Corazón esteril -
Capítulo 45
Capítulo 45:
Miro sus nudillos que muestran marcas del enfrentamiento que tuvo con Aarón y aunque no estoy de acuerdo con la violencia, saber que lo hizo por mí para protegerme de él me da una especie de calidez en el pecho.
Me siento segura a su lado, despertar con él se ha convertido en la parte favorita de mi día, uno de los motivos por los cuales todo el tiempo me siento feliz.
Veo que estamos casi llegando a la mansión así que decido despertar a Logan, cada día está más grande y siento que pronto el será el quien me cargue a mí, supongo que será tan alto como su padre, no se compara su metro noventa contra mi metro sesenta y cinco.
Acaricio su cabello despejando su frente y susurró a su oído.
“Logan, mi amor, Hemos llegado a casa cariño, despierta”, se remueve encajando más su carita en mi torso.
“Logan, mi amor”, insisto.
“5olo un poco más mami, tengo sueño”, dice adormilado y se aferra más al material de mi vestido. Me quedo estática.
¿Cómo me llamó? Lo miro y no sé qué hacer, me ha dejado muda ¿Estará soñando con su mamá? Eso es sin duda.
Llegamos a la puerta de la casa y Amelie bosteza estirando los brazos frente a mí. Izar sale de la camioneta y la rodea, abre nuestra puerta y ayuda primero a Amelie y después me ayuda a mí pidiéndome que le dé a Logan que sigue profundamente dormido.
Camino en silencio a lado de Izar y una idea entra en mi mente.
¿Los niños me querrán como su madrastra? Yo los adoro y sé que también me quieren pero ser parte de su vida permanentemente es un gran salto.
Subimos a la habitación de Logan, Izar lo deja en su cama cuidando de quitarle los zapatos y su chaqueta, más tarde subiremos por el para qué cene algo. Salimos de la habitación y nos dirigimos a la habitación de Amelie y la miramos en su cama buscando algo en la plataforma de películas. Llegamos a la habitación de Izar.
“¿Quieres darte una ducha?”, me pregunta Izar quitando su camiseta.
“Izar, necesito que hablemos antes de lo que sucederá mañana”.
Miro que se tensa un poco. Se acerca a mí y me lleva al par de sillones que tiene en su habitación.
“¿Tienes miedo?”, me pregunta tomando mi mano.
“No, no tengo miedo. Estoy segura de lo que haremos y justo lo hago porque no quiero sentirme asustada, para eso es que quiero enfrentar esto”, respondo.
Me mira y veo en su cara un poco de angustia.
“Entonces…”.
“¿Quiero saber si ya hablaste con los niños sobre este tema?”, digo señalado el anillo.
“No aún no, me gustaría que lo hiciéramos juntos ¿O prefieres que lo haga yo?”, pregunta.
“No lo sé, me da ansiedad pensar que ellos crean que quiero suplantar el lugar de su madre”, le digo con toda sinceridad.
“Mi amor…”, se acerca y acuna mi mejilla.
“Ustedes tres están forjando una relación desde cero que ha ido creciendo de manera exponencial, ellos te adoran, te ven como una constante en nuestras vidas, lo único que cambiará es que ya no te irás por las noches”.
“En cuanto a suplantar a su madre, ellos tienen muy claro quién es Renata y su amor y respeto hacia ella no cambiará, pero ciertamente tú estás cubriendo esa imagen materna ¿Eso es lo que te asusta?”.
“Hace tiempo que me resigne a qué no sería madre, pero no por eso descarte la idea de adoptar, me hacía mucha ilusión darle amor, dedicación y guiar el camino de otro pequeño ser humano”, lo miro y regreso el gesto acunando su mejilla, sintiendo su barba raspar mi mano.
“Tú venías en combo perfecto, el hombre que amo y que me ha enseñado lo que es ser amada y valorada, acompañado de un par de niños hermosos que se han robado mi corazón”.
Me mira con los ojos llenos de ternura, de amor. Este hombre es mi lugar seguro, mi hogar.
