Desafiando el corazón
Capítulo 40

Capítulo 40:

Cuando regresó su atención hacia Noah, este estaba riendo en el piso, limpiándose la sangre de su labio.

“¿Crees que eres el primero en golpearme?”

Se puso de pie y sacudió su saco.

Pese a que la fiesta había sido grande y aparentemente salvaje, Rainer se dio cuenta de que Noah no parecía ebrio, ni siquiera con resaca, además, vestía de manera elegante.

Algo no cuadraba.

Por petición de Carina, Rainer tuvo que salir de la casa.

Ella no quería que el problema se volviera más grande y, mientras Noah reía divertido viendo en su mano la sangre que podía recolectar de su labio roto, Rainer abandonó el lugar, furioso.

Álvaro se quedó con Carina, temiendo cómo podría reaccionar Noah si terminaban a solas.

La acompañó para recostar a los bebés en esa pequeña habitación que habían adaptado para ellos.

“¿Estás segura?”, preguntó Álvaro no muy de acuerdo en dejarla sola.

“Muy segura…”, dijo Carina con media sonrisa.

“Necesito descansar y tú necesitas ir con mi padre y decirle que todo está bien”.

“Ese es el problema, nada está bien, Carina…”, respondió el abogado viendo con recelo a Noah que se mantenía unos pasos detrás.

“Por favor… en cuanto llegues a casa, puedes pedirle a mi mamá que me llame para confirmar que todo está en orden”

Agregó Carina y en ese momento llegó la gente de limpieza que había llamado Noah, por lo menos no estaría tan sola en esa enorme casa.

“Bien… pero si las cosas siguen así, Román le pedirá a Lorena que venga a cuidarte…”

“Podrían venir Lorena y Johan”, respondió Carina entre risas.

“Me dolería tener que separarlos”.

Álvaro sonrió enternecido y acarició la cabeza de Carina como cuando era niña.

Él también sufría de la nostalgia que lo embargaba al notar que esa encantadora criatura ahora era una mujer y que estaba en problemas.

“¿Piensas reconocer a esos niños?!”, exclamó a través del teléfono el Señor Winter.

“¿Quién te contó? ¿Candy?”, preguntó Rainer furioso.

“¡Eso no importa!”

“Creí que eras tú quien quería nietos…”

Agregó Rainer aún melancólico por lo ocurrido.

“Además, hiciste hasta lo imposible para que Carina fuera mi mujer y ahora pareces molesto”.

“Quería que formaras una familia y tuvieras hijos, no que embarazaras a una mujer que después se casaría con otro hombre. Además, si quería a Carina Gibrand cerca de nosotros era para evitar la furia de su padre…”

“La furia de su padre cuando se enterara de que tú mataste al Señor Benjamín…”

“Ya es demasiado tarde y estamos en la cuerda floja, déjala en paz, aléjate de esos niños y regresa a casa. Empieza de cero, búscate otra mujer y olvidemos este periodo tan funesto en tu vida…”

“¡Son mis hijos!”, exclamó Rainer furioso.

“Pues despídete de ellos y regresa de inmediato, la empresa te necesita…”

“No, no me iré de aquí… no hasta que me asegure de que llevarán mi apellido”

“Candy me dijo que planeas recuperarla…”

“Al parecer Candy habla mucho. Pensé que no te agradaba”.

“Ahora me agrada más que Carina”.

“Amo a Carina, papá… la amo de verdad…”, dijo Rainer con un nudo en la garganta.

“No me puedo ir sin saber que su corazón de nuevo es mío. Si regreso a Alemania será con ella y mis hijos. Te guste o no”.

“Rainer, no quería hacer esto, pero parece que no me dejas otra opción”, dijo Winter con seriedad y sintiendo lástima de su propio hijo.

“Te prohíbo que te cases con esa mujer. ¿Quieres ser un hombre responsable y hacerte cargo de esos niños? Bien, lo apruebo, no quiero más problemas con los Gibrand, pero regresarás a casa después de que esas criaturas lleven tu apellido y no solo eso, buscarás a alguien más, te casarás y me darás verdaderos nietos. Comenzarás de nuevo y lejos de la Familia Gibrand”.

“No, no pienso unirme a otra mujer que no sea Carina”, dijo Rainer apretando los dientes.

“No lo permitiré… si decides encapricharte con esa mujer, entonces perderás la empresa”

“¿A quien se la heredarás? ¿A Greta? Ni siquiera tuviste el valor de venir y buscarlas”

“¡Prefiero que esta maldita empresa se muera conmigo a volver a tener algo que ver con esa familia!”

“No puedes hacerme eso…”

“Puedo y lo haré… habíamos quedado en algo, ¿Recuerdas? Ahora te lo exijo. Si no te comprometes con lo que te pido, olvídate de todo lo que has logrado en la empresa e incluso olvídate de que eres un Winter. ¿Esa mujer lo vale?”

Aaron colgó antes de escuchar la respuesta de Rainer.

Sospechaba cuál era y quería darle tiempo a su hijo para pensar bien en lo que haría.

“Estás jodiendo no solo tu vida, si no la vida de los demás… ¿Eso es lo que quieres, Carina?”, preguntó Noah entrando a la habitación de los niños.

“Te voy a pedir que las fiestas dentro de casa se acaben, por lo menos las evites cuando estén los niños aquí…”, dijo Carina sin prestarle atención.

“¡¿Me escuchaste?!”, exclamó Noah y de pronto uno de los niños comenzó a llorar.

“Noah… hice muchas estupideces y estoy consciente de ellas”, dijo Carina conteniendo su coraje.

“Estoy también consciente de que no solo me jodí la vida, sino también le jodí la vida a muchos. Ahora estoy intentando hacer las cosas bien por ellos…”

Señaló a sus bebés.

Noah retrocedió, nunca la había visto así de dolida y herida.

Estaba acostumbrado a sus malos tratos y regaños, pero ahora parecía tan vulnerable que sintió lástima por ella.

“He tomado malas decisiones, una tras otra, guiada por mi odio y mi dolor, sin pensar en qué es lo mejor. Ahora solo quiero hacer las cosas bien… quiero terminar con esto”.

Agregó Carina limpiándose las lágrimas.

“Le pediré a William que deshaga el contrato que te ata a mí. Te liberaré y te regresaré la empresa, tal cual está. No le quitaré nada que le haya agregado, solo el nombre del Corporativo”.

“¿Quién te dijo que eso es lo que quiero?”, preguntó Noah con el ceño fruncido y se acercó lentamente a Carina.

“Quédate con la empresa. En mis manos no será de provecho, por mucho que la hayas mejorado, se irá a la bancarrota bajo mi dirección”.

“Pero… Noah… solo deja a alguien encargado. Puedo recomendarte a buenos ingenieros que sabrán mantenerla a flote y darte ganancias…”, dijo Carina nerviosa y asustada.

Parecía un animal confundido.

“No necesitarás depender de nadie, solo debes de poner a la gente correcta, pero te puedo ayudar con eso. Disfrutarás de las ganancias sin necesidad de esperar a que yo te dé el dinero”.

“Rainer tuvo la oportunidad de tenerte a su lado y lo arruinó”, dijo Noah ignorando cada palabra.

“Comprendo que ahora él quiera ponerles su apellido a los niños y lo respetaré si eso es lo que quieres, pero ya no permitas que regrese a ti, no dejes que vuelva a acercarse para destruirte de nuevo. Mientras su familia fue enemiga de la tuya, mi familia siempre fue una aliada, pese a todo y lo sabes…”

“¿Qué quieres decir?”, preguntó Carina retrocediendo mientras sentía un peso muy grande sobre el corazón.

“Soy tu esposo y me merezco una oportunidad…”

Agregó Noah tomándola con gentileza por la muñeca, evitando que siguiera retrocediendo.

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