Contigo
Capítulo 33

Capítulo 33:

POV: Mónica.

“No, por favor”

“Alonzo tú y yo sabemos que no estamos en la misma etapa de la vida, creo que nunca estuvimos en la misma etapa, y es algo que no podemos cambiar por más que nos esforcemos, lo siento ya no puedo seguir con esto”

Me paré y salí del restaurante, caminé hasta encontrar el auto de mi guardaespaldas y no tuve que decir nada. A estas alturas Joseph me conoce muy bien, una vez en el auto comencé a llorar.

No terminé con él porque no lo quisiera o creyera qué no me quiere, solo que cada vez es más difícil seguir con esto cuando estamos en etapas diferentes, lo mejor es dar vuelta a la hoja y si el destino quiere, nos una de nuevo.

En este momento siento que él es la persona correcta en el momento equivocado.

Evité a Alonzo el resto del verano, él seguía insistiendo en arreglar las cosas, pero no puedo seguir con lo mismo, no es sano.

Decidí enfocarme en mi mudanza, irme a otro país a vivir no es tan fácil como suena, tenía muchas cosas que organizar y mantener mi mente ocupada me ayudaba a no pensar en Alonzo.

Claro que me cuestioné si dejarlo era lo correcto, no me sentía para nada bien, estaba triste, pero a la vez sentía como si me hubiese quitado una carga de encima.

El día de partir por fin llegó, fui al aeropuerto privado y para mi sorpresa fuera del jet me esperaba Alonzo, salí del auto y me detuve frente a él.

“Supe que hoy te ibas, vine a despedirme”

Me sorprendió ya que les pedí a mis amigos y a papá que no vinieran al aeropuerto pues se me haría más duro dejarlos, pero aquí está el.

“Sí, bueno, tengo que llegar antes para instalarme”

“Quería disculparme contigo, sé que lo arruiné qué esto no funcionó porque no puse todo de mí, en cambio tú lo pusiste todo, solo quiero que sepas que te amo, no importa lo que suceda con nosotros, voy a mantener la promesa de siempre estar a tu lado, eso nunca lo olvides”

Mis ojos se llenaron de lágrimas y tenía un nudo en la garganta, respire profundo para poder decir algo.

“Yo también te amo, y también estaré a tu lado, te deseo lo mejor”

Nos abrazamos fue un abrazo reconfortante, algo que al parecer ambos necesitábamos y no lo sabíamos.

No sé en qué momento ambos comenzamos a llorar, el momento de abordar llego y rompimos el abrazo.

“Déjame darte un último beso por favor”, dijo mientras sostenía mi rostro con sus manos.

Asentí, yo también quería que esto se terminará de la mejor manera para ambos, sus labios se juntaron con los míos fue nuestro beso de despedida.

Subí al avión, pero debo decir que una parte de mi corazón se quedó con él, terminar fue duro, pero es lo mejor.

Comencé una nueva vida en otro país, superar a Alonzo es algo que jamás hice, pero continue con mi vida.

Tuve otros novios durante mi vida como estudiante universitaria, pero a ninguno lo amé con la intensidad con la qué lo amé a él.

Evite encontrarme con él durante todos estos años tenía miedo de que al verlo quisiera volver con él.

Los primeros años no quería que su presencia me hiciera flaquear y volver a lo mismo de antes.

Luego cuando pensé que mi actitud era absurda y que si lo veía y decidimos volver sería obra del destino me enteré de que se había comprometido con Isabel, ambos vivían en Los Ángeles después de terminar la universidad.

Estaba feliz por él, porque continuo su vida, pero a la vez me sentía traicionada, al final mis sospechas siempre fueron ciertas.

No volví a Los Ángeles ni a frecuentar eventos donde sabría que él estaría, no estaba lista para verlo.

Los años pasaron, 6 para ser exacta, después de terminar la universidad me dediqué a viajar por todo Europa, Argentina, Chile y México para aprender de mixología con los mejores.

Hice muchos amigos y poco a poco guardé a Alonzo en lo más profundo de mi corazón.

Volví a Los Ángeles, papá estuvo insistiendo en que era hora que me hiciera cargo de la empresa, además de ser ingeniera química y mixóloga, había sacado una maestría en administración para poder hacerme cargo de la empresa.

Después de seis años de ausencia mi avión aterrizó en la ciudad de Los Ángeles, Joseph me recibió.

Él me cuido los primeros años en Milán, pero lo envié de vuelta a casa, me parecía injusto que él se hubiese mudado de país y haber dejado su familia aquí por lo que mi nuevo guardaespaldas era Antonio.

Él no es tan mayor como Joseph, tiene unos 35 años y podría decir que lo considero un amigo, pero me alegró mucho volver a ver a mi guardaespaldas de siempre.

“Niña, que gusto que esté de vuelta”, dijo Joseph una vez llegue al auto qué esperaba por mí en la pista privada.

“A mí también me da gusto estar de nuevo en casa”, respondí con una genuina sonrisa.

Subí al auto, Joseph en el asiento del conductor y Antonio en el del copiloto.

Fui directo a casa, mis amigos ya sabían que regresaría, pero hoy solo quiero descansar.

Llegamos a casa y baje del auto, entré a casa y casi me da un infarto cuando escuche a todos gritar, mis amigos estaban aquí.

Miré a Joseph qué estaba detrás mío con una pequeña sonrisa en el rostro.

“Fue idea de su papá”, dijo levantando los hombros.

Miriam, Cristina, James, Rafael, Sebastián y Federico estaban aquí.

Además de los papás de Alonzo, mi papá y, haciendo el papel de buena madre, mi madrastra con su hija quienes se les veía la falsedad en el rostro, pero estaba feliz qué los demás estuvieran aquí.

Los abracé a todos y estaba tan contenta de volver a verlos, los veía de vez en cuando, viajaron a visitarme y les estaba agradecida por no olvidarme.

Mi papá y el papá de Alonzo nos dejaron solas y ellos se retiraron al despacho después de darme una cálida bienvenida.

Hablamos de todas las novedades y todo lo que había hecho yo fuera del país, de repente la mamá de Alonzo habló

“Mónica, me alegra tanto que estés de vuelta, no sabes lo feliz que me hace ojalá mi hijo te hubiera apreciado mejor”

Le regale una pequeña sonrisa, antes de que la venenosa de Ester hablara.

“Nataly ¿Qué tal está Isabel, hace tan linda pareja con Alonzo?”

La mamá de Alonzo se puso tensa y le dio una sonrisa forzada a Ester.

“Está bien supongo, no lo sé”, contesto de manera vaga.

El ambiente se puso tenso hasta que Cristina habló.

“Mónica debes estar emocionada por empezar un cargo en la empresa”

“Claro, hacerme cargo de ella siempre ha sido mi objetivo”

“Ester ha estado ayudando a su papá, decidió estudiar aquí para poder ayudarlo, también tiene la capacidad de heredarla”, dijo Nicol orgullosa.

“Sí, bueno, una cosa es tener la capacidad, hay muchas personas capaces, y otra muy diferente es el derecho, las acciones de mamá pasaron a mi poder cuando cumplí 18 eso, nos convierte a el abuelo a ¡Mi papá! y a mí en accionistas mayoritarios, es natural que yo la termine heredando”

“Claro, Mónica se sacrificó todos estos años dejando a su familia y amigos para prepararse y estar lista, te aseguro cariño que tendrás el apoyo de los Spencer siempre”, dijo Nataly con una sonrisa.

“Todos sabemos que esa empresa es tuya y de nadie más”

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