Hemos cenado y ya los niños están acostados de nuevo, mañana será un día bastante pesado, al menos para mí, enfrentar cara a cara lo sucedido y darle pelea a mi pasado para lograr limpiar mi presente de esas personas.
“Izar, me gustaría que fuéramos a tu despacho, antes de ir a dormir por favor”, le digo.
Me mira sin entender pero me da un asentimiento.
“Claro, vamos”, responde.
Una vez dentro, tomo asiento en el pequeño sofá. Él se acomoda a mi lado.
“Tengo algo que decirte sobre mí y que va a salir a flote posiblemente en los siguientes días y quiero que lo sepas por mí”, le digo.
Me mira atentamente y la seriedad se plasma en su Postro,
“Puedes sentirte en la libertad de decirme lo que sea”, asiento ante su comentario que me da una carga de valor extra para continuar.
“Cuando estuve con mi papá, descubrí que no soy hija de Leonora Archer”, abre sus ojos en señal de la sorpresa que mis palabras le causan.
“Mi mamá fue Luciana Archer gemela de Leonora que falleció en el parto al darme a luz…”.
Le cuento todo lo que mi papá me contó sobre mi origen.
“He entendido más sobre mi misma sabiendo esto y sobretodo dejo de lastimarme de la manera en que lo hacía que Leonora haya hecho lo que hizo confabulada con Aarón, soy su sobrina pero tal vez puedo justificar su actuar por los celos que siempre le tuvo a lo que mis papás tuvieron y ella no”.
“Eres una mujer muy noble… me da gusto que estés mejor en cuanto a ese tema, Aunque para mí no deja de ser una criminal…”.
Tiene razón, no deja de ser un delito lo que hizo pero me da paz que no es mi madre.
“Mi amor, yo también tengo algo que decirte…”, lo miro con atención.
“A raíz de toda esta situación hurgamos en la vida de Aarón Marshall y Albert encontró algo muy…”.
Toma un respiro y veo en su cara que es algo difícil. Tomo su hombro y lo aprieto regresando su vista hacia mí.
“Tú también puedes decirme lo que sea”, le digo y una pequeña sonrisa se asienta en sus labios.
“Encontramos mensajes, llamadas y pruebas de que… Aarón es el autor material de la muerte de Renata y Carol la autora intelectual.
‘¡¿Que?!’. Me quedo en blanco, no sé qué decir, sabía que Aarón es un ser de la peor clase pero, ¿Asesino? Eso sí no lo vi venir.
Me explica las pruebas que encontraron y siento un dolor en el corazón por Amelie, por Logan, por el mismo Izar.
La desgracia tocó a su puerta pero no por un infortunio si no por las acciones de una mujer sin escrúpulos y por un hombre que es capaz de cualquier cosa.
“No puedo creer que siga descubriendo la verdadera personalidad de Aarón Marshall es un hombre cruel, egoísta, mentiroso…”.
“Lo voy a refundir en la cárcel y va a pagar lo que hizo con Renata y lo que te hizo a ti”.
Me acerco y lo abrazo sintiendo su calor en mí.
Nuestras vidas se cruzaron mucho antes de conocernos por gente sin escrúpulos, pero hoy estamos juntos y eso nos hace fuertes para darles la cara y obtener justicia.
Llegamos al juzgado, ciertamente no tengo miedo pero siento el estómago hecho un desastre por los nervios, siento un hueco que hace de las suyas queriendo provocarme náuseas pero las mantengo a raya.
Camino de la mano de Izar y me siento tan orgullosa, lo miro enfundado en un traje azul marino que le queda como guante y deja notar su cuerpo trabajado. Yo me decidí por un traje de falda recta hasta la pantorrilla color blanco y un top color salmón. Una coleta alta y maquillaje discreto,
Izar dice que me veo hermosa, pero su opinión no es objetiva… para él hasta al despertar me veo hermosa.
Puedo ver a lo lejos a mi papá con mis hermanos, quienes al verme se apresuran a mí encuentro y me abrazan en un acto que me llena el corazón. Los dos me rodean entre sus brazos en silencio y los tres lloramos. Sé que ellos saben lo sucedido aunque yo no quería que lo supieran para no hacerlos sufrir.
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