Capítulo 58:

Óscar y Mario, quienes estaban esperando fuera del lugar, se sorprendieron al ver a la lamentable chica que salía agarrada el brazo de su jefa.

Óscar se aproximó a ayudarla, pero Courney tuvo uno de sus episodios y se aferró del brazo de su hermana clavándole las uñas y escondiendo su rostro gritó:

“No me toques, no me hagas más daño”

Parecía estar como ida.

“Ya mi amor, yo estoy aquí”

Le ordenó con la mirada a Óscar se alejará.

Óscar se imaginó la situación y sus ojos se tornaron oscuros, él aborrecía ese tipo de actos.

Era ex militar que pidió la baja después de la muerte de su esposa dando a luz a su pequeña hija.

“¡Lin! Nos vamos en mi carro, será mejor que no vea figura masculina por los momentos”, intervino Janna con los ojos cristalizados,

‘Por muy mala que ha sido Courney con mi amiga, no se merecía haber pasado por esa monstruosidad’

Lindsey arrastró a su hermana y la acomodó en el asiento trasero del carro, luego caminó hacia sus guardaespaldas quienes estaban con la mirada sombría.

“Chicos, ella es mi hermana, pasó por una situación de abuso y como vieron no tolera la presencia de un hombre, les voy a pedir que traten de no acercarse demasiado hasta que ella recupere la confianza, yo me voy con Janna, ustedes sígannos”

Al llegar se dirigieron a la casa que quedaba a uno de los laterales de la mansión, Antonella ya le tenía preparado una de las habitaciones.

Ella vivía allí sola, cuando su nieta le propuso vivir con ellos en la mansión se negó, no quería interferir en su matrimonio, Lindsey le comento de esa casa y ella gustosa acepto.

Entre las tres mujeres acostaron a Courney en la cama y le administraron un calmante, le costó mucho dormirse, estaba muy ansiosa.

Lindsey se despidió de su abuela y se fue a atender a su familia. En la mansión Miller, Maximiliano le contó a Stefany su encuentro con Catrina.

“¡Maxi! No quiero un hombre que esté todo el tiempo vigilándome, sé cuidarme sola”, protestó Stefany haciendo pucheros.

Maximiliano se emocionó al escucharla, llamarlo así, ya era un avance entre los dos.

“Como mi esposa tiene que estar protegida, esa mujer es peligrosa y tengo miedo de que te haga algo”

“¡Esposa solo de papel! ¡Está bien! Si no queda de otra”, contestó de mala gana.

“Ahora vamos a contarle a nuestro hijo que eres su mamá de verdad”, comentó feliz.

Ella ya no huía de él y se integraba a los juegos que él tenía con su hijo, no hablaban de ellos, solo cosas que tuvieran que ver con Max.

Los dos salieron del despacho, subieron las escaleras, entraron a la habitación del niño, quien esperaba a su papá como todas las noches para que le leyera un cuento.

“¡Campeón! Papá tiene algo que preguntarte”, comentó con suavidad.

“Aja, papá”, emitió con una vocecita gruesa.

“¿Tú quieres a Stefany como tu mamá?”,

Su vista no se apartó de la reacción de su hijo.

“¡Sí!”, gritó de alegría.

“Ella es como una mamá para mí, yo la amo”

“Ella es tu mamá de verdad, papá y mamá se casaron y tú ya eres su hijo”

El niño estaba sentado en la cama, al escuchar la noticia se levantó como un resorte y empezó a brincar de alegría, de un salto brinco sobre Stefany que estaba al lado de la cama, expectante a su situación.

“Gracias por querer ser mi mamá, ya no estaré más solo, le puedo decir a mis amigos que tengo mamá”, balbuceó aferrado a su cuello.

“¡Te amo mami!”

“Hijo mío, yo también te amo mucho”

Le empezó a dar besitos por su carita mientras unas lágrimas de regocijo se desparramaron por sus mejillas.

Maximiliano sentía envidia de su hijo, deseaba ser él quien recibiera besos y mimos de ella.

“¿Qué pasó campeón? y ¿Yo dónde quedo?, ya te dije que nunca más te voy a dejar solo”

“¡Mamá! Me gusta este papá que está viviendo con nosotros”, expresó el niño pegando la frente a la de ella.

“A mí también mi príncipe”, expresó inocente.

“¡Viste papá! Yo te dije que le gustabas a mi mamá, ¿Puedo dormir con ustedes hoy?”

“¡No!”, soltó Stefany.

Ese niño la está metiendo en una situación que ella no quería.

“¡Anda mamá! Solo por hoy ¿Sí?”, insistió con sus ojitos azulados engrandecidos.

“Si, hijo, vente a dormir con nosotros”, indicó Maximiliano.

Le parecía una gran idea, sus temores de perderla estaban desapareciendo. Stefany entrecerró los ojos y con la mirada lo quería asesinar, suspiró resignada y colocó al niño en la cama.

“Vamos campeón a mi habitación”

Él abrió sus brazos y cargó al niño, saliendo de la habitación vociferó:

“Te esperamos en la habitación mi amor”

Stefany estaba sonrojada y nerviosa, aunque odiaba a ese hombre, no podía negar que su corazón brincaba de emoción cada vez que percibía su presencia.

En la habitación de la mansión Pratt, Lindsey se acurruca en el pecho de su esposo, empezó a relatarle su reencuentro con su hermana y el estado tan deplorable que la encontró.

“Ya mi muñequita, aquí estamos todos para apoyarla, sabes que cuentas conmigo para lo que desees”

“Si cariño, eso lo sé”

Ella levantó la cara y él atrapó sus labios. Una guerra de pasión ha comenzado, ambos estaban en pleno apogeo de su matrimonio.

Ha transcurrido un mes.

Una mujer estaba confundida en su apartamento con una prueba de embarazo en la mano, no sabe qué hacer, sus lágrimas comenzaron a salir a cántaros. Janna no tiene pareja, solo una persona que acude a ella cuando uno de los dos necesitaba el calor del otro.

Ella no sabía cómo definir su relación, no había reglas, ni celos y en el mundo exterior eran como dos extraños, pero en la intimidad de cuatro paredes se contaban hasta su más bajo secretos.

Ella se lanzó en la cama recordando como hace dos años comenzó su vida se%ual, Janna tomaba el ascensor privado de las Empresas Pratt. Se dirigía a presidencia para entregarle unos documentos a Kyle, cuando el ascensor estaba a punto de cerrarse, Freed metió la mano y entró con su encantadora sonrisa.

“¡Hola Janna! Que bien te ves”

“¡Bien! Vengo a traerle unos documentos a tu jefe, ¿Cómo está el dolor de cabeza de algunas mujeres?”, susurró de una forma burlona.

“Ya me conoces, no soy hombre de una sola mujer, ¡Janna! Desde que te conozco no te he visto con pareja”

“Todavía no ha llegado el indicado, eso sí, antes de que llegue decidí tener experiencia primero”

Freed entrecerró los ojos, con una animada sonrisa soltó:

“¿Si quieres yo puedo ser tu maestro?”

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar