Derribando las barreras de mi CEO
Capítulo 13

Capítulo 13:

Luego de terminar los actos, todos empezaron a salir del salón, las dos amigas caminaron hacia la salida. Lindsey se detuvo y volteo cuando escuchó.

“¡Lin! ¡Felicitaciones!”, expresó Dexter Yedte.

“Gracias y chao”, dijo fastidiada por su presencia.

Le estaba dando la espalda cuando le vuelven hablar.

“Lin, ¿Sigues molesta conmigo?”

Ella respiró hondo y lo miró a los ojos.

“Será que me puedes dejar en paz.

En el momento que Dexter iba a hablar se acercó Helen, una ex compañera de clases, abrazándolo por la cintura.

“Amor ¿Qué haces hablando con la fea?, por cierto, me contó tu hermana que te casaron con un hombre arrogante porque te encontraron revolcándote con él en la cama de un hotel, me imagino que debe ser ciego para fijarse en una insignificante y de mal gusto como tú”

Dexter al escuchar lo que dice su novia se sorprendió, él conocía a Lin desde la infancia y sabe que no es ese tipo de mujer, aunque ella lo odie por lo que él hizo.

“Helen ya basta”, gritó Dexter molesto por la situación.

Lindsey frunció el ceño y cerró el puño.

Janna le hizo señas con la mirada hacia los profesores para que se aplaque.

“Tengo que irme, disfruta tu título Helen, nos estaremos viendo la cara en otro momento”

Se da la vuelta y caminó hacia la salida seguida por Janna.

Dexter la vio marchar, se soltó de su novia.

“Agarraste el peor momento para montar unas de tus escenas”

“¿Qué hacías hablando con ella?, te he dicho que te mantengas lejos de ella”

“A veces me arrepiento de haber perdido su amistad por involucrarme contigo”, aclaró con la mirada triste.

Da unos pasos hacia un grupo de personas uniéndose a la conversación.

Helen se enfureció, hizo un berrinche con las manos.

“Cálmate que este no es el mejor sitio para discutir, vamos al antro a celebrar con los chicos, además, tú tienes la manera de tener a Dexter en tus manos”, le susurró su amiga sacándola del lugar.

Al final de las bancas está un hombre con la mirada sombría observando cada movimiento de su esposa.

Se sorprendió al no ver ninguno de sus familiares con ella, distinguió la tristeza en su mirada, quería acercarse y sostenerle la mano, luego vio la reacción de ella cuando ese joven le hablo.

“¿Ahora qué hacemos amigo?”

“Nos retiramos, mañana voy a salir de otra duda”

“No me digas que la vas a seguir como hoy”

“Ella sale los fines de semana, ¿Tengo que saber qué hace?”, arrojó caminando hacia la salida.

“Puede que la pase en casa de sus padres”

“¿Eres tarado? No ves que hoy no aparecieron en su graduación, ninguno de ellos”, soltó montándose en el carro.

“Sí es verdad, ¿Mañana a la misma hora en tu casa?

Pone en marcha el carro y salen de allí.

“Lo haré solo”

“¡No!, yo te acompaño en esta locura”

Kyle al bajarse del carro la vio llegar en un taxi, él se movió hacia la puerta de la casa y la abrió, se quedó estático esperándola allí.

Freed al notar la reacción de su amigo, sonrió con picardía y se marchó del lugar.

Lindsey estaba entretenida pagándole al taxi, cuando levantó la cabeza, le atacaron los nervios.

“¿Cómo estuvo tu día?”, preguntó Kyle con una mirada serena.

Lindsey levantó una ceja, se asombró por su extraño semblante que reflejaba el hombre.

“Fue un día tranquilo”

“Te voy a asignar un carro”

No apartó sus ojos de su presa.

“No es necesario”, respondió dando marcha hacia las escaleras.

“No seas terca, eres mi esposa y no puedes andar en transporte público”, indicó detrás de ella.

“Si te preocupa lo que vayan a decir de la esposa del Señor Pratt, no te inquietes, todavía no se ha hecho público quién es, solo se han enterado de que estás casado”, afirmó sin voltear a verlo y siguió su camino.

Kyle la vio desaparecer de su vista.

Malhumorado por su respuesta, sube las escaleras directo a su habitación, camina de un lado a otro aturdido, no entiende qué le pasaba con esa jovencita.

Se metió al baño y tomó una ducha, sentía como rodaba cada gota de agua por su cuerpo.

Estaba confundido, angustiado y asfixiado por las cosas que estaba descubriendo de su esposa, trató de controlar su respiración, en su cabeza se negaba a creer que se había equivocado con ella.

Era sábado Lindsey se despertó como de costumbre, se aseó y bajo a desayunar.

De camino a la cocina se sorprendió al distinguir a Kyle sentado en el área de la cocina con un café en la mano, en un plato tenía un sándwich de jamón de pavo con queso y al lado un vaso de zumo de naranja.

“¡Buenos días, Señor Pratt! ¡Buen provecho!”

“¡Buenos días, Lindsey! Nada de señor, dime por mi nombre”

“Ayer era señor, hoy es Kyle, como que es bipolar”

Lindsey sonrió pícaramente, caminó hacia la cafetera lo bordeo dándole la espalda y se sirvió una taza de café.

Recostada del mueble de la cocina, tomó un sorbo de su café mientras lo ve de reojo como se lleva la taza a la boca, miró como sus labios se separaban y su boca le daba la bienvenida al líquido, la elegancia como lo hace le pareció fascinante.

“Señora siéntese ya le sirvo el desayuno”

Lindsey salió de su pensamiento y suspiro lentamente para decir con cariño.

“¿Qué es eso de señora? Ya te he dicho que me digas Lin”

Gladys se sonrojó, sintió pena por llamarla así delante del señor.

Lindsey se sentó a desayunar en silencio, no supo qué decir, cómo actuar delante del hombre neutro que estaba al lado de ella. Prefirió mantener silencio y así fue, no mencionó nada hasta que terminó de comer.

“Gracias por el desayuno Gladys como siempre exquisito”

Interrumpió el silencio mirando a Gladys quien le devolvió la sonrisa, después desvió la mirada a Kyle.

“Con permiso Kyle me retiro”

Él solo asintió con la cabeza.

Ella subió a toda prisa las escaleras, entró a su habitación y poco a poco pudo controlar sus pulsaciones.

Kyle, al verla subir las escaleras, se levantó de su asiento y a zancadas llegó a su despacho, se aproximó a la ventana a esperar que su presa saliera de la casa.

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