Corazón esteril
Capítulo 52

Capítulo 52:

Entro con miedo de lo que pueda encontrar. Y mi miedo se hace realidad, no está en su cama. Salgo de ahí y busco en la habitación de Logan obteniendo el mismo resultado.

Me dejó caer de rodillas sintiendo que mi cuerpo no puede sostenerse solo y en ese momento Izar está frente a mí, pero no lo oigo, mis oídos pitan.

Me arrebata el papel en mi mano y al leerlo llega la comprensión a él y con eso una furia que jamás le había visto. cielos ¿Dónde está?

Pov Carol.

“¿A dónde vamos Tía Carol?”, pregunta por tercera vez Amelie poniendo mis ya destrozados nervios de punta.

“Ya te lo dije, vamos a la playa Amelie”.

“¿Y por qué mis papás no vienen con nosotros?”, pregunta.

Casi quiero soltar el volante y arrancarle esas palabras de la boca. ¡Niña estúpida! ¿Cómo se atreve a llamar así a Isabella? Ella no es su madre.

La miro por el retrovisor y sus grises ojos me miran fijamente mientras Logan duerme en su pierna y ella acaricia su cabello,

“Tus papás se quedaron a terminar la fiesta y a despedir a los invitados”, le digo sintiendo asco al emitir esas palabras.

“Pero nos alcanzarán en la playa, ya te lo dije Amelie, trata de dormir igual que tu hermano”.

No me contesta, sé que no va a dormir pero espero que se quede callada porque me duele la cabeza y no pienso soportar sus preguntas estúpidas.

¿Cómo se atrevió? Después de todo lo que hice por amor a él, después de que he ido limpiando el camino para que podamos ser felices, ¿Cómo pudo echarme por esa mujer tan insignificante?

Sigo conduciendo por la carretera que me aleja más de la ciudad esperando que la p$rra de Isabella obedezca mis órdenes y se largue…

Se tiene que ir y dejar lo que es mío. Las voces en mi cabeza no paran, no cesan ni un segundo, me atormentan pero en cuanto Izar sea mío todo habrá valido la pena y se van a callar.

Van a dejar de acusarme porque ahora yo seré Renata no Carol. Seré perfecta, tan perfecta, tendré el marido perfecto, los hijos perfectos y la vida perfecta.

Izar tiene que entender, a mí no se me engaña y quedan tranquilos, ¡No! él tiene que pagar por meterse con esa z%rra, pero cuando ella se haya ido, lo voy a perdonar y podremos ser felices por fin sin estorbos. El amanecer choca con mis ojos y veo por el retrovisor a Amelie dormida al igual que Logan.

Conduzco un poco más reproduciendo la imagen de Izar mientras esos desgraciados aparecían en la pantalla. ¿No se supone que era estéril? ¡Maldita! ¡Mil veces maldita!

Visualizo el mar y siento su cálida y húmeda brisa. Llego al chalet de Aarón dónde algunas veces nos encontramos, aún tengo las llaves y nadie se imaginaria nunca que estoy aquí.

Además de que el estúpido no puede venir porque no puede salir de la ciudad por vi%lador…

¡Ja! Si supieran todo lo que sé de él, le darían treinta cadenas perpetuas.

Cargo a Logan mientras Amelie camina a mi lado adormilada. Entramos y los dirijo a la habitación, dónde acomodo a Logan en la cama y Amelie se sube para abrazarlo y quedarse dormida a su lado.

Salgo de ahí y me dirijo a la sala donde encuentro una licorera con coñac, me sirvo un trago y lo tomo sin pausa sintiendo que me quema pero el ardor es bienvenido. Estar ahí y presenciar cómo les daba la noticia fue una puñalada por la espalda, Izar también me traicionó. Ellos no van a hacerme esto y se van a quedar tan campantes. ¿Y si no se va?

‘Tendrás que matarla’ Lo sé, lo sé.

‘Esa mujer quiere lo tuyo y no puedes permitirlo’ No lo hare. Me quedo mirando a la nada y recuerdo a Renata…

¿Por qué no me hizo caso? Cuando Izar la visitaba que eran solo amigos yo ya estaba enamorada de él.

