Derribando las barreras de mi CEO
Capítulo 59

Capítulo 59:

“¿Si quieres yo puedo ser tu maestro? Cuando llegue tu amor verdadero, ya sabrás cómo seducirlo”

“¡Chistoso! No necesito de los servicios de un ligón ofrecido”

Lo empujó de forma juguetona.

El Ascensor estaba llegando a presidencia cuando se va la luz, de repente se detiene y quedan a oscuras.

Janna entró en pánico, sentía que le faltaba aire.

“¡No desespere mujer! Pronto nos sacarán de aquí”

Él tocó el botón de emergencia.

Janna empezó a moverse de un lado a otro, él ya fastidiado de ver sus movimientos, por impulso la tomó de la mano y la pegó de la pared.

¡Qué te quedes quieta! Me estás molestando con tu actitud”

“¿Cómo? ¿No eres tú el quién tiene pavor a la oscuridad?”

Él la tenía en sus brazos mirando fijamente esos ojos de cachorro asustado.

Sin pensarlo la besó, ella trató de empujar esa masa de músculo que parecía una estatua.

Freed estaba embelesado devorando esa boca como el postre más delicioso que jamás haya probado, ella se dejó llevar hasta que sus labios se hincharon. Él con la reparación agitada le susurró:

“Si así es tu boca de exquisita, tu cuerpo debe ser la gloria”

Janna estaba sonrojada, ese hombre le provocó unas palpitaciones en su parte íntima mientras su corazón bombeaba a toda velocidad.

De repente sienten un ruido haciéndolos volver a la realidad, encienden las luces del ascensor y se abren las puertas.

Ella ignorándolo, sale de sus garras, con las piernas temblorosas, camina fuera del ascensor, desapareciendo de la vista de Freed.

Janna camino a pasos acelerados hasta llegar donde Rebeca, sentía su blúmer empapado, tomó fuerza para hablar.

“¡Hola Rebeca! ¿Se encuentra tu jefe?”

Rebeca la notó sobresaltada con las mejillas rojas.

“Está en una reunión”

“Hazme un favor, entrégale estos documentos, dile que se los envió Sussan, cualquier acotación que tenga que aportar, que se comunique con ella”

Rebeca estiró la mano y agarró el documento sin apartar la vista de la chica.

“¿Qué te pasó Janna? Estás pálida”

“No nada, me asusté cuando se fue la luz, es solo eso”

Janna le sonrió, volteo y no vio a nadie en el pasillo, suspiró aliviada de no encontrarse con el causante de sus nervios.

Se despidió de Rebeca, camino de regreso al ascensor, fue directo al estacionamiento, busco las llaves del carro en su cartera y cuando estaba dando unos pasos escuchó.

“¿En tu departamento o en el mío?”

Ella giró la cabeza para ver a Freed detrás de ella, un escalofrío recorrió cada vello de su cuerpo y de su garganta salió como un coro:

“En el mío”

“¡Te sigo!”

Freed estaba ardiendo de deseo por esa mujer, no la iba a dejar escapar tan fácil.

Janna se giró hacia su carro, se metió y el arrepentimiento invadió su mente.

‘Si le digo que no, ¡Oh cielos! ‘En qué problema me he metido’

Arrancó su carro directo a su departamento.

Al llegar estacionó en su puesto, noto que él ya había aparcado. Ella esperó que apareciera y nada, lo busco con la mirada y no lo veía, decidió subir a su departamento, cuando se abrió las puertas del ascensor en su piso, allí estaba él con una enorme sonrisa esperándola.

Ella caminó hacia su dirección.

“Freed creo que esto es un erro….”

No pudo terminar la palabra porque su boca fue asaltada dejándola sin aliento.

Ella abrió la puerta como pudo, ese hombre la tenía envuelta con sus fornidos brazos.

Sin dejar de invadir con su lengua su cavidad bucal, Freed devoró a su presa con entusiasmo, la cargó entre sus brazos y la llevó a la habitación.

Janna estaba sumergida entre el placer que le estaba dando esa boca y las embestidas sin control de ese hombre.

Sudorosos y agotados se acostaron uno al lado del otro.

“Freed eso fue realmente maravilloso, gracias por ser mi maestro, ya sé cómo tratar a un hombre en la cama”, expresó divertida, ella estaba clara que solo fue puro se%o.

Freed miraba su cuerpo desnudo con ternura.

“Janna, esto fue solo el comienzo, aún debo enseñarte muchas cosas, cómo era tu primera vez, fui suave, para nuestro próximo encuentro te daré un curso intensivo”

“Me parece perfecto, enséñame lo que quieras, seré tu alumna en la cama, cuando llegue el hombre de mi vida, lo complaceré como una diosa”

Freed no dijo nada, no le había gustado escuchar que sus enseñanzas las va a disfrutar con otro en la cama.

Desde ese momento creció entre ellos una amistad de cuatro paredes, sin ataduras, donde los juegos y el er%tismo los consumían en la cama.

Janna de tanto pensar decidió llamar a Freed, estiró la mano y agarró el teléfono que estaba sobre la mesita de noche, marcó su número de teléfono, después de tres repicadas escucho.

“¿Me extrañas?”, contestó con una voz sensual, estaba llegando a su departamento.

“¡Freed! ¿Estás ocupado? Necesitamos hablar”, susurró insegura, él lo notó en su tono de voz.

“Salgo para allá”

No la dejo que respondiera, cortó el teléfono, agarró las llaves de su carro y salió. Al cabo de 10 minutos tocaron el timbre, Janna se sobresaltó, los nervios la estaban atacando, tocándose la barriga, pronunció:

“Te amo bebe, ahora vamos a darle la noticia a papá, a ver si nos quiere en su vida, si no es así, aquí estoy yo, para darte muchos mimos y amor”

Se levantó y se dirigió a la puerta, abrió y allí estaba el rubio de ojos verdes con la mirada fija en ella.

“Freed pasa, y toma asiento”

Él pudo notar la angustia en su mirada, sin decir nada pasó y se sentó en el sofá.

Ella hizo lo mismo y se sentó a su lado, mirando sus manos juntas expresó.

“¡Freed! No sé cómo pasó porque yo me he estado cuidado, no sé si fue el cambio de anticonceptivos, pero lo cierto es…”, dijo levantando la cara y echó un vistazo a sus expectativos luceros verdes.

“Mejor espera aquí”

Ella salió a pasos acelerados al baño, el hombre estaba desesperado por saber qué le pasaba, vociferó desde su asiento:

“iJanna! ¿Qué pasa? Me tienes con ansias”

Ella regresó, se paró en frente de él y le extendió tres pruebas de embarazo, él las tomó, revisó cada uno, eran de diferentes marcas, una decía positivo, otras dos rayitas y la tercera se leía embarazada.

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