Corazón esteril
Capítulo 6

Capítulo 6:

Y me hace subir rápidamente. Tan rápidamente que ni siquiera me deja pensar en nada más, cuando siento el placer explotar en mí… echo la cabeza para atrás abriendo la boca para jalar aire. Estoy en el éxtasis total.

Y aun no bajo del orgasmo que estoy sintiendo cuando el auto se detiene y unos pequeños golpecitos en el cristal me obligan a poner la frente en su hombro en lo que trato de recuperar la respiración normal y mi corazón deje de martillar con tanta fuerza en mi pecho.

“Hemos llegado a mi casa”, dice casi susurrando en mi oído.

“No le dije al chófer a dónde íbamos, así que supuso que veníamos para acá. ¿Quieres entrar o prefieres que vayamos a otro lado?”.

“Vamos”, digo sin aún levantar la vista.

Creo si mi yo de hace un mes me viera, no creería lo que estoy haciendo, pero en este justo  momento solo quiero hacer lo que deseo y claramente deseo muchísimo a este hombre.

Probablemente mañana me preguntaré ¿En qué estaba pensando? Pero en este justo momento, solo estoy sintiendo.

Levanto la mirada y observo una dulzura indescriptible en su mirada, me arregla el sostén y cierra mi blusa mientras yo acomodo mis mojadas bragas y me ayuda a bajar de él para adentrarnos en la casa.

Es una casa preciosa, parece salida de una película, con ventanales grandes, blanca y con un portón de madera con acabados hermosos.

El me sostiene por la cintura y me lleva a una enorme sala con una chimenea impresionante, los  techos son altos y se ve inmaculada. ¡Me encanta!

“¿Te ofrezco un trago?”, me dice cuando he tomado asiento y él toma entre sus manos una licorera de entre varias que hay en una cantina que adornan perfectamente la habitación.

“Creo que por esta noche, es suficiente con el alcohol que ya hay en mi sistema…”, el suelta una pequeña carcajada y yo sonrió ampliamente al escucharlo.

Toma un sorbo del trago que se ha servido. Yo paseo mi mirada sobre él y lo detallo.

No sé si sea la expresión correcta pero es un hombre hermoso. Su rostro varonil, adornado por esas perlas grises que lleva por ojos, su cabello castaño con ese mechón que lo hace ver tan interesante y ese cuerpo ¡Uf Parece esculpido en mármol!

Se acerca a mí y se sienta a mi lado poniendo una pierna sobre el sofá y recargando el codo en el respaldo para quedar justo frente a mí.

Sigue mirándome así… cómo si yo fuera una ilusión, como si fuera lo más hermoso que ha visto y no me malinterpretes ¡me encanta! Pero jamás nadie me había mirado así.

“Algo bueno debí hacer, para que esta noche una mujer tan bella como tú esté aquí, conmigo”, lo miro y sonrió.

Imitó su posición quedando frente a frente y con la mano que tengo libre acaricio ese perfecto mechón.

“Es un lunar que comparto con mi padre, él tiene el mismo. Creo que siempre me ha hecho ver mayor”.

“Es perfecto…”, digo sin dejar de mirar su cabello ondulado.

Regreso mis ojos a los suyos y veo ahí de nuevo el deseo que nos trajo hasta aquí.

Toma mi mejilla y se acerca lentamente mientras yo cierro los ojos esperando lo que viene. Me besa, primero el labio inferior, con pequeños besos y luego el superior.

Entreabro los labios cuando su mano cae en mi nuca y la otra en mi cintura y él se posesiona de mis labios. Puedo sentir el sabor del alcohol en su lengua y el calor empieza a apoderarse de mí de nuevo.

En un movimiento se levanta del sofá pone su brazo bajo mis rodillas y el otro en mi espalda. No dejo de besarlo mientras nos conduce hacia lo que creo es su habitación en la parte superior de la casa.

Entramos a la habitación y me deja con cuidado en la mullida cama, se aleja dejándome ver su perfecto trasero y su ancha espalda.

Cierra la puerta de la habitación y cuando se devuelve su mirada es pura lujuria.

Me mira en su cama y lentamente se despoja del saco y sin quitar los ojos de mi desabotona su camisa dándome una maravillosa vista de su pecho que luce espectacular desde mi posición.

Se hinca ante mí y siento sus manos subir por mis tobillos, pantorrillas, los muslos y delicadamente abre mis piernas. Sostengo mi peso sobre los codos y me inclino al frente para no perder detalle.