Le dije que lo dejara de ver, pero la muy estúpida ya se había enamorado de él y el de ella. Si tan solo se hubiera alejado a tiempo.

Es que nadie lo va a amar como yo ¿Por qué no puede verlo? Sacrifique a mi hermana en nombre de este amor y aun así no me valora. Tengo que conseguir alimentos para estos niños antes de que despierten.

Estamos en la playa y veo a la distancia a los dos jugar, ha sido tan malditamente difícil mantenerlos quietos.

El chalet se encuentra lejos de las demás casas en una zona exclusiva y eso nos da privacidad, me alegra por qué es justo lo que necesito en este momento.

Mientras los miro pienso que no me alcanzará para mucho tiempo el efectivo y no puedo mover nada con mis tarjetas porque seguramente lo van a rastrear, así que solo tengo una opción.

“Tía Carol, Logan tiene hambre”, dice Amelie.

“Vamos al chalet, tráelo para que coman”.

“Está bien”, veo correr a Amelie hacia Logan y regresan corriendo juntos.

Menos mal que se calmaron preguntando por los imbéciles de Izar e Isabella entretenidos con el mar.

Miro de reojo a Amelie y es indudablemente parecida a Renata, solo los ojos son iguales a los de Izar. Pero hasta en el carácter es como ella tan protectora y hasta podría decir que valiente.

Mirarla con Logan es un poco ver a mi hermana conmigo y me es tan chocante que ese hijo de p%ta no haya podido ver cuánto lo amo al grado de elegir entre él y mi hermana.

Llegamos al chalet y hago unos emparedados con zumo de naranja y fruta picada para que coman.

Los veo comiendo en la barra de la cocina. Tomo el teléfono del chalet y marco el número, por supuesto que mi celular se quedó saliendo de la mansión de Izar por alguna calle, no podía arriesgarme a qué me rastrearan.

Timbra una, dos, tres veces y contesta.

“¿Diga?”, la voz de confusión supongo por ver el número es evidente.

“Hola Aarón”, digo alejándome de los niños.

“¡¿Que m!erda haces en mi chalet Carol?!”.

“Tranquilo vaquero, recuerda que tú me diste una llave”, le digo.

“¡Eso fue cuando estaba contigo loca de m!erda! Te quiero fuera de mi propiedad”.

“No tan rápido Aarón necesito que me ayudes…”.

“Por supuesto que no te voy a ayudar todo lo que estoy pasando es por tu culpa, yo tenía la vida perfecta y tú viniste a acabar con todo con ese mensaje que le mandaste a Isabella ¡Hija de p%ta! Tú locura acabo con mi reputación”.

“Pues me vas a ayudar si no quieres que las grabaciones con tus amiguitas menores de dieciocho salgan a la luz”, le digo tranquilamente.

“¡Deja de amenazarme Carol! Sabes de qué soy capaz, no tientes a tu suerte”, dice exasperado y lo tengo justo donde quería.

“Claro que lo sé y por eso las grabaciones de mi casa donde planeamos lo de Renata llegarán a la policía si me sucede algo querido Aarón y no creo que quieras que aunado a tus cargos por vi%lación aparezca asesinato y corrupción de menores”.

Se queda en silencio.

“Si quieres mi ayuda vas a entregarme esas grabaciones o por mi puedes morirte sola, si caigo por lo de tu hermana te vas conmigo loca de m!erda, me tienes cansado. Dime que rayos quieres si no deseas que vaya a ese chalet dónde tantas veces te folle como la p$rra que eres y te retuerza el cuello hasta acabar contigo”.

Se dibuja una sonrisa de medio lado en mi rostro porque sé que lo tengo justo donde quería tenerlo.

“Claro mi amor, aquí las tendré… para que hagas con ellas lo que quieras pero ve sacando mucho efectivo de tus cuentas porque lo voy a necesitar… te espero en dos días por la noche, no vengas antes porque tengo a mis sobrinos y no creo que sea conveniente que te vean”, escucho una maldición de su parte”.

“Por cierto, creí que la impedida era Isabella, no pensé que el que no sirve eres tú. No tientes a tu suerte”.

“¿Que dices?”.

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