego de un instante, Gisela deja los cafés para nosotros.
“Será un gusto guiarla en lo que pueda, esto nos conviene a ambas partes, que esta compañía siga creciendo con usted a cargo… es la Ferrara que queda en la dinastía”, menciona y de inmediato pienso en mi abuelo y mi Madre.
“Como presidenta, continuarás administrando los asuntos generales de Grupo Birken, mientras que yo me encargaré de buscar a un gerente profesional para que sea el encargado de la operatividad”, explica
“También lo puede designar en cualquier Departamento y podrá contar con él para cualquier cosa que necesite saber respecto a la compañía. Si hay cosas que necesite discutir conmigo o sobre mi jefe, puede contactarme en cualquier momento…”, continua diciendo.
“Tengo experiencia completa en estos asuntos y me encargaré de asistirla como corresponden los lineamientos de mi jefe. Excluyendo eso, puede tomar las decisiones que considere entender con un poco de claridad como manejaré esta compañía”, termina.
“Gracias, Señor Hilton…”.
“Puede decirme Nando, el que usted haya tornado las riendas de una compañía tan grande como esta es admirable, además de que quiénes la manejaban solo se querían deshacer de ella sacándole dinero”, comenta y de inmediato pienso en mi padre y mi madrastra.
Él se levanta del sillón y hago lo mismo.
“Mi jefe está al tanto de la situación con la familia en la empresa. ¿Grupo Birken fue fundado por su abuelo materno?”, cuestiona llamando mi atención.
“Si… es así”, respondo.
“Perfecto, teniendo eso en cuenta mi jefe tiene la intención de venderle sus acciones en el futuro, si cuenta con el dinero necesario… de esa manera, se convertirá en la única dueña de la compañía”, menciona y me muestro emocionada por su comentario.
“¿Eso es cierto?”, inquiero sorprendida.
“Si, así es… Incluso podría ofrecerle las acciones por debajo del precio en el mercado, Grupo Vedma reporta ganancias de más de mil millones anuales. Mi jefe es un hombre muy adinerado y no le importaría hacer eso en honor a nuestra asociación”, declara y esbozo una sonrisa por eso.
“Perfecto, por favor… hágale saber a su jefe lo agradecida que estoy apenas cuente con el dinero, me pondré en contacto con él para comprar las acciones”, digo con suma confianza en mí.
“Genial, fue una buena reunión, Señorita Morat, estaremos en contacto”, comenta estrechándome de nuevo la mano.
Me parece extraño que me llame por mi nombre de soltera… quizá me estoy acostumbrando demasiado rápido al Novikov.
Lanzo mi cuerpo de regreso a la silla y resoplo, pero Gisela aparece en la puerta llamando mi atención.
“Tengo listo el informe, no fue muy complicado, hay un buen orden en la compañía”, comenta.
“Se lo enviaré a su correo”, anuncia.
“Gracias, Gisela”, comento para ver cómo sale de la oficina.
Coloco mí vista en la pantalla, percatándome de la información. Comienzo a indagar, pero el estruendo de la puerta me sobresalta.
“¡Señorita Alice, le dije que esperara!”, exclama mi asistente ofuscada.
Pero mi atención se fija en Alice quien parece muy molesta, clavándome sus ojos.
“Está bien, déjala, gracias”, digo, para que nos deje a solas.
“Puedes sentarte si…”.
“¡No! No vine a conversar como ‘hermanitas’”, interrumpe tajante.
“Eres una desvergonzada, ¡Le robaste todo a nuestros padres por lo que trabajaban y los echaste de la compañía!”, exclama de repente turbándome con su arrebato.
Arrugo mi cejo, apretando mis manos en puños, verla a la cara me hace rememorar todo lo que me sucedió hace cinco años y solo siento rabia.
“¡Devuélveles la compañía a mis padres, ya mismo! O haré de tu vida un infierno, desearás estar muerta, Valeria”, amenaza solo aumentando mi molestia.
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