Desafiando el corazón -
Capítulo 52
Capítulo 52:
De pronto, ante la mirada sorprendida de Carina, un cañón se apoyó sobre la sien de Noah, cuando este se dio cuenta por el frío tacto del metal, ya era muy tarde, Walter ya había jalado el gatillo.
Aunque Carina sintió el grito naciendo de su corazón, nada salió de su garganta en cuanto el cuerpo de Noah tocó el piso, ante sus pies, con la mirada fija en ella mientras sus pupilas se dilataban.
“¡Noah! ¡¿Qué carajos le hicieron?! ¡¿Por qué?!”, gritó mientras se empujaba con los talones.
Pese al dolor en sus muslos, quería alejarse del cuerpo.
“¡Noah!”
“Alpha… ve a buscar a Candy, ya está lista”, dijo el Señor Winter y la asesina asintió antes de salir de la bodega.
“Ustedes dos, monten guardia afuera, no quiero sorpresas…”
El par de asesinos salió de la bodega, dejando a Carina sola con Winter y su fiel lacayo Walter.
“Siempre hay que matar cabos”, dijo Winter con seriedad mientras pateaba el pie de Noah, como si después del disparo en la cabeza todavía pudiera ser capaz de seguir respirando.
“Si mi padre no hubiera permitido que uno de sus hombres escapara, Benjamín jamás se habría enterado de quién era el culpable de la muerte de su hijo. No iba a cometer el mismo error dejando que Noah saliera de esta bodega y tuviera el poder sobre el Corporativo, para que en un momento de debilidad dijera toda la verdad”.
“Lo usaste…”
Agregó Carina con rencor, apretando los dientes hasta que rechinaron, y dejando que lágrimas calientes y pesadas, llenas de odio, resbalaran por sus mejillas.
“Un hombre como Noah solo es basura, carne de cañón, no sirve para otra cosa…”
Winter volvió a patear el cuerpo ante ella.
“¿Me dirás que los Gibrand no pensaban así de él? Lo único para lo que servía era para casarse contigo y hacer que su familia viviera de la tuya. Desperdició su vida en alcohol y mujeres, y murió por avaricioso. Si tanto te amaba como decía, ¿Por qué te entregó? Alguien como él solo está robando oxígeno en este mundo”.
Sacando todo su odio y frustración, Winter volvió a patear con fuerza el cuerpo de Noah.
“¡Déjalo en paz! ¡Ya basta! ¡Ya está muerto!”, exclamó Carina.
No porque no se hubiera enamorado de él significaba que no había desarrollado empatía y cierto cariño hacia el hombre que quiso ser.
Era un ejemplo de potencial desperdiciado, alguien que pudo convertirse en una gran persona, pero se rindió a poco de lograrlo.
“Los noticieros hablarán de esto como un crimen pasional…”
Agregó Winter y le hizo una señal con la cabeza a Walter.
Este de inmediato sacó un par de galones de gasolina la cual comenzó a esparcir por la bodega.
“La esposa del señor Smith se enreda con el empresario Rainer Winter, el Señor Smith, decepcionado de la vida y con el corazón roto, lleva a su esposa a una bodega abandonada de la compañía Winter, como una clase de mensaje para Rainer, y ata a su mujer a una columna, provoca un incendio y antes de que las llamas consuman todo, se vuela la cabeza delante de ella… tomó la pistola de Walter, limpió con un pañuelo la cacha, borrando las huellas de su ayudante y poniéndola en la mano de Noah”.
Soltó una pequeña risa.
“Carina Gibrand, víctima de un crimen pasional, muere lentamente consumida por el fuego, atada a una columna de concreto, delante de su esposo después de que este se s$icidara”, dijo Winter imaginándose el encabezado.
“¿Cuánto tiempo lo planeaste?”, preguntó Carina ocultando su miedo.
“Improvisé…”, respondió Winter satisfecho.
“Candy debe de estar viajando en el avión privado junto a Alpha… si tu familia se rehúsa a darle a esos niños por las buenas, después de que se enteren de tu muerte, entonces los tomará por las malas”.
