Capítulo 6:

Recorrió el resto del camino en silencio, observaba por la ventana del carro varias mansiones que desaparecen dejándolas atrás.

El carro se detiene en un gran portón y este se abrió de par en par, luego siguió transitando, observó unos árboles en filas que parecían indicar el camino, admiró boquiabierta la enorme mansión que se encuentra en el centro.

Se bajó del carro a pasos lentos, mirando en dirección a ella, quedando frente a la fachada de su nuevo hogar, es una enorme casa pintada de blanco.

Pudo visualizar dos enormes columnas talladas en piedras, la parte baja de la fachada está cubierta por piedras calizas.

La puerta principal está pintada de negro, se abre y aparece una mujer de mediana edad, no tan alta, de contextura robusta, con una agradable sonrisa.

“¡Bienvenidos señores! Un gusto volver a verlos”

“Mi querida Emilia, ella es mi nieta Lindsey, la esposa de Kyle”, aclaró el anciano.

“¡Mucho gusto, señora! ¡Yo soy Emilia!, y ayudo a mi niño a mantener la mansión en armonía”

“Por favor no me llame señora, solo dígame, Lin”

Emilia a simple vista le agradaba la esposa de su niño, aunque refleja tristeza en su mirada, también se podía observar tímida y angelical. Aunque no entendía ¿Por qué una niña de su edad se vestía así?

Sussan agarrándole las dos manos a Lindsey se despidió.

“Nosotros no retiramos, te dejamos en buenas manos, si necesitas algo puede pedírselo a Emilia con toda confianza o pídele mi número de teléfono y me puedes llamar cuando quieras”

Esbozó una sonrisa de solidaridad, posa las manos sobre los hombros de la chica y la abrazó.

Lindsey se encuentra aturdida por las muestras de afecto de su nueva familia, solo puede asistir con la cabeza.

El chofer se acerca con su maleta, se la entrega, ella la recibe gustosa y le agradece con una mueca.

“¡Querida nieta! Pronto vendré a visitarte”, aseguró el anciano, le dio la espalda y camino hacia la limusina seguido por su hija.

Lindsey al entrar se queda asombrada por la elegancia y el lujo que emanaba de la mansión, aunque la sentía fría con esos colores blanco, gris y negro que se asomaban en cada rincón de la casa.

“Ven mi niña, te llevo a tu habitación, debes de estar cansada”

Al escuchar la habitación, Lindsey se sobresaltó, parpadea varias veces, su cuerpo se estremeció al pensar que iba a dormir con Kyle.

Emilia, al ver su reacción, sonrió afectuosamente, le colocó una mano en la espalda y empezó a empujarla hacia adelante.

“Ven mi niña, subamos las escaleras, tu habitación está al frente de mi niño, él me indico que van a dormir en habitaciones separadas”

Lindsey suspiró aliviada, siguió los pasos de Emilia hasta llegar al pasillo de la segunda planta.

Emilia le indicó cuál era la habitación de Kyle y luego abrió la del frente y la animó a pasar.

Al entrar sintió como cierran la puerta en su espalda, observa una enorme cama en el centro cubierta con sábanas blancas y dos almohadones.

Camina hacia una puerta y la abrió, se quedó boquiabierta al ver un enorme closet con espacios en los lados, arriba tiene gavetas y una pared completa con divisiones para zapatos.

Agarró su maleta y acomodó su ropa con rapidez, se vio minúscula en ese enorme espacio, luego cerro el closet y se lanzó de espalda en la cama.

‘¿Santa madre qué más pruebas tienes para mí? ¿Por qué colocaste un ogro en mi camino? Aunque no voy a negar que me gustó mucho, es muy atractivo y deseable, debe tener mujeres que lo complacen en todo. Como me miro sé que no soy de su agrado’

Se llevó las manos a la cara sacudiéndose la cabeza.

‘Olvídate que tendrás oportunidad con ese ogro, no es para ti’

Tenía ganas de llorar, pero las lágrimas no querían salir, ahora sí se sintió sola en esa fría y amplia habitación.

En un apartamento lujoso estaba una pareja disfrutando del se%o.

Kyle le agarró las manos a Catrina bruscamente, la lanzó de espalda en la cama y la p%netró salvajemente.

Ella g$mía de placer, él se sintió frustrado por verse obligado a casarse con una chica insignificante.

Cuando acabó, se retiró de ella, entró al baño y tiró el c%ndón en la papelera, luego la desamarró y empiezo a vestirse.

“¿Te vas?, pensé que pasaríamos la noche juntos”

“Recuerda que desde hoy soy un hombre casado y tengo que cuidar mi imagen”

“Estoy cansada de que tu abuelo quiera dirigir tu vida, estoy a punto de perder el control”

“Pero tú no colaboras, te dije que no podía asistir contigo a ese evento, y la niña se aparece nada más y nada menos que con la competencia”

Catrina hace un puchero mientras se posiciona detrás de él acariciándole el cabello y le habló coqueta:

“Ya perdóname, ¿Sí? Solo fui con él a ese evento para darte celos, porque no te decides a enfrentar a tu abuelo y reclamar tu herencia”

“Como si fuera tan fácil, las Empresas Pratt son un patrimonio familiar del lado de mi madre y no he dejado la presidencia porque le juré a mi abuelo seguir su legado, de lo contrario estaría con mi propio negocio. Me toca estar un año para divorciarme, luego volver a mi vida”

Se terminó de vestir y salió del apartamento.

Catrina echaba chispas, refunfuñaba de la rabia, llevaba cinco años de relación con Kyle, él siempre terminaba con ella por sus majaderías y ella buscaba la forma de llevarlo a la cama y volver con él.

“Luché tanto para meter a Kyle en mi cama y complacerlo en todo, para perderlo todo por ese maldito viejo, le voy a demostrar que no va a poder conmigo”, gritó de frustración.

Catrina recordó el suceso de hace 5 meses, cuando convenció a Kyle que lo mejor era casarse, dieron la noticia a la Familia Pratt.

El anciano de inmediato comentó:

“Les doy la bendición de casarse, pero en el momento que mi nieto firma el acta de matrimonio deja de ser el CEO de mis empresas”

Catrina de tanto pensarlo desistió de esa idea y le propuso esperar, su sueño es ser la señora de las Empresas Pratt.

‘Si el anciano piensa qué casándolo con otra me voy a rendir, ¡Está equivocado!’

Pasadas unas horas. Lindsey siente que tocaban la puerta, se incorporó de la cama para decir:

“Adelante”

“¡Vine a buscarte!, para que bajes a cenar, el niño Kyle ya está en la mesa del comedor”, expresó Emilia.

“De acuerdo, vamos”

Lindsey bajó los escalones en silencio, se próximo al otro extremo de la mesa donde se encontraba Kyle y logró murmurar:

“¡Buen provecho!”

Se quedó unos segundos esperando una respuesta que nunca llego.

Agachó la cabeza y empezó a comer, solo se escuchaba el sonido de los cubiertos y vasos al moverse.

Kyle se paró de la mesa como si ella no existiera.

“Con razón tiene la fama de arrogante, es un amargado, ni siquiera se atrevió a responder el muy cínico”, balbuceó entre dientes mientras vio su amplia espalda desaparecer del comedor.

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