Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 67
Capítulo 67:
Su pasado estaba allí en forma de mujer, esa que debió ser su madre cuando más la necesito, la que se emborrachaba y permitía que su padrastro la manoseara.
Muchas veces le pidió ayuda y ella solo le decía que colaborara y disfrutara, esa mujer que la vio muchas veces llorar y se reía de ella, a la que pidió ayuda cuando se desangró y se retorcía del dolor por el aborto espontáneo que tuvo.
“¡Señora! ¿Se encuentra bien?”
Stefany reaccionó y se giró hacia Marcos, escuchó un susurro, pero no procesó la información.
“¿Ah?”
“¿Qué si está bien?”
“Sí, marcos”
“Dígame, ¿Dejo pasar a la señora?”
“Claro que me tienes que dejar pasar, no ves que soy su madre”
Stefany se sorprendió, con la actitud de Fabiana.
‘Tantos años sin verla y sigue igual de altanera’
Respiró varias veces para controlarse.
“Marcos, la señora va a pasar un momento y después se retira”
Miró a su madre con las cejas levantada para decirle.
“Sígueme”
Stefany la llevó a una banca que estaba en uno de los laterales de la mansión y se sentó.
“¿A qué has venido?”
La señora se sentó a su lado y con tristeza junto sus manos.
“He venido a verte, estos años que no te visto me preguntaba ¿Qué había sido de mi hija? Quiero reconciliarme contigo y pedirte perdón por no estar allí cuando más me necesitabas”
“¿Crees que después de más de siete años, te vas a aparecer en mi vida como si nada hubiera pasado?”
“¡Hija! Sé que fracase como madre, pero entiéndeme, Francisco me tenía amenazada, ese hombre estaba obsesionado contigo, tú sabes que era peligroso, desde que te fuiste y a él lo metieron preso, mi vida ha sido un calvario, te he buscado y por fin llegué a ti para pedirte perdón por todo lo que te hice”
Stefany empezó a llorar a cántaros y Fabiana aprovecho su debilidad y la abrazó pasándole la mano por la espalda.
“¡Perdóname! Por favor, hija”
Stefany desea liberarse de ese pasado que la atormenta en las noches y aspira a perdonar para poder seguir su camino.
Ella había aprendido que no se puede vivir de resentimiento, correspondió al abrazo de su madre, cuando se separó, balbuceo con una voz frágil:
“Te perdono”
“Gracias dios, has escuchado mis súplicas, mi niña está otra vez conmigo”
Stefany le echó un vistazo y le dedicó una media sonrisa.
“¡Cuéntame, hija! ¿Qué ha sido de tu vida?”
Ella dudó un rato, si debía o no hacerla parte de su vida, tragó aire por unos segundos, decidió darle un voto de confianza.
“Después que salí de aquel infierno, mi vida cambió para bien, viví en una casa hogar donde sané mis heridas, conocí a unos chicos que son mi familia, Luan es mi hermano de vida”
“Me alegra mucho, hija, al menos eres feliz después de que te liberaste de las garras de Francisco”
“¡Sí! Encontré la paz, aquí soy niñera de niño hermoso”
“El señor es grande hija, te colocó en tu camino personas buenas”
Hizo una pausa.
“¿No te has casado? ¿No has encontrado el amor?”
“Estoy casada, pero pronto me voy a divorciar, es algo complicado de explicar”
“¿Cómo que te vas a divorciar? No cometas la locura de perder tu comodidad”
“Ya te dije que es algo complicado, ¡Tú! ¿Cómo estás?”
“Después que te fuiste te extrañé mucho, vivo en nuestra casa, trabajo cuando sale limpiar casas, hay días que no tengo para comer, pero gracias al cielo te encontré”
Stefany se sorprendió con su respuesta, le entraron las dudas sobre la sinceridad de su madre.
Se levantó del banco y la observó desde su altura.
“Me dio gusto reencontrarme contigo y sellar parte de mi pasado, ahora si me tengo que ir a trabajar”
“¿Me estás corriendo? No me vas a invitar a tu casa y presentarme a tu nueva familia”
“Esta no es mi casa y yo trabajo aquí, tengo que cuidar a un pequeño”
“No me mientas Stefany, tú eres la esposa del dueño de esta casa, como tal eres la señora, es justo que yo también disfrute contigo como tu madre”
Stefany comprobó su sospecha.
Ella no estaba allí para pedir perdón, sigue la misma madre de su pasado.
“Me imagino que te enteraste de mi nueva vida, viniste a sacar provecho, déjame decirte que estuve bien sin ti y seguiré así, si lo que buscabas era mi perdón, ya te perdoné”
Fabiana se molestó por esa actitud, también se levantó y se posiciono frente a su hija vociferando.
“¿Cómo puedes ser de mal corazón?, con tu pobre madre”
“Piensa lo que quieras, más de mí no te puedo dar, yo me retiro”
Cuando Stefany se estaba girando para dar su primer paso, sintió que la presionaron fuerte del brazo.
“¿Cómo te atreves hablarme así?, yo soy tu madre y por derecho me debes respeto y tu deber es cuidarme”
“Yo te trato como me nazca del corazón, en estos momentos solo puedes recibir de mí mi perdón, no quiero guardar resentimiento”
“Déjate de cursilerías, soy vieja y tú debes estar pendiente de mí”
“¡Fabiana! Si lo que quieres es dinero, espérame aquí, y te doy algo, pero luego quiero que salgas de mi vida”
“Tú a mí no me vas a dar limosna, tú me vas a dar lo que yo me merezco por ser la madre que te parió y la que tuvo que aguantar a tu padre hasta su muerte”
Fabiana enfureció y le fue a dar una cachetada a su hija, pero fue detenida por una mano.
Cecilia, había escuchado el alboroto y salió a ver que estaba pasado.
Al percatarse como una mujer tenía retenida a Stefany, con su bastón en una mano aceleró el paso.
Al llegar a ellas se aferró al bastón y con la mano libre agarró con fuerza la muñeca de Fabiana.
“A mi niña me la respeta”
“¡Suélteme! Señora, no sé quién sea usted, pero yo soy la madre de esta malagradecida”
“¿Cómo pueden llamarse madre a las mujeres que permiten que dañen las purezas de sus hijos?”
“Usted no es nadie para juzgarme”
“¡No! Pero lo que tenga que ver con Stefany me importa, no voy a permitir que venga a mi casa a maltratarla”
Fabiana, al escuchar mi casa, se percató que era la suegra de su hija, aflojo la mano y la soltó.
“Ni yo tampoco, así que le voy a agradecer que desaparezca de la vida de mi esposa”
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