Siento mis bragas recorrer mis muslos mientras me deleito con la perfecta vista que tengo de su rostro. Estoy expuesta ante él, no tarda en hacer su siguiente movimiento y pasa si dedo por mis pliegues encontrándome totalmente mojada.

Por instinto quiero echar la cabeza atrás, pero me  resisto a dejar de ver este festín. Sin más preámbulo me abre con su dedo pulgar e Índice y atrapa mi cl!toris chupando con todo de él.

Me arqueo sobre la cama y el detiene mis caderas para que no le quite lo que le alimenta con tanto placer. Me jala hacia él, dejando mis piernas sobre sus hombros y sigue comiéndome. Es implacable, no me deja salida.

Come y come de mí, como si fuese su postre favorito. Lo siento venir, el orgasmo se construye tan pero tan rápidamente dentro de mí, que no puedo dejar de g$mir y jadear.

Tomo su cabeza con la mano izquierda mientras la derecha acaricia sin descanso mis pezones. Lo empujó hacia mí rogando que no se quite de su posición. Toma mi cl!toris en una larga succión y mete dos dedos en mi curvándolos en mi interior y sin más ¡Explotó!

Ruedo los ojos hacia atrás, mi espalda deja de tocar el colchón, abro la boca tomando aire que no entra a mí por sí solo.

Y el solo espera, con sus dedos dentro de mí aún, moviéndolos muy lentamente dentro y fuera de mí. Sin salir de mí sube por mi cuerpo y me besa.

“Estoy apenas empieza”, me dice acariciando mi mejilla.

En un movimiento saca sus dedos de mí, se  despoja del pantalón y el bóxer, lo miro y es grande.

No tengo la mayor experiencia en el sexo, el único fue… bueno él y estoy completamente segura que no hay comparación en el tamaño. Tragó saliva y aprieto los muslos sintiendo como me mojo un poco más, como si no estuviera empapada ya,

Camina a la mesita de noche dándome la vista de su redondo trasero y se enfunda en un condón, todo bajo mi mirada.

Regresa a mí y toma mis rodillas abriéndolas para pasear su eje endurecido por mis pliegues, poniendo especial atención en presionar el cl!toris.

Se sitúa en mi abertura y lo siento entrar poco a poco, abro la boca pero no emito sonido alguno.

Me estira de una deliciosa manera. Sus embestidas son lentas pero fuertes, siento estremecerme de pies a cabeza pasea sus manos por mi cuerpo tocando mis senos, mi v!entre y vuelve a acariciar mi cl!toris.

Cierro los ojos por momentos ¡Quiero verlo! Me siento embelesada de mirarlo, pero el placer me invade completamente y me obliga a cerrar los ojos y hundirme en mi propio éxtasis.

Sus estocadas suben en velocidad y fuerza, en este momento juraría que podría partirme por la mitad. Escucho sus jadeos y ver su cuerpo y rostro perlado de sudor me pone aún más caliente.

Entra y sale de mí como si fuese mi dueño. Me mira con tal intensidad que siento arder mi piel. Sigue poniéndome al límite acariciando mi cl!toris y lo siento venir, mis paredes lo aprietan más y más fuerte.

Echa la cabeza hacia atrás y hace un sonido bastante obsceno pero delicioso a mis oídos. Subiendo más el ritmo de su toque y de sus estocadas me dice mirándome a los ojos.

“¡Córrete en mí, hermosa! Eres un sueño hecho realidad”, dice.

Y me corro, está vez es mucho más intenso, siento como una explosión en todo mi cuerpo, tengo la mente nublada del placer.

Sale de mí únicamente para voltearme en un rápido pero gentil movimiento pone mi trasero frente a él y lo siento masajearlo. Aún no bajo al cien por ciento del orgasmo cuando entra en mi tomándome por las caderas y me penetra duro.

Muerdo lo que puedo porque siento que en cualquier momento me voy a romper en mil pedazos. El sonido de nuestra piel húmeda chocando en nuestro centro es completamente erótico.

Me siento completamente fuera de mí, jamás había sentido tanto en el sexo, siento mi vagina palpitar y sé que un nuevo orgasmo se está construyendo en mi interior. Y como si supiera leer mis pensamientos Izar se inclina hacia mi besando mi espalda sin dejar sus empujes y toma entre dos dedos mi cl!toris.

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