Corazón esteril -
Capítulo 18
Capítulo 18:
Izar se acerca a mí y me abraza por la cintura mientras posa su mentón en mi hombro y con brutal cercanía que me descoloca me dice al oído
“¿Qué puedo hacer para convencerte de que te quedes hoy?”, dice mientras su aliento rosa mi cuello y me pone la piel de gallina.
“No debo y lo sabes”, le digo entrecerrando los ojos por las sensaciones que me causan los pequeños besos que está dejando en mi cuello.
“Si debes porque es tarde, porque mañana no tienes que ir a trabajar y sobretodo…”, deja un largo beso debajo de mi oreja que me hace querer g$mir
“Porque me muero por estar contigo y despertar a tu lado”.
En ese momento siento como el calor aumenta en mi cuerpo y con la poca cordura que me queda refutó.
“Izar, están los niños y no creo que sea correcto que me quedé, podemos confundirlos”.
Izar me gira para encontrarme con sus hermosos ojos grises, toma mis brazos y me acerca a él.
“Quiero que comprendas algo mi amor”, la respiración se me corta cuando veo la seriedad en sus ojos al decir estás palabras.
“En estos meses no te he presionado porque sé que lo que has vivido no es fácil, he llegado a pensar que puedes desconfiar y lo comprendo, he ido a tu ritmo porque deseo que te sientas cómoda, que poco a poco comprendas el lugar que tienes en mi vida…”.
“Izar yo…”, su dedo índice se posa en mis labios.
“Déjame terminar por favor mi amor. No sé cuánto tiempo te tome darte cuenta que para mí no eres una persona de paso, que te quiero en todas mis anécdotas, que quiero que seas parte de mi presente, que seas protagonista de mis mejores recuerdos y que seas inspiración para mi futuro”, lo miro con un nudo en el estómago y uno aún más grande en la garganta.
“Quiero que cuando estés lista a ponerle nombre a esto que estamos viviendo sepas que no es pasajero, quiero que ese día escuches todos los te amo que tengo guardados para ti y sepas sobretodo eso que si tú así lo deseas quiero ser tu compañero de vida…”.
Mis ojos lo miran más abiertos imposible, detallo cada destello de sus ojos y siento que estoy flotando, que lo único que me ata a esta tierra es él y su toque en mi cintura que me hace saber que esto es real.
“Mientras eso sucede yo esperaré pacientemente, disfrutando de cada segundo de tu compañía y de verte aquí a lado de mis hijos, también dándoles a ellos tu tiempo, tu atención y tu cariño, es el mejor regalo que cielos y la vida me pudieron dar”.
No vamos a confundirlos en absoluto porque ellos saben perfectamente que pronto te pediré que seas mi novia y están felices por ello.
“No sé qué decirte Izar… yo… tu sabes”, digo en un hilo de voz
“No tienes que decir nada, solo no vayas a salir corriendo como el día del restaurante”.
Sonrió sacudiendo la cabeza al recordar mi graciosa huida frustrada.
“No voy a ir a ningún lado”, rodeo su cuello con mis brazos.
“Vamos a la cama, me siento muy cansada”.
“No prometo que duermas mucho…”.
Dice y me levanta en sus brazos para llevarme a la habitación. Estoy segura que está noche no voy a dormir. Me levanté hace un rato, le pedí permiso a Hanna para hace algo de desayunar para la familia. ¡Claro! Jamás competiré con los panqueques Hanna, pero quiero sorprenderlos.
Huevo con algo de tocino frito y vegetales salteados, waffles con mermelada de chabacanos y zumo de naranja será. Estoy terminando con el zumo cuando siento un par de manos jalarme por la cintura.
“¿Pero que tenemos aquí? Esta escurridiza mujer no amanece en mis brazos y la encuentro en la cocina en medio de un olor delicioso”, dice Izar abrazándome y posando su mentón en mi hombro.
“Buenos días”, digo dándole un pico en los labios.
