Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 5
Capítulo 5:
Se levantó.
“¿Cuál es tu propósito? ¿Volverme loco?, siempre creando problemas, te voy a enseñar a obedecer. Dime mocosa, ¿Por qué trataste de escapar?
“Ya no soporto más vivir en esta casa, soy la única con quien descansan sus frustraciones, siempre vivo humillada por Kathen, Courney hace las cosas y me culpa a mí y tú solo le crees a ella, todo lo que haces es castigarme”
La ira se apodera de él, baja las escaleras a pasos acelerados y le da otra bofetada que le rompe el labio inferior.
“¡Eres una malagradecida! Kathen trata de ser como una madre y tú la rechazas, Courney quiere llevarse bien contigo, pero tú siempre haciéndola inferior a ti, dale las gracias a tu madre que colocó en el testamento que sólo puedes irte de aquí hasta que cumplieras 21 años o estés casada. Ningún hombre estaría dispuesto a casarse con una mujer tan insípida y rebelde como tú, yo no estoy dispuesto a perder esta casa por tu culpa”
Le dio la espalda, subió las escaleras desapareciendo del lugar.
Pasó una semana encerrada en el sótano, durmiendo en una colchoneta, la luz que tenía entraba por una pequeña ventana, sollozando, se abrazaba así misma por el frío que hacía en ese lugar húmedo.
Le daban agua y comida una vez al día, desde allí dejó de llorar y hacia lo que ellos les decían para poder sobrevivir.
Volviendo a la realidad, Lindsey sacudió la cabeza para decir:
“No te preocupes amiga, con lo que he vivido, no creo que sea peor estar casada con ese hombre, mejor vamos a trabajar, que faltan dos horas para ir a clases”
Las dos amigas estudian diseño de moda y están en el último año para graduarse.
Al otro lado de la ciudad están dos mujeres conversando.
“¡Mamá! ¿Por qué permitiste que fuera ella la que se casara con Kyle y no yo?”, gritó histérica Courney, haciendo berrinches.
“Recuerda que fue a ella a quien encontramos en esa habitación y no a ti, el abuelo de ese hombre fue quien propuso el matrimonio y tu padre sacándole ventaja, aceptó gustoso”
“Pero mamá, ella tendrá más prestigio que yo si se casa con él, esa millonaria y eso no lo puedo permitir”
“¡Hija cálmate!, ese matrimonio será beneficioso para nosotras, ellos van a invertir en la empresa y los negocios van a crecer, pronto vamos a estar a su nivel”
“Mamá, yo quería ese hombre para mí, es joven, guapo y poderoso, yo me lo merezco más que ella, ¿Vamos a impedir ese matrimonio?”
“¡Hija! Ese hombre es un mujeriego, que desecha a las mujeres como basura, puede ser muy atractivo, pero no demuestra sentimientos, al contrario, es una persona cruel y arrogante, ¡Tú no mereces que te traten mal! ¡Eres una princesa! Él se casará con Lindsey, la utilizará y luego la votará como lo que es; ¡Un cero a la izquierda!”
“Espero que su vida de casada sea un infierno y cuando la deseche sea una inútil que no sirva para nada”
“¡Así será princesa! Lo importante es que ya se va de esta casa y tú serás la heredera de todo, yo convenceré a tu padre que ponga la empresa a tu nombre y podremos disfrutar de su fortuna”
Courney brincaba de alegría, pronto disfrutaría de la fortuna de su hermana que debió ser de ella desde un principio.
El día de la boda ha llegado.
Lindsey entró en pánico, por no saber lo que le espera al lado de ese hombre, suspiró varias veces antes de abrir la puerta.
Controló su respiración para no demostrar miedo, con un semblante neutro bajo las escaleras, llevaba un vestido blanco suelto con mangas largas, una coleta alta, sus gafas negras y sus converse blancos favoritos.
Todos la miraron con desprecio, su papá rodó los ojos antes de abrir la puerta de la casa, las mujeres estaban alegres porque pronto se librarían de ella y otro la haría sufrir.
La boda era en el registro civil.
Kyle no quería fiesta, solo firmar en el registro, que pasara un año, divorciarse y seguir con su vida como hasta ahora.
En el registro estaban, el Abuelo Hugo, Sussan, los padres de la novia, la hermana y la novia sentada en su silla frente al escritorio del juez, quien estaba impaciente porque el novio no había llegado.
“Este muchacho, si le gusta verme molesto, mira la hora que es y no ha llegado”, dice el anciano mirando su reloj.
“Ya va a llegar, él sabe que, si no se casa, le quitas la presidencia”, dice Sussan mirando con desagrado a la novia.
El anciano observó a su hija, miraba a la chica, y dándole un pequeño toque en él en brazo dijo:
“Que las apariencias no te engañen, hija, tengo fe en esta chica”
En ese momento entró al registro una figura imponente, seguido por su asistente.
“Viste papá, te dije que iba a venir”
Lindsey al escuchar que hablaban volteó y trago en seco al ver un hombre moreno vestido con un traje negro a la medida, calculo que mide aproximadamente 1,90 cm.
La familia de la novia solo miraba en silencio.
Esperaban que se diera ese matrimonio para disfrutar del beneficio de ser patrocinado por las Empresas Pratt.
“Qué maleducado eres muchacho, ¿Esa es la educación que te hemos dado?”, gritó el anciano por la actitud arrogante de su nieto.
“Buenos días a todos, abuelo, tengo el tiempo calculado, señor juez, terminemos con esto rápido”
Al terminar de hablar se sienta en la silla que está al lado de la chica.
La boda fue rápida, el corazón de Lindsey estaba acelerado, sintió un sudor frío recorrer su espalda, no por su esposo, sino porque en algún momento de su vida soñaba con casarse por la iglesia con el amor de su vida y ahora ese sueño se fue por el acantilado.
Kyle firmó el documento, de reojo miró a la chica quien no le generó ningún sentimiento, estaba neutro, se levanta de la silla acomodándose el traje.
Con una sonrisa malévola, Kathen le susurro en el oído a su hija:
“Te lo dije, este hombre va a acabar con ella”
Courney solo miraba al guapo hombre con coquetería.
“Bueno, señores, me despido, tengo cosas que hacer”
Miró a su mamá y continuo.
“Madre, ¿Serías tan amable de llevar a la señorita a la casa, me esperan para una reunión de negocios”
Suspirando resignada, Sussan respondió:
“Tranquilo hijo, yo la instalo en tu casa”
Kyle sale de la oficina del juez sin mirar a nadie.
Minutos después, todos salieron del registro, los familiares de la novia se despidieron de ella con hipocresía.
El chofer del abuelo apareció y se montaron las tres personas en la limusina.
“¡Niña! Sé que mi nieto se ve un poco frívolo y soberbio, pero no es una mala persona”, comentó el anciano con ojos cariñosos y le tomó las manos.
“Entiendo Señor Pratt”
“Eres una chica educada y tímida, seremos familia, así que llámame, Abuelo Hugo”
“A mí solo dime Sussan, nada de señora o suegra, solo Sussan, en cuanto a mi hijo, solo tenle paciencia. Es hijo único, desde que se fue de la casa familiar, vive con su nana Emilia que lo consiente como otra madre”, aseguró Sussan dibujando una sonrisa en su rostro.
Lindsey solo asintió con la cabeza, estaba nerviosa, desde ese instante su vida cambiaría y no sabía lo que le esperaba en su nuevo hogar con el hombre de hielo.
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