Corazón esteril -
Capítulo 46
Capítulo 46:
Leonel está prensado a mi torso cómo cuando era niño y algo le sucedía mientras Leonardo nos abraza a ambos con la mejilla sobre mi cabeza y acariciando de ida y vuelta mi espalda.
“Se hará justicia Bella, te lo juro hermanita”, me dice Leonardo y por su tono de voz se que se está conteniendo muchísimo. Yo solo asiento con la cabeza.
“Es hora de entrar Bella”, escucho a mis padres decir detrás de nosotros.
Nos separamos poco a poco y teniendo a mis grandotes frente a mí y ver sus rostros me rompe un poco, si hay algo que me parte es que ellos sufran, los amo tanto.
Limpio las mejillas de Leonel y toma mi mano aún sobre su piel mojada y la besa.
“Ya fallamos una vez, pero a partir de hoy nosotros vamos a cuidar de ti como por tantos años tú cuidaste de nosotros”.
Su voz llorosa y esas palabras que se le salieron del corazón, me quiebran y mis lágrimas vuelven a rodar.
“Vamos mi amor”, dice Izar posando su mano en mi cintura.
Le doy un beso a cada uno de mis hermanos y me dispongo a entrar al juzgado cuando veo una silueta conocida acercarse. Leonora.
Pov Isabella
La veo caminar hacia mí con esa seguridad que siempre le ha caracterizado. Es una mujer hermosa a pesar de sus años y destila elegancia, siempre buscó la perfección y eso era algo que me mantenía siempre ansiosa.
Yo tenía que darle las notas perfectas, vestirme perfecto, actuar perfecto y yo siempre estirando para cumplir sus expectativas.
¡Cielos! La ame tanto, siempre justificando su actuar, sin siquiera imaginar que ella es la culpable de que mi papá fuera infeliz en gran parte de su vida.
Ella los separó, ella sabía que se amaban y se metió entre ellos para después hacer la vida miserable para ambos en un infierno de matrimonio que hasta nosotros como hijos tuvimos que padecer.
La admiraba, siempre quise estar a la altura de lo que ella esperaba y exigía de mí y nunca lo logré, salvó cuando me case con ‘el gran doctor’ en ese momento yo era su orgullo, Y hoy verla aquí, justo en este lugar donde iniciará una de las luchas más grandes de mi vida me hace sentir segura de que soy mucho mejor persona de lo que siempre sentí que era.
Fui buena hija, leal a ella, preocupada siempre por qué ella estuviera bien, ayude con la crianza de mis hermanos y a cambio recibí esto, una puñalada en la espalda.
No importa, todo valió la pena porque lo que di salió de mi corazón, ella no pudo darme más porque no tiene más para dar. Y pensar que lleva el mismo rostro de mi mamá, pero según mi papá ella era noble, buena, amorosa, justo como nunca lo fue Leonora conmigo.
Siento a Izar dar un paso al frente para interponerse entre ella y yo, pero detengo su mano. No tengo miedo, este golpe termino por romper a la Isabella que ella conoció y me dio la fuerza suficiente para estar aquí sin un ápice de temor por mirarla a los ojos.
Mis hermanos detienen a mi padre que supongo quiere venir a enfrentarla. Llega hasta a mí mirando a Izar con desprecio, mismo que él le devuelve, regresa la mirada hacía mí.
“¿Qué haces aquí?”, le digo sin ninguna emoción en la voz.
“Estoy aquí para declarar lo que sucedió aquella noche con Aarón”, me sorprende de sobremanera escucharla.
Ella le ayudó y ahora supongo que por salvar el pellejo va a ser el Judas que traicione a Aarón.
“¿Debo decir gracias? Gracias por declarar algo que tú ayudaste a que sucediera”, le digo ante su declaración.
“Gracias por declarar algo que tú ayudaste a que sucediera”.
Levanta la cabeza con esos gestos que ya le conozco de memoria.
“No espero que me creas pero lo hice por tu bien, has quedado como una p%ta ante la sociedad que habla de cómo engañaste a Aarón con este tipo”, dice señalando con el mentón a Izar.
