Capítulo 35:

Estaba molesta consigo misma por estar enamorada hasta los huesos por él, quería parar de llorar y ser fuerte, pero sus lágrimas salían solas como cascadas en un río sin fondo, la tristeza se apoderó de su corazón y se preguntaba.

‘¿Ahora qué hago? ¿Para dónde agarro? Poco duró mi matrimonio feliz, ¡Eres patética Lin! Ahora van a pasar al club de las mujeres engañadas, divorciadas y solas’

Mientras tanto, Kyle continuaba en su despacho con las manos en la cabeza meditando.

‘Vi la decepción en sus ojos, no puedo perderla. ¡Oh cielos! ¿Ahora que le digo a Lin?, ¡Catrina! ¿Por qué destruiste mi vida?, si resulta cierto que está embarazada como hago para que ese bebé no sufra’

Ya habían transcurrido varias horas, Emilia estaba preocupada por sus niños, uno encerrado en el cuarto y otro en su despacho, suspiro varias veces antes de subir las escaleras.

Fue a la recámara matrimonial y no vio a Lin allí, tocó en la puerta del frente.

“Lin, cariño, no has comido bien, por favor, ven conmigo para que cenes, sé que estás dolida y no quieres ver a nadie, pero si no te alimentas no vas a tener fuerza para afrontar este problema”

“¡Emilia no tengo hambre! Además, no quiero ver a tu señor”

“¡Ay mi niña! No sabes cómo tengo el corazón arrugadito de escuchar tu voz apagada, por culpa de esa bruja, si desea algo por favor no dudes en buscarme”

Con el estómago revuelto y gimoteando respondió con la voz decaída.

“Gracias Emilia”

Emilia se dio media vuelta, bajó las escaleras y tocó la puerta del despacho.

“Mi niño disculpa que te moleste, pero debes comer algo, por culpa de la visita no has probado un bocado”

Kyle estaba recostado en el sofá con la cabeza agachada entre sus brazos, se sobaba el cabello con la mirada pérdida, al escuchar a Emilia levantó la cabeza y preguntó.

“¿Lin ha comido algo? ¿Cómo está?”

“Está encerrada en la habitación, ¿Cómo crees que está mi niño? No quiso comer”

“Está bien Emilia, cuando tenga hambre yo buscaré que comer”

“De acuerdo, mi niño”

Se retiró a su habitación deprimida.

Kyle salió de su despacho y se dirigió a su habitación, al no ver a Lindsey, salió de allí y se paró en la puerta que se encontraba frente a su habitación, quiso tocarla, pero se aguantó las ganas.

‘¿Que le voy a decir?’

Pegó la cabeza de la puerta por un largo rato y luego se retiró, intento dormir, pero pasó la noche sin conciliar el sueño.

Kyle salió temprano de la mansión, llamó a Catrina para informarle que pasaba por ella para ir al hospital.

Ella salió del hotel sin una pizca de maquillaje, demacrada, al montarse en el carro trató de darle un beso a Kyle, él reaccionó a tiempo.

“No te pases Catrina, ¿No sabes cómo te detesto en estos momentos?”

“No me culpes por arruinar tu vida perfecta, tú entraste solito a mi habitación, por amor a ti quiero a este bebé y si te pasa por la cabeza que aborte, pues no lo haré”

Bajó la cabeza y acarició su barriga.

“Quien te está diciendo que quiero que ese bebe no nazca, mejor mantente callada mientras llegamos al hospital”

Sintió ganas de estrangularla, no soportaba tenerla cerca, solo pensaba en lo dolida que podría estar su muñequita.

Al llegar al hospital Kyle pidió una cita ginecológica, le hicieron a Catrina los exámenes de embarazo de rutina.

Sentados en la sala de espera a Catrina le dio ganas de vomitar, le pidió a Kyle que la acompañara y él accedió, al salir del baño la sostenía por el brazo porque se notaba pálida.

Kyle, mientras más miraba con el rabillo del ojo a Catrina, más su tristeza aumentaba.

“La señora Catrina Cooper puede pasar al consultorio 18, al final del pasillo”, les informó la secretaría de la doctora.

Ella le pidió el brazo a Kyle para sostenerse y así entraron a la revisión.

“¡Buenos días, señores! Soy la Doctora Anaís Ramos, tomen asiento”

“Hola doctora Anaís, soy Catrina la futura mamá de este bebé”, respondió con alegría.

“¡Buenos días! Estamos aquí para confirmar que Catrina esté embarazada y de ser positivo quiero que le haga un chequeo”

La doctora miraba al hombre guapo frente a ella con la mirada sombría, daba a entender que no quería estar allí, bajó la mirada, tomó una hoja en sus manos y contestó:

“Ya tengo los resultados de los exámenes, es efectivo, la señora Catrina presenta cuatro semanas de gestación, los exámenes de sangre reflejan que tiene algunos valores alterados, tiene anemia, en estos momentos de su embarazo debe cuidar su salud y alimentarse correctamente para que ese bebé nazca sano”

“Doctora vivo sintiéndome mal, mareada y todo lo que llega a mi estómago lo vomito, el médico que me chequeó anteriormente me indicó que mi embarazo era delicado”

Le extendió una carpeta que la doctora agarró para revisar.

“¿Se puede hacer un examen de ADN?”, soltó Kyle con una voz fría.

Las dos mujeres lo miraron y antes de que la doctora respondiera, Catrina intervino.

“¿Puedes comprender que tengo un embarazo complicado y mi anterior médico me recomendó que un procedimiento así puede afectar al feto”

Echo un vistazo a la doctora y con cara le suplicaba le inquirió:

“¿Verdad doctora?”

“Las pruebas de ADN fetal menos invasivas no tiene ningún riesgo para el feto, y tampoco para usted señora, porque se extrae una muestra de sangre de la madre y un simple hisopado de la mejilla del posible padre, pero esta se realiza a partir de la décima semana de gestación, le advierto que esta prueba puede dar resultados erróneos o inconclusos en algunos casos”

“Sé que tienes dudas, pero quiero lo mejor para mi bebé”

Catrina empezó a llorar.

La doctora la observó con lástima, se imaginó lo difícil que es para esa mujer que el posible padre niegue a su hijo.

“Señora Catrina cálmese, no llore, debe tratar de no alterarse o estresarse, su estado emocional también puede afectar al feto”

La doctora volteó a ver a Kyle.

“Y usted señor si es el padre del feto procure no causarle molestias a la señora, como ya dije eso perturbara su desarrollo”, dijo mirando a Catrina y señalando con el dedo hacia una puerta continuó:

“Por favor entre al baño, colóquese una bata que se encuentra allí, cuando salga se recuesta en la camilla para realizarle un ultrasonido”

Kyle estaba callado, no tenía ninguna expresión, no sabía la tormenta que se avecina con su esposa y su abuelo.

Catrina salió del baño, se recostó en la camilla, la doctora le colocó gel en la barriga y activo el sonido del aparato.

“Lo que escuchan es el sonido del corazón”, dijo señalando la pantalla.

“Este punto que ven acá es el bebé, confirmado con los exámenes, tiene cuatro semanas y dos días de gestación”

“¿Viste mi amor?, allí está nuestro bebé, qué hermoso es saber que pronto estará con nosotros”

Kyle vio la pantalla y el corazón se le acelero, no podía creer que pronto sería papá, debería ser la mejor noticia de su vida, pero en estos momentos es la peor que su mente puede procesar.

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