Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 70
Capítulo 70:
Freed diseñó una sonrisa de oreja a oreja, sin querer las lágrimas empezaron a salir a mares de sus ojos, de la emoción abrazó a Janna.
“Gracias, mi amor, por este regalo tan esperado, pronto Fernanda estará entre nosotros”
Janna estaba impresionada por la noticia de ser mamá de una princesita, trató de calmar sus pulsaciones que estaban enloquecidas, al escuchar el nombre que dijo Freed, le echo un vistazo y bajito le balbuceo:
“¿No crees que es muy pronto para escoger el nombre? Además, no hemos hablado sobre eso todavía”
“A mí me gusta Fernanda, es un nombre fuerte y hermoso como nuestra niña”
Janna rodó los ojos, ya sabe que perdió la batalla con ese hombre.
Freed la ayudó a ponerse de pie y a sentarse frente al escritorio de la doctora.
“Todo está bien con la niña, ella está acorde con el tiempo, siga tomando las vitaminas como lo viene haciendo”
“Gracias doctora”, gritó eufórico Freed.
“Los espero el próximo mes”
Freed se aproximó a Janna y la ayudó a levantarse, la tomó de la mano y la dirigió hacia la puerta, una vez en la salida, con voz divertida, expresó:
“Vamos al centro comercial, a una tienda de bebé. Quiero comprarle el primer regalo a mi hija”
“¡Amor! ¿No crees que es muy pronto para comprarle cosas a la bebé?”
“No amor, los meses pasan rápido y no le tenemos nada”
Le jala la mano.
“Vamos camina”
Al llegar al centro comercial entraron en una gran tienda de ropa de bebé.
Janna está entretenida mirando las cobijitas y Freed tiene un carrito lleno de ropitas de niñas todas rosadas. Él se acercó.
“¿Tú crees que es muy poca ropa?”
Janna voltea y echó un vistazo al carrito con todas las ropitas del mismo color, estiró sus manos y estaba maravillada por lo hermosas que eran, pero ojeo varias piezas y todas eran talla 0, además de ser parecidas unas a otras.
“Creo que esto es una exageración, es mucha ropita pequeña, ellos crecen rápido, algunas ni las llegará a usar, así que mejor escojamos unas cuantas y las demás las dejamos”
“Soy su papá y quiero que mi hija siempre sea como una princesa”
Janna extendió la mano y agarró una miniatura de vestido con la falda de tutú rosa.
“¿Tú crees que tu hija recién nacida va a usar esto?”
Estiró su mano y agarró otro vestido casi idéntico.
“¿O este?”
“Es mejor que le sobre ropita y no que le falte, yo me encargaré de consentir a mi hija como una princesa”
Janna rodó los ojos con cara de fastidio, sabe que es mejor no discutir con él, porque igual lo va a pagar. Regresó los dos vestiditos al carrito y se dio la vuelta para agarrar la cobijita que le gusto.
Freed se quedó mirándola sonriente, él estaba enamorado de esa princesa que viene en camino, y no quiere que nada le falte.
La abrazó por la espalda, pasó sus manos por la cintura dejándola en su vientre un poco abultado y le dio un tierno beso en el cuello.
“Te amo Janna, no sabes la alegría que tengo de saber que voy a ser papá de una niña. ¡Sabes! Yo crecí con carencias, donde mi papá tenía que salir en su carro viejo todas las mañanas y regresar en las noches con el día a día”, dijo Freed.
“Cuando mi madre enfermó, las penumbras se hicieron presentes, yo tuve que salir de la preparatoria y ponerme a trabajar de vigilante en un restaurante para ayudarlo con los gastos médicos de mi madre. Lamentablemente, el cáncer que padeció mi mamá la acabó poco a poco hasta que un día dejó de respirar”
Él suspiró con melancolía en el cuello de Janna.
“Freed, lo siento mucho”
Colocó sus manos sobre las de él.
“A mi padre, lo consumió la depresión y al poco tiempo empezó a tomar bebidas alcohólicas, un día me llegó la noticia que había tenido un accidente de tránsito, estaba ebrio manejando y se fue contra un muro de contención”
Janna se entristeció por su relato, sabía que no tenía familia, pero no contaba con los detalles.
“Desde que ellos fallecieron he sido solitario, la familia de mis padres está en Italia, nunca me buscaron y yo menos tome interés en saber de ellos, luego salve a Kyle de un secuestro y desde allí el Abuelo Hugo, Sussan y Kyle se han convertido en mi familia, ahora eres tú y esa bebé”
“¡Amor! ¡Te comprendo! Porque yo estoy en la misma situación que tú, pero me parece una exageración comprarle varias cosas innecesarias a la bebé”
“Está bien amor, escojamos la que creas que puede usar Fernanda, pero no me prives de esta ilusión que crece por mi princesa. Yo las amo a las dos, para mí eres la mujer ideal para este alocado hombre”
Janna sonrió de satisfacción al escucharlo, se giró quedando frente a él, le dio un beso tierno.
“Yo también te amo y le doy gracias al cielo por colocarte en mi camino, ahora vamos a escoger lo que nos vamos a llevar”
Dos semanas después, la mansión de Lindsey estaba preparada para la boda de Janna y Freed.
Era primavera y el clima se prestaba para realizarla al aire libre, tres colores predominaban en el lugar.
La decoraron era color oro dando un aire de elegancia y estaba adornada desde la entrada del arco hasta el altar de puras rosas blancas, el color rojo solo influía en la alfombra que indicaba el camino hacia el altar.
Freed se quejaba de un traje de pingüino que le hizo usar Janna.
“Te ves como todo un señor”
Kyle soltó una risotada al ver la cara de poema de su amigo.
En eso tocan la puerta.
“¿Quién es?”, preguntó Kyle.
“Señor, todo está listo para la ceremonia, pueden dirigirse directo a la carpa”, indicó una de las empleadas.
“Gracias”, manifestó Kyle, luego dio una ojeada a su amigo.
“En mi cabeza nunca paso verte casado, me alegra que hayas creado tu propia familia, te aseguro, va a ser tu mejor etapa de vida”
“Gracias hermano”
Unas lágrimas de ansiedad se hicieron presentes.
“No creas que estoy tranquilo, el pánico también me ha atacado en varias ocasiones, por no saber si seré buen esposo o padre de Fernanda”
Kyle se acercó y le dio un abrazo fraternal, luego se separó.
“Solo te puedo decir que esta etapa que vas a enfrentar será la mejor que vas a vivir en tu existencia, ahora dejémonos de melancolía y vamos a esperar a la novia en el altar”
“Tú como siempre, cortando nuestro romance”, manifestó Freed limpiándose la cara y siguiendo los pasos de su amigo.
Ellos caminaron hacia el exterior donde se iba a realizar la boda, Freed echó un vistazo por todo el lugar.
Se asustó por un momento al no ver personas sentadas esperando, ni el sacerdote había llegado.
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