Capítulo 10:

“¡Qué imbécil es! ¿No le dijiste que produces tu propio dinero con el taller de costura?”, refunfuñó Janna, casi gritando.

“¡Sí!, el día de nuestro encuentro en las escaleras, pero no me cree y con esas fotos menos, por eso he decido hoy quedarme en la casa para pensar qué hacer”

“No entiendo lo de las fotos, siempre estás alerta, a menos que ese día del evento Courney te haya tendido una trampa con esa copa de vino”

“Sí, no hay duda de que todo lo que pasó ese día fue planificado por mi querida hermana, mi descuido fue que el mismo mesero me ofreció la copa de vino”

“¿Qué piensas hacer?”

“¡No sé! Pero de que me las cobro, me las cobro”

“Amiga, sabes que cuentas con mi ayuda”

“Lo sé, te dejo, voy a ocupar mi mente”

“De acuerdo, estaré aquí, si me necesitas”

Cuelga el teléfono.

Con la tristeza en los ojos, se metió al baño y salió de su habitación hacia la cocina a preparar su desayuno, en el camino se cruza con Emilia que la saludo afectuosamente.

“¡Buenos días! ¿Descansaste mi niña?”

Pudo notar la nostalgia en los ojos de la chica.

“Sí Emilia. Hoy no voy a salir, me quedaré en la casa”

Miraba a su alrededor, sentía la frialdad que emanaba del lugar.

“Si necesitas algo, estaré para servirte. Un consejo, tenle paciencia al niño Kyle, lo ves todo arrogante, pero es un buen hombre”

Lindsey la miró pensando ‘si ese es un buen hombre, que será cuando se vuelva malo’

Siguió su camino, junto a la cocinera preparó su desayuno, sin tener nada que hacer, se puso a recorrer la casa, es neutra y sin color, con voz baja comenta:

“Voy a darle un poco de color a esta casa, el tiempo que esté aquí quiero darle vida, así después me coman viva dentro de ella”

Buscó a Emilia, le contó sus planes, quería comprar otras cortinas más coloridas, cambiar algunos adornos y comprar flores.

Emilia junto a dos empleadas encargadas de la limpieza se pusieron a su disposición, Gladys la cocinera, al verlas reunidas y escuchar la conversación se quita el delatar y le dijo que contará también con ella.

Las empleadas se encargaron de quitar las cortinas y otras cosas que Lindsey les indico que llevarán al sótano.

Emilia, Gladys y Lindsey fueron al centro comercial a comprar las cosas para la casa. Gladys está emocionada por la buena vibra que emanaba de su señora.

Las tres mujeres entraron en una tienda, recorrieron el lugar, sus ojos se iluminaban con las hermosas cortinas, estantes, floreros, decoraciones de pared y flores de todos los colores.

Lindsey pagó con su tarjeta de crédito.

Ese día hasta el personal de vigilancia estaba colaborando, todos ayudaban a mover los muebles, quitar las alfombras oscuras, colocaron una mesa central de maderas con cerámica blanca, adornada con un jarrón de vidrio cristalizado y flores naranja con amarillo.

Las cortinas eran blancas con detalles de flores coloridas que le daban luminosidad a la mansión.

Mientras que, en la oficina, Kyle no puede concentrarse en su trabajo, solo piensa en la niña de los ojos grises verdosos, rezongaba cuando recordaba esa boca, su mirada retadora y las fotos.

“Espero que estés tratando bien a mi nieta”, precisó el anciano con la mirada oscura entrando a la oficina.

“Ella está bien, ¿Qué haces aquí?”, vociferó mirando a su abuelo que se aproximaba a pasos lentos a su escritorio.

“Se te olvida que esta también es mi empresa. Bueno, he venido a reunirme con la coordinadora de eventos, para ver cómo van las cosas para el aniversario de la empresa”

“Freed se está encargando de eso con el departamento encargado, se estableció contratos con las diseñadoras de modas en ascenso y las modelos que van a debutar con nuestros diseños, las boutiques de ropas están esperando la nueva colección que se presente ese día”

“Espero que no haya eventualidades, recuerda que los medios de comunicación estarán presentes, ya se filtró que estás casado. Ni se te ocurra aparecer sin mi nuera”

“De acuerdo abuelo”

Kyle suspiró varias veces, con lo que pasó la noche anterior, tendrá que buscar la forma de convencerla.

Al llegar a la casa, abrió la puerta y se quedó paralizado, observo con la mirada fría el interior de su casa.

El espacio de su amplia sala fue remodelado completamente, los muebles fueron movidos, los almohadones negros fueron sustituidos por un color turquesa que hacían juego con las cortinas llamativas de flores.

En cada esquina del gran ventanal había dos jarrones largos de cerámica blanca con textura, que contenían espigas doradas con flores amarillas y naranja dando un ambiente fresco y alegre.

Camina hacia la cocina, encuentra a Emilia quien al verlo exclamo:

“¿Verdad que quedó hermosa la casa?, mi niña le dio vida”

“¿Lo hizo sola?”

“¡Si!, bueno, todos colaboramos, pero fue su idea”, expresó encantada por la niña de corazón noble que llegó a la mansión a darle vida y trata a todos por igual.

“¿Lindsey ya cenó?

“¡Sí, mi niño!, debe de estar cansada, en la mañana fuimos al centro comercial de compras, luego se puso, como verás, a darle vida a este hogar, te voy a preparar algo ligero para cenar, Gladys hoy no cocino porque también ayudó, Lin compró comida para todos, solo hay pizza”

“Sírveme pizza”

Se sentó en una de las sillas que estaban en la cocina con la mirada perdida, sin saber cómo debe acercarse a esa niña.

“Mi niño, si deseas puedes sentarte en la mesa del comedor, ya te la llevo”

“No nana, comeré aquí”

Lindsey sentía que todo su cuerpo le dolía, recostada en la cama con un almohadón en la espalda, tomó un libro y empezó a leerlo, estaba concentrada cuando siente que tocan la puerta.

“Pase”

Al levantar la vista frunció el ceño, cerró el libro, se incorporó y cruzó las piernas.

“¿Cómo estás?”

“¿Por qué preguntas si no te importa? Si vienes a insultarme, será mejor que te des la vuelta y te vayas, no estoy de humor para discutir”

Kyle sentía que le hervía la sangre al escucharla hablar así, quería gritarle que nadie lo trata con insolencias.

“¿Será que puedes dejar de ser grosera y escucharme?”

“Dime”, dijo con indiferencia mirándolo fijamente.

“Gracias por el cambio de ambiente que hiciste a nuestro hogar”

“De acuerdo, si eso es todo, te puede retirar”

“Otra cosa, dentro de dos meses la empresa está de aniversario y debes acompañarme”, aclaró con autoridad.

“¿Me preguntas o me ordenas?, dijo sin apartar sus ojos entrecerrados de él.

“Tómalo, como quieras, soy un hombre casado y debo asistir con mi esposa, quieras o no me vas a acompañar”

“Con una condición”, contestó con rapidez.

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