“¡No le pertenecen! ¡No puede quitármelos!… no puede… quitárselos a mi familia”
Su voz salió con notas de tristeza al final, dándose cuenta de que no podría salir viva de esa y, por ende, ya no podría cuidar de sus hijos.
“Mis bebés”.
“Legalmente, después de tu muerte, ellos le pertenecerán a Rainer… será cuestión de tiempo para que se olvide de ti y tal vez termine criando a mis nietos junto a Candy…”
“Ni siquiera con mi muerte volverás a tener el cariño de tu hijo…”, dijo Carina moviendo sus muñecas, intentando zafarse de esas apretadas esposas.
“Creo que, si mi hijo no es capaz de poner los pies sobre la tierra, es por ti. Cree todo lo que sale de esa odiosa boca tuya, te admira y está apasionado por esa mujer rebelde que de pronto dobló las manos por él, pero si dejas de existir… bueno, tarde o temprano su corazón sanará y volverá a ser mi hijo”.
“Estás loco, igual que tu padre… matar para solucionar un problema que no existe…”
Agregó Carina horrorizada cuando el crepitar del fuego llegó a sus oídos.
“¡Señor! ¡Tenemos un problema!”, exclamó uno de los asesinos asomándose por la puerta.
…
“¿Cómo sabes que están ahí?”, preguntó Johan escondido detrás del auto en el que llegaron, junto con los demás, viendo a lo lejos la bodega que parecía abandonada.
“Los policías que dejaron entrar a Winter a la comisaría lo escucharon todo”
Agregó Marco agudizando su mirada.
“Solo tuve que llegar al precio indicado para que me dijeran lo que necesitaba saber”
“Por eso la necesidad del Señor Román para tener a su servicio gente que pueda actuar en el momento… hay cosas que no pueden esperar”, dijo Lorena viendo fijamente a Rainer.
“Bueno… hay dos en la puerta”, dijo Johan entrecerrando los ojos y sonriendo emocionado.
Hacía años que no empuñaba una pistola.
“Si estuviera Álvaro y James aquí, sería más fácil”
Agregó Lorena tronándose los dedos.
Para cada misión complicada, ellos tres eran el mejor equipo, rápidos, contundentes y sin esfuerzo, pero ahora se sentía sola.
“Pues perdón por no traerte a tu equipo perfecto y solo tengas que contar con el asesino más peligroso del país, que, por cierto, es tu esposo”, dijo Johan torciendo los ojos.
“No seas tontito, no quise demeritarte”
Agregó Lorena enternecida por su arranque de celos.
“No solo eres el mejor del país, eres el mejor del mundo”.
Llenó de besitos la mejilla de Johan mientras Marco y Rainer los veían desconcertados y, hasta cierto punto, incómodos.
¿Esa era la forma en la que un par de asesinos se demostraban amor?
¿En qué consistían sus problemas maritales?
¿Lorena lo amenazaba con su pistola en vez de un sartén?
Ahí se reafirmaba que cada pareja tenía su forma muy particular de resolver las cosas.
“Bueno… ¿Cuál es el plan, par de tortolitos?”, preguntó Marco en cuanto notó que una nube de humo comenzaba a levantarse hacia el cielo.
“Porque, claramente, se nos acaba el tiempo”
…
De pronto, el asesino que había dado la alarma a Winter, fue pateado con fuerza, cayendo dentro de la bodega.
“¡Walter! ¡Encárgate!”, exclamó el Señor Winter mientras corría hacia la puerta de emergencias.
El hombre frío y sin perder la templanza, se ajustó los guantes de cuero mientras caminaba hacia la entrada.
Lorena estaba encima del asesino, forcejeando por arrebatarle el arma, cuando Walter la tomó por el cuello de su blusa y de un jalón la alejó de su víctima, haciendo que su cuerpo chocara con la pared.
“¡Lorena!”, gritó Carina desesperada, luchando aún por zafarse.
Walter levantó su arma hacia ella, pero de inmediato entró Johan, iracundo.
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