Destinada a amarte -
Capítulo 20
Capítulo 20:
“No creo que sea buena idea”, comento y ella se encuentra hurgando la maleta.
“¿Cómo fue que llegaste a este lugar?”, cuestiono mientras ella me alza unos tacones.
“Mientras estabas toqueteándote con tu esposo en la boda. Estuve hablando con el guapo de su testigo, le pedí su número y pregunté por la dirección diciendo que te iba a secuestrar… creo que esa palabra le alertó un poco, porque se rehusó al principio”, explica con simpleza.
‘Mi amiga perdió la cabeza’, pienso.
“Sí, nos llevará a un lindo club”, explica esbozándome una sonrisa.
Camino hasta la habitación de Zayn resignándome a no llevarle la contraria a jade, cuando se le mete algo en la cabeza no hay nada que la haga cambiar de parecer. Me quedo sonriendo en la puerta para verle en la cama con uno de los cuentos en su mano, termino de acercarme a él.
“¿Cómo está mi pequeño héroe?”, cuestiono acariciando su cabello azabache.
“Bien… ¿Papá me leerá?”, pregunta y remojo mis labios.
“Si se lo pides, podría hacerlo”, respondo sin disponer totalmente de Vlad.
“Quiero que lo haga él”, comenta guardando el cuento, esbozo una sonrisa besando su frente.
“Ofelia te cuidará mientras no estoy, ¿Te parece bien?”.
Los ojos grandes y azules de él se posan en mí para asentir.
“Te amo un millón”, digo haciéndole reír.
“¿Qué es más que millón?”, pregunta curioso.
“Billón”, respondo sin más.
“Te amo un billón mami”, dice y mi corazón se emociona.
“Es bastante”, murmuro feliz para despedirme de él
“Un billón”, repito en voz baja caminando a la salida.
Me encuentro con jade quien sostiene mi bolso.
“¿Qué ocurrió?”, pregunta al mirarme el rostro.
“Me dijo que me ama un billón”, digo mirándole.
“Zayn es precioso”, menciona con orgullo, entrelaza mi brazo con el suyo y nos despedimos de Ofelia. Me detengo un instante para encararla.
“Si ocurre algo o me extraña…”.
“No te preocupes, te llamaré”, interrumpe Ofelia.
Asiento sonriéndole y subo al auto donde nos esperaba Gideon. El club en el que nos detuvimos resultó estar clausurado, resoplo viendo a mi amiga mientras las personas caminan con apresuro en la acera, es un área muy nocturna y concurrida porque es una zona de bares; clubes y discos.
“¿Y si celebramos en casa?”, pregunto.
“No digas eso, encontraré uno mejor para ir a celebrar”, dice testaruda y Gideon se queda mirándonos.
De repente, un sujeto se acerca a mí con un panfleto en la mano. Lo tomo con cierta duda.
“Hola, este es un club del momento y si enseñan esto, tendrán un servicio gratis en el área VIP”, comenta llamando la atención de Jade quien me arrebata el panfleto de la mano, y luego encara al sujeto.
“¿Cómo sé que no eres un depredador?”, inquiere hacia el sujeto.
‘No está vestido como si fuera un repartidor de panfletos, al contrario, tiene un traje’, pienso.
“Pueden verlo con sus propios ojos, es el Club más prestigiado”, explica señalando el papel y leo el enunciado con el nombre de ‘Sodoma’, su solo nombre me deja pensativa.
“Bien, gracias”, espeta Jade orgullosa.
Le da el panfleto a Gideon.
“Llévanos ahí, por favor”, ordena sin más. Resoplo siguiéndola.
Cuando llegamos a la entrada del lugar; hay una gran fila de personas rogando entrar. Se ve lo lujoso desde su fachada con las letras brillando en Neón. Jade enseña lo que nos dio el sujeto y nos dejan entrar rápidamente
‘Ahora dudo que el sujeto tuviera más panfletos’, pienso.
