Desafiando el corazón -
Capítulo 43
Capítulo 43:
“¿Hay forma de comprar ese cerdo antes?”, preguntó Johan.
“No… la orden ya fue hecha y como el cerdo lo van a mandar aa traer de Alemania, lo más seguro es que ya hayan terminado”
“¡¿De qué me sirve entonces?! ¡¿Por qué no me llamaste antes?!”, exclamó Johan poniéndose de pie.
“Bueno, si conoces a alguien que quiera venganza, puedes venderte a un buen precio, ya tienes el nombre de quien solicitó el contrato”, dijo el hombre nervioso no creyó destapar el odio de ese viejo asesino.
“Mantente atento a cualquier llamada mía. Cualquier asunto relacionado, házmelo saber, agregó Johan antes de colgar.
“¿Qué ocurre?”, preguntó Lorena ansiosa, sin despegar la mirada de la libreta.
“Llama a Román, alguien mandó a matar a Rainer Winter… Lo asesinarán en Alemania si no es que ya lo hicieron…”
Los ojos de Lorena casi salieron de su cuenca y de inmediato buscó su teléfono para comunicarse con su antiguo jefe, le harían una visita nocturna.
En la residencia Gibrand, Román y Frida veían las noticias desde la sala, habían escuchado todo de boca de Lorena mientras Johan permanecía en silencio, reflexivo.
En cuanto Lorena terminó, no tardaron en buscar en los noticieros alguna nota relacionada.
“En noticias internacionales… en Múnich, Alemania, la empresa Winter Tech Group sufrió un grave atentado en el que la vida de varios empleados, incluyendo al CEO Rainer Winter, corrió peligro…”, decía la presentadora mientras sujetaba unos papeles en blanco y fingía un rostro serio.
“Se reportó una explosión en el piso cincuenta del edificio, hay un saldo de veinte heridos y dos muertos. Los bomberos mencionan que el explosivo se encontraba dentro de la oficina del director ejecutivo. De momento la policía no ha dado más detalles, seguiremos informando”.
Un silencio profundo inundó el recinto.
Román apagó la pantalla y volteó hacia Frida que tenía la boca cubierta por su mano.
“¿Crees que…?”
Frida no terminó su frase, pero Román sabía lo que quería preguntar.
“No lo sé… y sinceramente, espero que no”, respondió contrariado.
“Tenemos que hablar con Carina antes de que se entere de lo ocurrido”
Agregó Frida sabiendo perfectamente cómo estaría su hija al saber la noticia, esto la destrozaría.
Los niños comenzaron a llorar mientras Carina buscaba con ambas manos en su celular más noticias que pudieran decir si Rainer estaba bien.
Sus promesas hechas ese día comenzaron a torturarla.
Bien dicen que aprecias las cosas hasta que las pierdes y el peso de la culpabilidad por haber rechazado al hombre que amaba, estaba recayendo en el corazón de Carina como agua fría.
“¿Carina? ¿Qué ocurre? ¿Por qué los niños no dejan de llorar?”
Se asomó Noah tallándose el rostro, estaba profundamente dormido hasta que el ruido lo despertó.
Al ver el rostro de su esposa supo que algo andaba mal.
Sin poder emitir ni una sola palabra, extendió su celular hacia él, con la mano temblorosa. Noah tomó el dispositivo antes de que este cayera al suelo, viendo la noticia que le había arrancado el alma a Carina.
“Carina… lo siento…”
“No… no… no…”
Repitió sintiendo que el aire se escapaba de sus pulmones.
“La noticia no dice que él haya muerto… no… él debe de estar bien… tal vez herido…”
“El explosivo detonó en su oficina… no sabemos sí…”
“¡Cállate!”, gritó Carina con fuerza y cubrió sus oídos.
“Cállate… no lo digas… no te atrevas…”
Noah se acercó sintiendo lástima infinita por su esposa, la tomó de las muñecas y con gentileza descubrió sus oídos.
“Lo siento mucho…”, dijo Noah y la jaló hacia él.
Carina se abrazó a su torso y escondió el rostro en su pecho.
Su llanto fue tan doloroso que incluso Noah tenía ganas de llorar con ella.
La estrechó de manera protectora y besó su cabello repetidas veces, desesperado por calmar su sufrimiento.
El cuerpo de su esposa se venció y tuvo que cargarla hasta la cama que estaba cerca de la cuna.
“Todo estará bien”
Agregó Noah mientras besaba sus mejillas llenas de lágrimas.
La arropó con una manta y se acercó a los bebés para arrullarlos, el dolor de su madre parecía haberlos intoxicado, pues lloraban con tanto ímpetu como ella.
De pronto la puerta sonó.
Por la hora, Noah se imaginó que era alguno de los Gibrand, debían de estar preocupados por Carina. Bajó las escaleras y cuando abrió la puerta vio a Emma y a William.
“¿Cómo está mi hermana? ¡¿Dónde está?!”, exclamó Emma entrando a la casa y revisando cada rincón con la mirada.
“Arriba, en la habitación de los niños”, respondió Noah con la voz apagada.
Ambos hombres vieron a Emma subir las escaleras de dos en dos, presurosa por consolar a su hermana y dejándolos solos.
“Dime que tú no tuviste nada que ver”, dijo William sin voltear a verlo.
“¿Cómo hubiera podido hacerlo?”, preguntó Noah indignado.
“Nunca he ido a Alemania, ni siquiera sabía que su empresa estaba en Múnich…”
“Eres el único que conozco que sería capaz de algo así”
Agregó William entre dientes.
“¿Crees que solo yo tengo motivos? ¿Qué hay de nuestro querido suegro?”, preguntó Noah molesto.
“¿No son los Gibrand los que tienen una venganza por cobrarle a los Winter? No me quieras manchar en esto, ya serví como chivo expiatorio una vez al casarme con Carina, no quieras ahora meterme en otro problema”
William guardó silencio y le dedicó una mirada cargada de precaución. Noah parecía sincero, pero…
Si no había sido él, entonces…
¿Quién?
“No sé nada aún, pero si Rainer hubiera muerto, sería noticia nacional, creme…”, dijo Fred por teléfono mientras Carina empacaba.
“Bien, te avisaré cuando llegue…”
Agregó una vez que cerró la maleta y colgó.
“¿A dónde piensas ir?”, preguntó Noah recargado en el marco de la puerta y de brazos cruzados.
“Iré a Alemania… tengo que saber cómo está Rainer…”
“¿Qué hay de los niños?”
“Los cuidará Emma, además no voy a tardar mucho, solo necesito saber que está bien”.
“Eso se sabrá con el tiempo, no tardarán en avisar en las noticias”
“No voy a quedarme a esperar… no puedo…”, dijo Carina mordiéndose los labios, intentando no pensar.
“En ese caso, yo te acompaño…”
Agregó Noah, suspirando con pesadez y sacando algo de ropa de los cajones.
“No tienes que hacerlo…”
“Lo haré. ¿Qué clase de esposo dejaría ir sola a su esposa?”
“Noah…”
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