“Solo quería que volvieras a tener esa vida estable y tranquila que ya tenías”.
“Claro, ayudándole a qué me vi%lara en tu propia casa”, digo en un tono calmado pero al salir esas palabras siento tensar a Izar así que aprieto su mano para calmarlo.
“Yo no sabía que iba a hacer eso… sé que soy responsable y por eso estoy aquí dispuesta a hacer frente a lo que hice, no más de eso”, dice.
“¿Estás consciente de que puedes ir presa?”.
La miro endurecer su rostro cuando escucha esa pregunta salir de mí y levanta el mentón no dejándose intimidar… muy clásico en ella.
“Isabella esto que voy a hacer no es una disculpa, es un pago”, mira a mis hermanos y comprendo a lo que se refiere.
“Tengo una deuda contigo y voy a saldarla”.
Escucharla decir eso duele más de lo que esperaba, no tiene remordimiento, no es por mí, es por mis hermanos, ¡Sus hijos!
Izar me dijo la reacción de Leonardo y Leonel ante esto y estoy segura que es por ellos que está aquí y un tanto para asegurar no verse más embarrada de lo que ya está.
“Pues entonces entremos”, le digo haciendo un ademán con la mano para señalar la entrada del juzgado.
Una vez que avanza regreso mi cuerpo a Izar y lo abrazo reteniendo mis ganas de llorar.
Me duele ver la verdadera cara de quién considere mi madre toda mi vida y que realmente le importa un carajo lo que sucede en este momento conmigo.
“Yo estoy aquí mi amor, estoy aquí contigo y no me voy a ir a ningún lado, nada te volverá a tocar mientras yo viva”, dice Izar acariciando mi espalda de ida y vuelta mientras respiro su aroma calmando mis ganas de llorar.
Tomo un respiro profundo y me separó de Izar levantando los labios para que me dé un beso. Tomo la mano de Izar y entro con la seguridad de lo que voy a hacer.
Ya está atardeciendo, fueron muchas horas en el juzgado donde se presentaron todas las pruebas y la declaración de los involucrados.
Siento mi cabeza punzar.
Izar está sentado a mi lado, tomado de mi mano en silencio.
“¿Cuándo le van a notificar a Aarón?”
“Me informó Albert que el día de mañana le harán la notificación, aceleró ese proceso para que sea lo antes posible”, me responde.
Asiento y regreso mi rostro a la ventana.
“¿Y el proceso para aclarar lo de Renata?”, pregunto.
“Estamos esperando un poco para conseguir más pruebas, ya que las pruebas con las que contamos son circunstanciales; aún no queremos quemar ese cartucho hasta poder refundirlo sin que tenga posibilidades de defenderse.
“Comprendo”, le digo acariciando su mano.
“Fue una situación muy estresante para ti ¿Cómo te sientes?”.
“Cansada pero tranquila ¿Crees que ayude el que Leonora haya declarado?”.
“Mucho mi amor, ella es la principal testigo y pone a Marshall totalmente contra la pared, en las fotos no se admira completamente su rostro pero si el tatuaje que tiene en el pecho, además de que están los audios y conversaciones que tuvo con Leonora. No te preocupes todo saldrá bien”.
Me jala hacía él y me acurrucó en su pecho sintiendo sus latidos que son como un calmante para mí y luego se despidió.
Al cabo de un rato el teléfono suena incesantemente.
Hace un rato se despidió Izar de mí, se fue temprano para su empresa a arreglar unos asuntos pendientes y yo decidí dormir un poco más, pero justo en este momento el maldito aparato me obliga a incorporarme para contestar sin ánimo de abrir los ojos.
“Diga…”, contesto completamente adormilada.
“Isabella despierta en este momento y prende el televisor”, dice Lily con un tono que me hace abrir los ojos de sopetón.
Empujo las cobijas con los pies y me acerco a la mesa de noche tomando el control remoto,
“¿Que sucede?”, pregunto sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo.
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