Destinada a amarte
Capítulo 100

Capítulo 100:

Vuelvo a abrazarla.

“Te quiero”, murmuro.

“También le tienes que agradecer a Vladimir, él hizo posible esto. De algún modo se ganó el respeto y la ayuda de mi padre. Creo que sabes cómo agradecerle, ese hombre te come con la mirada”, manifiesta y miro a Vlad, ciertamente tiene una mirada er%tica que me provoca calor en la nuca.

Reímos por su comentario, beso su mejilla y ella ondea su mano en el aire para subir al auto oscuro con los escoltas. Vladimir termina de acercarse a mí, sostiene mi mano y me lleva a mirarle con mis latidos intensificados,

“¿A casa, cielo?”, pregunta arqueando una ceja sugestiva.

“La habitación oscura, con tu castigo como  preliminar, Señor Novikov”, respondo con erotismo cosa que le provoca a él y suspira con carraspeo.

“Será un placer”, expresa y muerdo mi labio caminando con él al auto que nos esperaba. Cuando llegamos a casa, escuchamos los pasitos apresurados de Zayn correr hacia nosotros.

“¡Mami, papi!”, grita efusivo alzando sus brazos para que lo abracemos y le demos muchos mimos.

Ambos lo abrazamos saludándole, llegué a pensar que no le volvería a ver. Mis ojos se escuecen por eso y beso sus mejillas. Alzo mi vista viendo a Anastasia caminar con cuidado y le invito a unirse; es mi pequeña, siento el mismo amor por los mellizos. Ella llega hasta nosotros y le damos el cariño que merece, en nuestra calurosa bienvenida.

“Llévennos con ustedes cuando se vayan”, pide Anastasia con un puchero. Miro a Vlad y trago con dificultad.

“Pronto podremos hacer eso”, digo llenando mis pulmones de aire y ella asiente.

“¿Quién quiere ver una película antes de ir a dormir?”, pregunto a los mellizos.

Sus caritas se emocionan y comienzan a saltar.

“¡Yo, yo!”, dicen al unísono.

“Bien, vayan a escoger la película junto con

Ofelia mientras nosotros nos colocaremos el pijama”, anuncio acariciando las mejillas de mis pequeños que tienen los ojos más hermosos.

‘¿Cómo no pude ver el gran parecido de ambos?’, me cuestiono sonriendo. Zayn me envuelve el cuello con sus brazos en un abrazo.

“Te amo un millón mami”, murmura y mi  corazón se arruga emocionado.

“Te amo un billón”, digo, ellos caminan guiados por Ofelia quien me da una sonrisa.

“Me alegra ver que está de regreso, Señora Valeria”, menciona y asiento.

Giro para ver a mi esposo.

“Iré a ducharme, si quieres…”.

“Eso no se pregunta, cielo”, interrumpe sosteniendo mi mano. Mis mejillas arden ya que, él piensa lo mismo que yo.

“Será rápido, Zayn se coloca ansioso si le hacemos esperar mucho”, digo.

“Anastasia es igual; un demonio en frasco pequeño”, declara haciéndome reír.

Subimos las escaleras y cuando cruzo la puerta de la habitación oscura, sigo mi camino hacia el baño quitándome la ropa y dejándola en el suelo hasta llegar desnuda a la ducha con las pupilas de Vlad recorriendo mi cuerpo.

“Deberíamos de hablar sobre…”.

“No es momento para eso”.

“¿Y para qué es momento?”, pregunto curiosa arqueando mi ceja luego de meterme debajo de la lluvia de la ducha.

Él, se quita el saco de su traje tirándolo al suelo junto a sus zapatos y desanudando su corbata entra de repente a la ducha; aún vestido.

“Vlad, ¿qué haces? Arruinarás tu traje”, menciono sonriendo. Sujeta mi rostro y pestañeo por el agua que cae en mi rostro para mirarle.

“Eso no importa, simplemente no puedo pasar un segundo más lejos de ti… no te atrevas a intentar volver alejarme, ya no puedo dormir sin ti”, manifiesta cerca de mis labios.

“Mi infierno es insignificante en comparación al dolor de tu ausencia”, dice con intensidad dejándome sin aliento.

“¿Si te das cuenta que, no fue mi intención?”.

