Destinada a amarte -
Capítulo 147
Capítulo 147:
Luego de despedirnos de todos y de dormir a los mellizos, salimos de la habitación de Clark al lograr dormirle. Activo la cámara que se conecta a una pantalla en mi mano y cierro la puerta con un suspiro.
Vlad sostiene mi mano, guiándome por el pasillo hacia la habitación oscura.
“Creí que estabas agotado ““murmuro.
“Nunca estoy agotado de ti y tu placer.
“Pensamos igual, grandote”, declaro.
Él abre la puerta y noto una caja azul encima de la cama con un listón. Camino hacia ella con mi vestido de novia, él cierra la habitación en cuanto nos adentramos.
“Como nuestra luna de miel se pospone hasta que Clark pueda viajar…me adelanté con el regalo”, anuncia.
Le miro desconcertada y le quito la tapa a la caja encontrándome con una pieza en forma de gota con lo que parece ser un zafiro azul. Trago con dificultad sosteniéndola en mi mano. Vlad llega hasta mi espalda y su respiración en mi cuello me alborota las hormonas.
“Dijiste que querías experimentar todo”.
“¿Cumpliste con mi petición?”, pregunta y recuerdo la limpieza y la alimentación.
Asiento con mi cabeza y mi corazón palpita con fuerza.
“Esa joya es para tu delicioso trasero…lo prepararemos para que reciba mucho placer”, susurra y suelto un g!moteo.
“¿No me… dolerá?”, pregunto nerviosa.
“Estarás tan mojada, excitada y gritando de placer que no sentirás ni una pizca de dolor, me encargaré de eso, cielo”, manifiesta bajando su mano por la falta del vestido encontrándose con la lencería blanca que compré para él.
Desliza sus dedos en los pliegues de mi v%gina marcados por el encaje y tiro mi cabeza hacia atrás.
“Ahora serás completamente mía”, declara enloqueciéndome.
Meses después…
Italia – Santorini
Acaricio el bulto de mi vientre mientras observo el mar azul.
“¡Mami, mami!”, llama Anastasia llevándome a mirarle.
Ella corre hacia mí mostrándome la pantalla de mi celular. Donde aparece Jade en un video llamada. Esbozo una sonrisa.
“Gracias, cariño”, digo hacia mi pequeña.
Miro a Vlad jugando con Zayn mientras Clark está en la mecedora tomando una siesta.
“¿Ya nos extrañas?”.
“Recuerdo que nos llamaste esta mañana”, pregunto hacia la rubia en la pantalla.
“Siempre les extraño, menos a Vlad”, responde y niego con la cabeza.
“Quería recordarte que tienen que volver en menos de dos meses, para planificar los partos”, agrega emocionada.
“Sabes que regresaremos en unos días, tranquila, tendremos el parto juntas”.
“Estoy feliz, Valeria ¡Seremos Madres de nuevo!”.
“Bueno, tú tendrás gemelos… serán ahora…”, se queda pensativa contando cuántos hijos tengo.
“¡Cinco Novikov!”, exclama sorprendida.
“Estamos a la mitad de la meta”, digo llamando la atención de Vlad que me mira con sus ojos Intensos.
“Tengo que colgar, te quiero, salúdame a Gideon y dale un beso a Serena de mi parte”, agrego rápidamente.
“¡Espera…!”, cuelgo la llamada y Vlad se levanta del suelo para acercarse a mí. Posa sus manos en mi vientre abultado y besa mis labios.
“¿La mitad?”, inquiere arqueando una ceja.
“Dijiste que querías diez”, le recuerdo aún pensativa si lograremos eso, aunque con el se%o no tenemos ningún problema…tenemos mucho se%o.
“Por ti tendría cien”, suelta envolviéndome en sus brazos y me hace reír.
“No soy una fábrica de bebés, grandote”, digo y él ríe. El sonido de su risa pone a mi corazón a galopear.
Él gira para ver a nuestros hijos jugar y suspira.
“Son tan perfectos”, digo.
“Se parecen a ti”, declara clavándome sus océanos para besarme con intensidad. Se separa de mis labios y se inclina hacia mi vientre pegando ahora sus labios sobre él.
“Parézcanse a su Madre, ella es hermosa, inteligente y perfecta”, murmura erizándome la piel. Vuelve a mí y me envuelve en sus brazos… donde podría vivir eternamente.
Vladimir Mikhailovich Novikov Tramell; apareció en mi vida como un rayo en la oscuridad… guapo y brillante, imprevisible y carnal. Su oscuridad era arrolladora hasta que él mismo pudo destruirla.
Meses después…
Le doy pecho a Vincent mientras que Rhys está tomando una siesta, los mellizos Novikov me han dado cierta guerra, tienen el carácter de su padre mientras que Anastasia, Zayn y Clark, se portan como angelitos.
Pero… ¿Quién me manda a mí a dar a luz a mi propio esposo como una fotocopiadora? Acaricio el cabello oscuro de Vincent y logro que se duerma luego de una gran hazaña.
Lo coloco a un lado de su hermano, para suspirar y verlos con una sonrisa. Salgo de su habitación, encontrándome con Ofelia.
“Gracias por cuidarlos”, digo apenada de que he necesitado más su ayuda, últimamente. Son cinco Novikov en pleno crecimiento, mini rusos de ojos azules.
“Es para mí un honor, los adoro”, dice con una sonrisa.
Le abrazo y ella se adentra al cuarto con los mellizos. Tomo un respiro y bajo la escalera para encontrarme con Zayn y Anastasia jugando a pintar sobre la mesa del comedor.
Me acerco a ellos besando sus coronillas y alzo en mis brazos a Clark para darle unos arrumacos provocándole una carcajada.
Al final del día… miro a mis hijos y pienso que ha valido la pena cada momento.
“¡Mami mira!”, llama Anastasia alzando su dibujo donde aparecemos todos, hasta las nanas y los ponys.
“Es hermoso, cariño”, digo, dejando a Clark en su silla para darle papilla.
“El mío más ¿Verdad, mami?”, pregunta Zayn mostrando el suyo, donde le ha colocado una capa a Vladimir.
Esbozo una sonrisa al recordar cómo se ve solo con la capa… y ese recuerdo me distrae por su calor, quisiera volver a ver a mi esposo hacerme un baile privado.
“¡Mami!”, vuelve a llamarme Zayn sacándome del trance. Pestañeo y le miro.
“Cada vez más parecido a su padre”.
“Igual de hermoso que el de tu hermana; tengo unos hijos muy talentosos”, expreso.
“Pero, ¿si soy tu favorito? Mi mami es mía”, espeta mi pequeño. Es una guerra de nunca acabar.
“¡Malo!”, gruñe Anastasia encarándole sus ojos azules.
“Mis amores”, digo, llamando la atención de ambos.
“Todos son mis favoritos”, reitero por enésima vez.
“Soy el favorito de papá”, menciona Zayn inflando su pecho.
“¡Claro que no! ¡Soy su princesa!”, grita Anastasia levantándose del asiento.
“Princesa de barro”, espeta Zayn y abro los ojos.
“¡Oye!”, le reprendo.
“¿Por qué le dices así?”, Zayn baja la mirada.
“Es que ella, se la pasa llena de barro”, responde.
“No es barro…”, digo al recordar que Anastasia suele aplastar estiércol de los ponys.
“…no le digas así, es princesa de este lugar ¿Entendido?”, Zayn asiente con su cabecita.
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