Gideon nos sigue de cerca y con asombro observo el interior; lleno de personas bailando y música en su punto. Una chica nos guía al área VIP donde nos traen unos Cosmopolitan para iniciar la noche.
“Debes de tener un ángel guardián, últimamente te están sucediendo cosas buenas”, expresa jade llamando mi atención.
“Esto fue pura casualidad”, menciono restándole importancia.
“La casualidad no existe, el destino, sí”, comenta para beber de su trago y pedir otro.
Entre cocteles, habladurías y unas cuantas meneadas de cuerpo, unos sujetos atractivos y seguros de sí mismos se acercan a nosotras mientras Gideon nos ve a una distancia, pendiente de Jade.
“Hola, Señoritas ¿Podemos acompañarlas?”, pregunta uno de ellos, el más alto mientras me escanea por completo.
Poso sobre mi rodilla la mano donde brilla el anillo para que lo puedan ver. Separo mis labios para negarme, pero me detengo cuando una mano cálida se posa en mi hombro desnudo, erizándome la piel y provocando que mi estómago se apriete.
“Ella no está libre”, manifiesta la voz de Vlad; rasposa e imponente para terminar de afectarme.
Mi corazón late con fuerza y giro mi rostro para verle mientras alzo mi mentón; lleva una camisa con los primeros botones sueltos y un pantalón que se aprieta a sus muslos de manera perfecta, marcándole también el bulto que crea su miembro.
Trago con dificultad para encontrarme con sus ojos oceánicos mirándome con su intensidad misteriosa.
Me quedo patidifusa; sin palabras, sin aliento. Los sujetos se quedan mirando con molestia a Vlad, quien clava su mirada fría en ellos.
“No ha dicho lo contrario”, espeta el que parece más valiente, dando un paso hacia mí y tiende su mano de igual forma ofreciéndomela.
“Si quieres alejarte de este patán, te llevaré a nuestra área”, agrega y no termino de recibir su mano ya que, Vlad se interpone para manotear la mano del sujeto apartándola de mí.
“La tocas y te mato”, gruñe en advertencia Vlad.
Abro los ojos con sobresalto por su amenaza y me levanto del asiento.
“Soy su esposa y lo que intentaba decir es que no deseo que nos acompañen, gracias”, digo antes de que todo se torne de un color hormiga.
Ellos pasan su mirada de mí a Vlad.
“Ya le escucharon, lárguense”, espeta.
Vlad. Ellos se dan la vuelta yéndose lejos. Jade sonríe mirándome con asombro, Vlad me encara con sus ojos oceánicos.
“¿Qué haces aquí?”, inquiero aún desconcertada.
“¿Qué estás haciendo Vlad?”, reformulo la pregunta.
“Lo que haga falta”, responde decidido.
“Creo que mejor me iré a fastidiar a Gideon, amo cómo se pone nervioso”, anuncia Jade con la intención dejarnos a solas, abro mis ojos hacia ella para que no lo haga, pero me ignora por completo.
“Si la sigues protegiendo así, no me cabe duda de que escogió bien, que bueno verte, Vlad”, agrega antes de irse con un asentimiento de Vlad que parece orgulloso por lo que le dice mi amiga.
‘Traicionera’, digo en mi mente porque me deja con el lobo salvaje de mi esposo.
“No puedes ir por la vida amenazando así a las personas”, digo lanzando mi cuerpo al sillón, él se sienta a mi lado pasando su brazo por encima de mis hombros acariciando uno de ellos de un modo posesiva, para hacerme sentir su presa.
“¿De qué otra manera se pueden amenazar a personas como ellos? Te iba a tocar”, dice de manera intensa.
“No lo iba a permitir”, declaro quedándome sin aliento.
“Me alegra saber eso”, esboza una sonrisa orgullosa. Ruedo los ojos dejando salir un suspiro.
“Espero que te hayas acomodado bien en la casa junto con Zayn ¿No ocurrió ningún problema?”, inquiere de repente.
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