Casi perfecta
Capítulo 15

Capítulo 15:

La suelto ya que no me gusta estar tan expuesto ante ella y sin más se marcha.

Un rato más tarde estoy en la biblioteca y un video llamado entra, me coloco los auriculares. Es mi padre.

“Hijo, ya está el trato de Francia resuelto, ahora iré con ellos, solo faltan firmar y la  exportación de piezas para el nuevo modelo está lista. ¿Tú como vas con lo que te encargue?”, me pregunta.

“Muy bien, ya tengo novia”, le digo.

La excepción de su cara era de total sorpresa, seguro no se esperó esto.

“¡Excelente! ¡Al fin! Sabes que eso de la pedida de mano y esas cosas si su padre lo exigen lo haremos, ya que el fin nuestro es otro.

“Si, trate de evitarlo. Cuando esté todo listo te aviso”.

Corto la llamada y miro hacia la puerta que está abierta, pero ahora ella está parada en el umbral.

“¿Esa novia fantasma soy yo?”, me pregunta.

Le devuelvo la misma sonrisa que ella me dio hace un rato.

“No, para tu desgracia en mi vida si existen mujeres de verdad”, le respondo.

“Eso dirás, porque no creo que una mujer inteligente se fije en ti”.

“Piensa lo que quieras, es tan liberal e inteligente que lo más seguro es que está junto a mi toda la vida”, le digo.

Veo como traga saliva y sin decir nada se marcha. Voy tras ella pensando que salió huyendo pero está en la cocina.

“¿Qué haces?”, le pregunto.

“No ves cocino ya va ser la hora de la cena”.

No comprendo sus cambios de humor de la nada está enojada luego tranquila.

“Pediré algo no…”.

“No, yo debo comer sano”.

Ella me mira y queda en silencio.

“Ya que seguro quedé muy débil después del incendio”, termina de decir.

“Como quieras”, le digo.

Me encamino a la biblioteca pero antes de que llegue su voz me detiene.

“Espera”, me dice.

Me volteo y lo miro.

“¿Puedes bajarme esto, por favor?”, pregunta.

Ella esta con una gaveta abierta y veo que no llega.

Voy y la bajo, se la dejo en la mesada.

Ella me da las gracias sin mirarme y voy por detrás, pero antes de tocarla me detengo y sin decir nada me voy.

Sigo investigando mis destinos siguientes pero una angustia en el pecho no me deja seguir, es como si se me pareciera como si de verdad estuviera triste.

Froto con mi mano pero no pasa y decido levantarme.

Caminó unos pasos y llegó a la puerta.

Mi mirada va hacia ella, la cual está con sus manos sobre la mesada y su espalda sube y baja.

Cuando detengo mis sentidos están llorando pero no es un llanto de rabia o de ira, es dolor.

Algo en mí no deja que me mantenga alejado.

Camino hacia ella y sin esperar más la abrazo por detrás. Mi cuerpo la envuelve esperando el rechazo, pero este no llega.

Ella llora más y más aún, tanto que sus piernas se doblan, se debilitan y la debo tomar para que no caiga.

“Luz, mírame”, le digo.

Ella cubre su cara con sus manos, la frota y luego lleva estas a su pecho. Estamos en el suelo yo de rodillas ante ella y ella igual.

“Luz, por favor. Si es porque quieres irte, yo me iré ¿Está bien? Ahora prendo el bote y me marcho pero cálmate”.

Ella se abraza a ella misma envolviendo su v!entre no deja de frotarse y no deja de llorar.

“Luz di algo o me volveré loco”.

Ella levanta la mirada.

“No puedo, no puedo mentir…”, dice.

“¿Qué pasa? Dime algo”, me dice Karim.

Lo miro. Mis ojos llenos de lágrimas y mi pecho que casi no me deja pasar el aire siento que soy de lo peor.

Dirían que si él te engaño, te mintió siempre, yo estoy loca por él y sé, que haga lo que haga, no lo podré cambiar.

Sin esperar más dejo que esto que me está casi matando salga y sin importarle su vida ni lo que yo tengo en la mía. Mis manos van a su rostro y mis labios a sus labios.

Es un beso lento algo salado por las lágrimas pero él no me detiene. Todo lo contrario, me abraza por la cintura pegándome a él para que no lo suelte jamás.

Su mano se meten por debajo de mi suéteres, y su tacto es tan suave como si de verdad temiera a romperme.

Me separo de sus labios para mirarlo a los ojos debo decirlo debo saber qué es lo que de verdad siente.

“Mírame a los ojos y dime que no estoy loca por no poder alejarme de ti. Dime que no te importo, dime que no soy nada en tu vida, que me mentiste y que jamás paso nada de lo que  imagine por tu cabeza. Dime que serás feliz sin mí con otra, dime todo eso por favor”.

Él me mira.

Su rostro refleja duda ante mis palabras.

“Que ganas con que te diga eso, tu sola buscas alejarte de mí”, me responde.

“Dime que merezco algo mejor, dime que solo soy una p%ta más que metes en tu cama. Dime eso y solo sabré que no existirá un mañana, que todo esto que ahora me angustia dejara de doler. Vamos rómpeme el corazón de nuevo”

Por primera vez veo como sus ojo se llenan de lágrimas, como su labios inferior comienza a temblar.

“No, no puedo. Por más que quiera yo también que estés lejos, algo te trajo aquí ahora y no puedo. Todo lo que hasta ahora justificó estar lejos de ti ya no vale la pena, no puedo y si te quieres ir, vete y cuando quieras volver, regresa. Esto es lo que soy, soy malo luz soy oscuridad pero tú, tu eres perfecta”.

“No solo soy casi perfecta”.

Él sonríe ya que se notó mi tono de burla.

“¿Si me quiero alejar no me detendrás?”

“No”

“¿Si me caso con Ihlar no me detendrás?”.

“No”

“Entonces eso no es amor, por qué ahora que escuche que tú te casaras sentí que la tierra  se abría debajo de mí e imagine que otra te tocaba. Podrías hacerle el amor y mirarla en las mañanas y juro, juro que sentí que mi pecho se rompió y si eso sentí y tú no, seguro no es amor”.

Me levanto del suelo para apagar el fuego y salgo de la cocina. Me voy a encaminar a las escaleras, no puedo estar cerca de él no quiero.

“¿Por qué dijiste que no podías mentir? ¿En qué me mientes?”.

Me quedo a mitad de escalera miró hacia abajo.

“Ya no importa”, le digo.

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