Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 23
Capítulo 23:
Él movió las caderas y se hundió desesperadamente en ella, ya no pudo aguantar más, necesitaba poseerla totalmente, esa forma de mover su boca en su lo enloqueció.
Los dos emitieron un sonido de gozo al mismo tiempo.
Kyle devoró su boca, mientras entra y sale de su interior a un ritmo y con fuerza acelerada.
Interrumpió de repente el beso y agitado le dijo:
“¡Me enloqueces muñequita!”
Ella rodeó la cintura con sus piernas y elevó las caderas, dejando que la p%netre con intensidad. Sus persistentes embestidas crearon en ella oleadas de éxtasis.
Sus cuerpos sudorosos chocaron y estaban sin aliento.
Intentó controlar la presión que se acumulaba entre su entrepierna, esperando que ella tuviera su org%smo.
“Kyle no… aguanto”
Terminó descaradamente, su espalda se curvó y emitió un g$mido celestial.
Él se corrió gustosamente al sentir como su interior apretó su p$ne con ganas, soltó un gruñido victorioso.
Él apoyó sus antebrazos en cada lado de su cabeza, recuperó el aliento mientras salía la última gota de su líquido. Colocó su frente junto a la de ella cerrando los ojos.
Sin poder evitarlo sintió que estaba listo para una segunda ronda, de un movimiento se levantó y la colocó en cuatro, su vista es magnífica, sus curvas y esa piel blanca lo activaban.
Entró de una sola estocada y arremetió con las mismas ganas que antes.
Ella g!mió desbocada de excitación, baja sus brazos y apoya su cabeza en las sábanas dándole más profundidad para que se hunda en su interior.
Él salió de ella, de un movimiento se acostó en la cama y la jalo montándola sobre él.
“Muñequita hermosa, mueve tus caderas, húndete toda, quiero escuchar tu vientre chocando”
Ella empezó a moverse impúdicamente. Él le agarró los senos con las manos, los amasó, los mordisqueo suavemente, los lamió y los chupó a su antojo, haciéndola g$mir placenteramente.
“Se siente tan bien, Kyle, te amo”, soltó en susurro para convulsionar de éxtasis.
Al escucharla, esbozo una sonrisa, la atrae temblorosa, atrapo sus labios y presionándola a su cuerpo, le daba unas cuantas estocadas fuertes.
Soltó un gruñido encantador, con la respiración acelerada la abrazó y la acurrucó en su pecho. Al recuperar las fuerzas murmuró:
“No sé qué has hecho conmigo muñequita, no puedo decirte que te amo, pero sí que me encanta tu cara angelical, tu cuerpo, tu olor a vainilla, tu cabello dorado, tu forma de dar amor a otros, tu forma de ser, me encantas toda tú. Has entrado en mi corazón poco a poco y en el momento que te hice mía, no sabes los sueños húmedos que he tenido y las ganas de derribar la puerta de tu habitación, ahora eres parte de mi vida y no te voy a dejar ir”
Lindsey estaba feliz al escuchar sus palabras, aunque no la amara como ella a él, le gusto saber que ocupa un lugar en su corazón.
Kyle cerró los ojos mientras la tenía montaba en su pecho, la escucho roncar haciéndolo reír, la acomodo a su lado y la abrazo recostando su mandíbula debajo de la cabeza.
Al día siguiente Lindsey se despertó con la sensación más placentera que nunca había sentido en su vida, se acurrucó en ese calor que la fascinaba, hasta que escucho la suave voz del hombre que la tenía abrazada a su pecho.
“¡Pequeña traviesa! ¿Descansaste bien?”, susurró con pereza mientras la ve pegada a su cuerpo, esta vez más relajado por la gratitud de tenerla cerca.
“Me duele todo, no quiero levantarme, me dejaste sin energía”, reprochó haciendo pucheros.
Kyle soltó una carcajada, acercando su boca a la entrada de su oído.
“Si no te levantas, no voy a la empresa a resolver el desastre de anoche y te quedarás conmigo en la cama haciendo algo más productivo”
Lindsey abrió los ojos como platos y como un resorte elevo la cabeza.
“Eres un p$rvertido, quieres atarme, mejor voy a bañarme”
“Te acompaño”
“¡No! No te atrevas, mi entrepierna, me duele, eres un lujurioso”
Lindsey al levantarse de golpe sitio que las piernas le temblaban, él la elevó en sus brazos, de forma perezosa entró al baño mientras ella protestaba.
La ayuda acomodarse en la tina y le preparo el agua con fragancias a vainilla, se bañaron juntos.
Ambos se alistaron y bajaron a desayunar, Emilia los vio bajar las escaleras en calma, con un aura embriagante que la alegró.
‘Parece que esos dos niños están destinados a estar junto’
En el comedor, Kyle la encrespó.
“A partir de hoy tendrás dos guardaespaldas que estarán contigo en todo momento”
“Ya te he dicho que puedo cuidarme sola”
“¡Eso no se discute!, ven vamos”
La agarró de la mano y salieron de la casa dirigiéndose al estacionamiento, se pararon frente a un Mercedes Benz Gle-Class, de cuatro puertas, color rojo.
Kyle sacó unas llaves de su bolsillo y se las dio.
“Este es tu auto, no quiero que andes en autobús buscando peligros, lo vas a aceptar sin protestar”
Lindsey estaba maravillada por el carro, en su vida nunca soñó tener un carro como ese, emocionada, lo abrazó y le dio un suave beso.
“Gracias, está hermoso, te prometo cuidarlo, me gusta el color”, dijo antes de subir al choche e irse.
“Amigo, Lindsey se voló la barda, le dio un tremendo escarmiento a Courney delante de las cámaras, esto es detonante para que esa familia arremeta contra ella, saben que está cambiada y no se va a dejar pisotear”, expresó Freed sentado al otro lado del escritorio.
“Ya le coloqué dos guardaespaldas que van a estar cuidando sus pasos, encárgate de nuestros camarógrafos y las grabaciones que les hicieron a las modelos, que las Empresas Pratt, la casa de modas y nuestros diseñadores no salgan perjudicados”
“Eso está listo, las cámaras del lugar no grabaron nada y limpié el lugar donde estuvieron esas dos sabandijas, no hay rastros de que ellos estuvieron en el evento”
“Quiero que consigas las fotos que tiene Courney de mi esposa con esos dos muchachos y las desaparezcas”
“Ya me encargo de eso, el hacker va a revisar todos los dispositivos y almacenamientos digitales que tenga Courney y va a hacer su trabajo”
Freed sonríe de lo más tranquilo.
“También he infiltrado una persona en su casa para revisar cada rincón y buscar las fotos en físico”
“Hay que estar pendiente de cada movimiento que haga esa familia”
“Me alegra que la quieras proteger”
Mientras los dos amigos estaban conversando, en la mansión llegaron tres jóvenes.
“Lin, debimos ser más cautelosos, menos mal que tu esposo nos apoya”, expresó Luan.
“No creo que nos hayan conocido con nuestros disfraces, yo estoy encantada de ser pelirroja de ojos verdes”
“A ustedes Courney no los conoce, a mí sí”
Janna se llevó una galleta a la boca.
“Por eso insistí en que no te involucraras, si te reconocía todo el plan se iba por la borda”, apuntó Lindsey.
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