“Cuestiono enterrando mis dedos en sus hebras oscuras, humedeciéndolas”.

“Lo sé, esto te lo digo para que no quepa esa idea en tus pensamientos, te pertenezco Valeria Morat de Novikov”, manifiesta llevándome a arrugar el cejo. Acerca más mis labios a los suyos.

“Soy tuya, lo sabes, ¿No?”.

“Lo sé”, responde con su voz rasposa.

“Pero solo en mis límites y términos”, reitero de manera juguetona.

Vlad posa sus manos en mis caderas pegándome a su cuerpo con posesión, y siento cómo su vientre se infla por sus respiraciones jadeantes.

“También lo sé… eres mi esposa, no una propiedad”, afirma haciéndome sonreír excitada.

“Excelente respuesta, Señor trajes bonitos”, murmuro para atraer sus labios a los míos y tomarlos en un beso pasional, caliente y desbocado.

Sostiene mis manos y empuja mi cuerpo a la mampara de la ducha dándome la vuelta y alejándose de mis labios. Pega mis palmas de la pared de cristal y me incita a separar mis piernas para sentir sus dedos deslizarse desde la raja de mi trasero hasta mis pliegues resbaladizos.

Mi v%gina se contrae por la sensación de su intromisión posesiva, separo mis labios en un jadeo y le miro por encima del hombro, empapándome de solo ver los océanos placenteros.

“¿Me dejas estar dentro de ti, cielo?”, pregunta con la voz ronca.

“Eso no se pregunta, grandote”.

Le imito con una sonrisa que se me borra por un g$mido que la interrumpe en cuanto él toma eso muy en serio, introduciendo sus dedos moviéndolos dentro de mi  resbaloso y palpitante v%gina.

La ducha era fría y comienzo a sentir calor, mucho calor. Hay vapor entre nosotros. Vlad baja su bragueta para sacar su p$ne erecto y pesado, dejándome verla antes de empujarla dentro de mí como una bestia. Me llena por completo haciéndome g$mir como una posesa.

La mampara se empaña y sus embestidas me hacen apoyarme de ella, pero mis manos se resbalan por la humedad y la potencia de sus p$netraciones. Siento cada centímetro de su inmenso p$ne entrando y saliendo de mí mientras sus manos aprietan mis tetas pellizcando de vez en vez mis p$zones sensibles y er$ctos.

“¡Vladimir!”, g!mo sopesando el placer invadirme. Él es el único que puede ponerme así y romper cada barrera de desinhibición en mí.

“Te correrás cuando te diga”, gruñe.

Abro los ojos de par en par, ya que, no sé si podré aguantar. Vlad lo hace más difícil para mí el contenerme; posa una de sus manos en mi monte de venus para buscarse el camino hacia mi cl!toris que está hinchado y muy pero muy sensible. De repente, comienza a estimularme, mis piernas tiemblan y él no deja de p$netrarme con potencia. Pego mi frente del cristal y mis g$midos se enloquecen.

“¡No puedo más! “Jadeo en advertencia.

“Suplícame”, pide calentándome más.

“Por favor, por favor”, suplico y escucho su sonrisita detrás de mí.

“Corrámonos juntos, cielo”, anuncia aumentando sus embestidas y la estimulación de tortura en mi cl!toris.

Siento que voy a desfallecer y sin más; exploto cómo él también lo hace dentro de mí. Me hace ver las estrellas, el cielo y el infierno en un mismo instante pues la lascivia que somos no es para santos. Quedo jadeante, muerdo mi labio y le miro por encima de mi hombro.

“No te salvas del castigo luego de ver la película”, advierto jocosa.

Sale de mi interior provocándome un g$mido por el gran vacío que deja en mí y nuestros fluidos en hilo que recorre mi muslo interno. Vlad acuna mi rostro y besa mis labios con dulzura haciéndome suspirar.

“Acepto, cielo”, murmura y me abalanzo encima de él para intensificar el beso, busco terminar de asearnos quitándole la ropa empapada.

Luego de que vemos una película animada; Anastasia se queda dormida y la dejamos en su cama con un beso en la frente mientras que, a Zayn lo llevamos a su habitación para arroparlo. Hacemos ademán de salir de la habitación del pequeño.

“Quiero dormir con papá”, dice somnoliento.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar