Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 24
Capítulo 24:
Luan suelta una carcajada de lo más emocionado.
“Lin ¿Has visto las redes?, tu hermana es polémica”
“No he tenido tiempo”
“Es el hazmerreír de unos, otros se compadecen de ella, otros criticaron sus acciones frente a las cámaras”, expresó Stefany.
“La catalogan de malcriada, engreída y mal educada, por como trato al pobre hombre que subió al escenario a ayudarla”, argumentó Luan.
“Qué podemos esperar de una persona sin escrúpulos”
“Ahora tienes que estar alerta, esa familia no se va a quedar con los brazos cruzados”, formuló una preocupada Janna.
Conoce a detalle lo malvados que pueden llegar a ser.
“Se van a llevar una sorpresa si intentan atacarme”
Después de charlar unas cuantas horas los amigos se despidieron.
Lindsey estaba leyendo un libro en el sofá de la sala cuando sintió unos pasos hacia ella, no le dio tiempo de reaccionar cuando el hombre le estaba devorando la boca.
“Pequeña traviesa ¿Me extrañaste?”
Interrumpió el beso y se incorporó nuevamente.
Ella se levantó coqueta y le colocó los codos en sus hombros y le dio otro beso apasionado.
Kyle con una sonrisa lujuriosa le echo un vistazo.
“Estás muy cariñosa”
“Me provocó”
Trazo una sonrisa mimosa en sus labios.
“A mí me provoca otra cosa”
La levantó en sus brazos y subió a zancadas las escaleras, entró en la habitación y se quitaron la ropa, juntos prepararon la tina y entraron.
Kyle limpió su cuerpo y ella hizo lo mismo, mientras se tocaban hicieron el amor intenso y apasionado, después continuaron en la habitación y se quedaron dormidos.
Lindsey se despertó, sigilosamente trató de levantarse, pero una mano ágil la detuvo.
“¿Para dónde vas?”
“Voy a mi habitación a cambiarme y también tengo hambre”
“Voy a mandar a traer las cosas a nuestra habitación”
La puso frente a él.
“¿Por qué tengo que dormir solo? Teniendo a quien abrazar”
Lindsey asiste con la cabeza y con una sonrisa de oreja a oreja salió suspirando de la habitación.
Cenaron juntos, ella le contaba sobre cómo llegó a la casa hogar y de sus amigos, sus planes de ser una diseñadora reconocida, él se reía de las ocurrencias de ella.
Kyle salió del baño, entró a la cama y la abrazó por la cintura.
“Como no estar enamorada de este hombre, es muy guapo, se%y y en sus músculos me siento protegida”, susurró ella entre sí.
Al día siguiente Kyle le acariciaba sus mejillas.
“Déjame dormir, es domingo”, expresó sin abrir los ojos.
“Vamos muñequita dormilona, ya son las 11 de la mañana y no has desayunado”
“Esos es tu culpa, me robas mis energías”, contestó haciendo puchero.
Kyle soltó una carcajada y ella abrió los ojos despacio y trago saliva al verlo jovial sin camisa.
“¿Por qué me miras así?”, indagó calmándose de la risa.
“Me gusta tu risa, es hermosa”
Él se subió peligrosamente encima de ella, le dio un beso robándole el aliento, con sensualidad le susurro:
“La tuya es más hermosa, mi muñequita”
Le dio otro beso y se bajó de ella.
“Si sigues provocándome no vamos a salir de la cama, ven levántate, vamos a desayunar, tengo hambre”
Ella salió de la cama, entró al baño y se aseó.
Cuando salió envuelta en una toalla, él ya no estaba ahí, se arregló y bajo las escaleras, lo ve en la cocina sirviendo el desayuno en dos platos.
“Espero que te guste la comida, yo mismo la preparé”
Tenía un delantal, con el sartén en las manos.
“Se ve delicioso, falta mi café”, soltó ella al ver en el plato un panqueque, huevos revueltos, tocineta, y queso.
“No me digas que esto lo preparaste tú”
El depósito una taza de café en la mesa.
“Para que veas que también soy bueno en la cocina”
Ella se avergonzaba por su comentario y sin saber que decir.
“¿Dónde están Emilia y Gladys?”
“Les di el día libre, estamos solo en la casa, así que te puedes aprovechar de mí todo lo que quieras”
Diseñó una sonrisa juguetona al ver sus mejillas rojas como un tomate.
“Mejor vamos a comer y luego vamos a la sala de cine a ver una película ¿Te parece?”
“Si me parece buena idea”
‘Ay cielos, este hombre me quiere matar, pero no de hambre’
En lunes en la mañana Kyle estaba revisando su computador en su oficina, cuando escuchó un alboroto y se levantó.
Al abrir la puerta, escuchó unos gritos.
“No eres nadie para impedirme el paso, voy a hacer que te despidan”
“¡Catrina! Aquí en esta empresa quien decide quien se va soy yo”, dijo amenazante.
“Déjenla pasar”
Ya adentro, Kyle rodeó su escritorio y se sentó en su gran silla, ella lo siguió coqueta.
Cuando se va a sentar en sus piernas, él la detiene con una mano.
“Catrina será mejor que te sientes”, vociferó como un témpano de hielo.
Catrina sorprendida, abrió los ojos como platos, desde que lo conoce, por primera vez siente el miedo en las palabras del hombre que está frente a ella.
Le dio la espalda caminó a pasos sensuales y moviendo sus caderas para hacerla parecer atractivas.
Se sentó frente al escritorio montado una pierna sobre la otra medio abierta y subiéndose el vestido para mostrar una parte de su ropa íntima.
Echó el pecho hacia adelante para hacer notar sus voluptuosos senos, se pasaba una mano por su cabello y lo colocó delicadamente hacia delante.
Luego, con su lengua, humedece su labio inferior y lo mordió con una sonrisa lujuriosa.
“Catrina bájate el vestido, y siéntate bien”, aclaró con un tono de voz amenazante.
“Dime que no te gusta lo que ves”
“Catrina debemos mantener distancia, desde hoy ya no trabajarás en la empresa, te seguiré ayudando hasta que puedas conseguir un trabajo y rehagas tu vida”
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