Destinada a amarte
Capítulo 131

Capítulo 131:

“¿Estás bien?”, pregunto preocupada.

“¿Marla no les hizo nada?”.

Jade niega con la cabeza y los tres nos acercamos a la cabina de la ambulancia donde tomo asiento y comienzan a curarme la herida.

“Estamos bien, ahora sí esperamos que no tengan más enemigos ¿O sí?”, dice en tono burlón mi amiga.

Niego con la cabeza una sonrisa.

“Es el fin del mal”, digo mirando a Vladimir para sostener su mano.

“Lamento lo de la cena, ¿Hemos perdido la reserva en el restaurante?”, pregunto hacia Jade.

“Eso no importa, será otro día”, comenta Gideon llegando al costado de Jade para besar su mejilla.

“Lo dices porque tienes miedo”.

“No tengo miedo, si es por mí, le digo ahora mismo”, replica Gideon a su prometida.

Remojo mis labios; feliz de que el tormento haya culminado. Veo cómo se llevan esposada a Gisela. Me levanto rápidamente luego de que terminan de vendarme y me acerco a la patrulla donde la meten.

“Lo siento tanto, Valeria, no quise…”.

“Pagaré la deuda de tu abuela, no te preocupes y podrás visitarla. No mereces perder todo por intentar salvarlo y que no hayas escogido la mejor forma”, digo y sus ojos se abren de golpe.

“Eres tan buena”, solloza sin creérselo.

“Muchas gracias”, dice con sinceridad y la terminan de meter a la patrulla.

“Creo que deberíamos de ir a casa”, propone Vladimir abrazándome por la espalda.

“Estoy orgulloso de ti”, agrega erizándome la piel.

“¡No lo hagas, Jade!”, exclama Gideon siguiendo a Jade quien camina a sopetones hacia nosotros.

“¡Papá!”, llama a Brendan quien hablaba con un oficial que ni enterado de que él es el líder de una mafia. Este atiende al llamado de su hija y se acerca a nosotros, Gideon parece palidecer.

“Vladimir ¿Crees que hay suficientes policías para asustar a un mafioso?”, pregunta Jade hacia Vlad.

“Si…”, responde Vlad desconcertado.

Brendan termina de llegar.

“¿Sucede algo, cariño?”, pregunta a su hija.

“Sí, papá…”.

“Jade”, dice Gideon entre dientes y parece que le dará un ataque al corazón.

“Es ahora o nunca, estoy cansada de ocultarlo”, menciona y abro los ojos de par en par al entender lo que insinúa.

“Jade y si mejor nos vamos para pensarlo mejor”, murmuro.

“¡Estoy embarazada!”, exclama de repente doy un paso atrás volviendo con Vlad, Brendan arruga su cejo mirando a su hija, luego a Gideon, después a los oficiales que nos rodean.

La tensión se siente en el ambiente y a Brendan se le colocan rojas las orejas de la rabia mientras aprieta sus manos en puños.

Me quedo perpleja mirando a Brendan quien respira profundo mientras aprieta sus puños.

“¿Es de… Ford?”, pregunta Brendan hacia Jade.

Jade entrelaza la mano con Gideon.

“Si, papá. Y nos vamos a casar, quieras o no”, responde Jade hacia Vlad.

“¿Valeria y Novikov lo sabían todo este tiempo?”, cuestiona Brendan deteniéndonos,

Tome una bocanada de aire.

“¿Cómo no me di cuenta?”, dice de solo mirarnos los rostros.

“Papá, lo amo y sé que estás furioso y querrás matarlo, si lo intentas no sabrás de mí en tu vida, dejaré de ser tu hija y…”.

“Deja de hablar, Jade”, interrumpe tajante Brendan.

“Este asunto es entre este traicionero y yo, quien se atreve a entrar a mi casa, robar mi confianza mientras ultraja a mi princesa ¿Y quieres que le perdone esto?”, suelta enfurecido acercándose a Gideon.

“Haga lo que tenga que hacer, Señor Harrison, le respeto, pero más amo a su hija y si tengo que enfrentarme a un duelo de muerte, lo haré”.

“Tendremos un bebé y usted será el abuelo de él, nadie protegerá mejor a su nieto y a su hija que yo… daría la vida por ellos de ser necesario y usted lo sabe”, declara Gideon sorprendiéndonos, mantiene su postura y Jade sonríe enamorada hacia su prometido.

“Es mi hijita…”, murmura Brendan afectado.

Me acerco a él posando mi mano en su hombro, él me observa y sus ojos están rojos, conmocionados.

“Y lo seguirá siendo, pero ya es una adulta; está enamorada y escogió a un gran hombre, confío con los ojos cerrados en Gideon Ford, él nos ayudó a esclarecer la verdad en mi familia y salvó la vida de Jade”, digo hacia Brendan.

“Era su trabajo…”.

“Su trabajo también tiene límites, y él se ha entregado por completo a la Señorita Jade, tiene mi apoyo, Ford está respaldado por los Novikov, usted dice que el hombre que despose a su hija tiene que tener una gran familia que lo respalde, pues, ahora es parte de la nuestra”, interviene Vladimir cumpliendo su palabra, le doy una sonrisa de complicidad a mi esposo.

Gideon asiente hacia Vlad en agradecimiento.

Brendan parece consternado y se suaviza las sienes, de repente, hace un traspié. Gideon lo sostiene evitando que se caiga.

“¡Papá!”, grita preocupada Jade.

“Es tu tensión, tienes que calmarte papá ¿No puedes estar solo feliz por mí? Si tanto me amas, demuéstramelo, déjame amar con libertar a Gideon y deja el odio solo para tus enemigos”.

La voz se le rompe mirando a su padre.

“Te amo con mi vida, jade… ¿Realmente es lo que quieres, no es un capricho?”.

Ella mueve su cabeza mientras sus ojos se llenan de lágrimas y sonríe acariciando el rostro de su padre. Los hombres que trabajan para Brendan corren a socorrerlo y le ayudan a sentarse en el capó de uno de los autos.

“Es lo que quiero papá, desde hace un año me di cuenta que es el amor de mi vida y el futuro padre de mis hijos, pero, lo que más quiero es tu bendición.

“Papá, tú me importas muchísimo, por eso te lo oculté, no quería alterarte y pensé que… ibas tratar de separarnos”, Jade solloza conmocionada mientras que Brendan abre los ojos de par en par.

“Por favor… papá”, suplica Jade.

“Brendan Harrison, no seas un ogro y dales la bendición”, dice de repente la Madre de Jade siendo escoltada y aparece con una sonrisa.

El rostro de Brendan es un poema, ella llega con su porte elegante.

“Dicen que a un lado de un gran líder poderoso está su mujer que vela por sus buenas decisiones, por eso, cariño, esto es una buena decisión”, agrega, Jade salta a abrazar a su Madre.

“¡Gracias, mami!”, exclama y ve a su padre esperando a que hable.

“Todo esto es mucho para mí…”

“Pero podrás con esto, Gideon es un buen hombre, es lo que hemos buscado para nuestra pequeña princesa. ¿Qué dices, acaso no quieres entregar en el altar a tu hija y estar con tu nieto?”, pregunta la Señora Harrison a su esposa.

“¿Cuándo lo supiste?”, dice sorprendida Jade.

“Hija, soy tu Madre, tengo el instinto y el ama de llaves vio las cajas de las pruebas de embarazo en el cesto, esperaba a que nos lo contaras, pero, sabía que lo ocultabas por tu padre y lo de Gideon… por Dios, he visto cómo te mira, tal como mi Brendan me mira con amor”, responde Nina de Harrison.

“Brendan, por el amor a Dios y a nosotras, dales la bendición”, pide sosteniendo la mano de Brendan, él besa sus nudillos con ternura y luego mira a su hija y a Gideon.

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