“Es solo que quise sorprenderlos con el desayuno…”
“¡Mmmm! Amanecimos de buen humor, eso quiere decir que me porte muy bien anoche”.
Suelto una pequeña carcajada
“¡Calla pequeño, tú ya eres parte de la familia, presumido! Anda, ve por los niños”, digo palmeando sus manos posadas en mi v!entre.
Él obedece y va por los niños para empezar a desayunar. Amelie está devorando literalmente un waffle mientras Logan pide más tocino. Platicamos un poco y los niños sugieren ir al parque o al zoológico.
“Muy bien, iremos al zoológico pero solo si están listos en…”, mira su reloj para darle dramatismo a la situación
“30 minutos”.
Los niños gritan y se bajan rápido de los asientos, corren a su habitación. Sonrió al verlos tan emocionados.
“En dos semanas será el cumpleaños de Logan”, dice Izar llamando mi atención.
“Quiere que toda la familia nos disfracemos de Superman”.
“No es una sorpresa, tiene una fijación con Superman”, digo sonriendo.
“Él quiere que tú y Amelie se disfracen igual de súper chica y él y yo de Superman”.
Se escucha el timbre sonar pero es Hanna quien se encarga de eso, yo estoy demasiado ocupada viendo a mi hermoso hombre como para prestar atención a cualquier otra cosa.
“Ósea ¿Me está incluyendo en la familia?”, pregunto entre emocionada y nerviosa.
“Tú ya eres parte de la familia”, dice acomodando un mechón de cabello detrás de mí oreja y mirándome de esa manera que hace que me derrita.
“¿Por qué eres tan maravilloso?”, le pregunto mirando sus hermosos ojos que me tienen prendada.
“¿Por qué eres tan hermosa?”, me dice y sonríe llevándose mi cordura.
Me toma de las mejillas y me acerca a él dándome un suave beso.
“¡Izar…!”, dice una voz femenina con algo de exaltación en su tono,
Volteo a la entrada de la cocina e inmediatamente siento un dolor en el estómago y un mareo que me hace palidecer. No puedo creer lo que mis ojos están mirando, mis manos tiemblan un poco y la maldita náusea se hace presente.
Pov Isabella
Frente a mí y mirándome con un odio descomunal está la misma mujer que me rompió el alma en mil pedazos exhibiendo a Aarón. Lleva el cabello un poco más corto que en las fotos pero es ella, la pelinegra que estaba follándose a Aarón.
“¡¿Qué demonios hace está mujer aquí Izar?!”, grita la pelinegra mientras yo siento entumecido el cuerpo.
Casi creo que es una pesadilla, su rostro evoca tantos malos recuerdos y más allá de ello el que esté aquí es irreal, no puede estar aquí.
“¿Qué haces aquí Carol?”, pregunta Izar, mirándola con un gesto de sorpresa y enojo a la vez.
“La pregunta correcta es ¿Que hace esta mujer, tú ya eres parte de la familia aquí?”, dice sin dejar de mirarme.
“Me voy de aquí”, digo casi en un susurro cuando consigo salir un poco de mi estupor.
Me suelto del agarre de zar y salgo de la cocina sin siquiera dirigirme a la habitación, me voy directamente a la salida.
No me importa andar en un conjunto deportivo de Izar con unas sandalias que deje hace algún tiempo por petición de Izar.
Levanto la mano para llamar un taxi que se acerca y cuando abro la puerta puedo ver a Izar salir de la casa buscándome, me subo lo más rápido que puedo y me alejo.
No sé quién demonios es ella, no sé qué relación tiene con Izar, pero definitivamente no quiero averiguarlo en este momento.
Pov Izar
Mi corazón palpita rápido y fuerte dentro de mí pecho, no es novedad porque ella siempre logra eso, que mi corazón se desboque con solo verla, oírla o sentirla. Sus ojos llenos de emoción me estrujan por dentro.
Ayer pude confesarle lo que tiene meses que tenía atorado en la garganta, por fin pude decirle que la veo en mi presente y en mi futuro, que quiero ser su compañero y que solo he sido paciente por y para ella.
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