Casi perfecta -
Capítulo 14
Capítulo 14:
“No reaccionabas y algo me dijo que estabas débil, que debía ir por ti y…”.
“Y ahora se supone que te preocupo. Creo que ya la mentira terminó, no debes fingir conmigo. Me casaré. Estoy feliz y no te quiero en mi vida, la empresa es obvio que a tu padre le importa más eso que todo y si es inteligente te va mantener lejos de ella, ya que todo lo que tocas lo destruyes”, le digo.
“Toma el jugo”, me responde.
Lo miro. No puede ser que no se le mueva un músculo que aun en estas circunstancias es perfecto. ¡Dios mío es hermoso!
“Llama un taxi”, le digo sin tiempo a nada.
“Ok”.
Él toma el teléfono y cuando espero que me diga que el taxi ya viene, él me lo extiende.
“Hola…”, digo confiando que es la empresa del taxi.
“Hola Luz, soy el Doctor Antunes, quería que sepas que los resultados ya están listos, tienes muy baja la azúcar y algo de anemia pero el gas no afectó en nada tu sistema. Me gustaría que llegaras lo más pronto que puedas para que comencemos los controles de rutina”.
Me quedo pensado pero me paro con el teléfono y camino hacia afuera.
“Disculpe, disculpe doctor, ¿Que controles?” le pregunto.
“Disculpa, pensé que estabas al tanto. El Señor Malek me llamo para que la revise por una posible intoxicación y en los análisis de sangre se confirmó de que estás gestando un embarazo de tres semanas. Casi pensé que lo sabías, si no es así le pido con más prisa aún que se cuide pero está todo bien y felicidades”, me explicó el doctor.
Mi mente queda en blanco como si algún ahora mismo parara la tierra para que deje de girar. No sé cuántos minutos me quedé sin de ir nada.
“¿Doctor esto lo sabe alguien más?”, él me mira desde los ventanales.
“No señora esto es confidencial. Ya le dije que pensé que estaba al tanto “
“Excelente y así se debe de quedar. Yo llegaré a la ciudad y me controlaré con mi ginecólogo. Gracias”.
“Disculpe lo mejor es que al menos hoy tenga reposado. De verdad el embarazo es muy débil aun estos tres primero meses son los más riesgosos”.
“Ok ¿Cuánto debo quedarme para irme tranquila?”, le pregunto.
“Si no siente ningún anomalía al menos 48 horas”, responde el doctor.
“Ok, lo haré”.
Corto el móvil y camino hacia la playa. De verdad no puedo terminar de procesar esto. Siento muchas cosas pero una es más fuerte que bodas por primera vez siento felicidad.
…
Ella entra a la casa, se sienta toma su jugo.
Sé que está agobiada y se lo explicaré, pero lo que no debo hacer es hablar de más.
Se nota está agotada.
No tiene su móvil y sus cosas están guardadas.
“Te llamo el taxi”, le digo.
“No, debo guardar reposo, me quedaré, pero si te vas te lo agradecería”, me responde.
“No puedo complacerte, anuncian tormenta y sabes que de esta isla solo se sale en bote”
“De nuevo fui secuestrada, típico en ti”.
Algo en su actitud cambio. No sé qué le dijo el doctor espero no sea nada grave.
“No, tú no te vas por qué no quieres y yo por qué no puedo”, le digo.
Trato de no ser lo cortes que ahora mismo quisiera.
“Genial, mi móvil, debo avisarle a mi futuro esposo”, dijo ella haciendo hincapié en esposo.
“Dile así, se vuelve loco y llega por ti y nos terminamos de matar” le digo y en ese instante sabe que lo que digo es real.
Pero no puedo seguir cuando el móvil suena y es Anna.
“Hola cariño”.
Veo como se levanta de la mesa y se marcha afuera. Sigo con la llamada.
“Hola es que la traje aquí, eso fue tu idea”
“Si hacemos creer a Ihlar que mi hermana murió pero solo unos días. ¿Puedes retenerla allí verdad?”, me pregunta.
“No lo sé, al menos hoy se queda”, le respondo
“Bueno tantas habilidades y no puedes con una niña”.
“¿Cuál es el fin de esto?”.
“Que alguien quería mataría y si tú no fuiste, por lo que es obvio y yo no fui”.
Ella cuelga la llamada y veo que está sentada en la arena. No sé en qué momento salió de la casa Voy a dónde ella y llevo un taza de café.
Al caminar escucho como llora.
Es un llanto el cual no puede contener y me hace mal.
No me gusta saber que la tienen así.
Me detengo, no quiero estar aquí y verla así.
Me doy media vuelta y regreso a la casa.
Llamo al doctor.
“Hola, buenas”, responde del otro lado.
“Hola doctor, habla Karim, estoy preocupado por Luz ¿Ella está bien?”, le digo.
“Si, la señora debe de tener reposo al menos 48 horas, luego ya puede viajar e ir a su doctor”, me responde.
“Si quiere puedo llevarla hasta su clínica ahora”.
“¿Ella atendió algún malestar?”.
“No, solo…”.
“No se preocupe, es normal en esta situación”.
Cuelgo la llamada y ella entra a la casa.
“¿Tu quisiste matarme?”, me pregunta.
La miró sin saber por qué me molesta que lo crea.
“Yo te salvé, de que mi%rda hablas”, le digo.
“Yo no creo nada de tí, nada creo de ti. No sé por qué me sacaste de ese atentado, y si no fuiste tú, ¿Quien más quisiera matarme?”; cuestionó
Ella me mira esperando respuestas.
“Se supone que yo no sé nada de ti por qué tendría esas repuestas”, le respondo.
“Me quedare por que el doctor me dijo que era mejor no esforzarme a salir porque el mar no era buena idea, pero tú puedes marcharte nada te detiene”, le digo cambiando el tema.
Cuando va pasar por mi lado para marcharse la detengo. El que esté cerca de mí me complica las cosas pero el haberla tenido lejos estas semanas fue peor.
“Es mi casa no me iré, si alguien intenta de nuevo matarte no lo dejare. Te lo dije un día y lo repito, nunca dejaré que nada te pase”, le digo con firmeza.
Los ojos de ella aun con lágrimas sin dejarse caer me miran con ternura y rabia, como si muy en el fondo tuviera una pelea interna con ella misma.
“No quiero que jamás me toques y tu estúpida promesa no la necesito, ya tengo quien me cuide y me haga sentir muy bien”.
Ella se intenta zafar para seguir caminando y la apretó más a mí. La tomo de la cintura y mi otra mano a su nuca la cual queda muy pequeña en mi palma.
“El que se supone te cuide ¿Dónde está ahora? Mientras estos brazos te aprietan cada vez más, donde sabes que ruegas porque mis labios te vuelvan a besar”.
La veo comenzar a temblar sus pestañas, parpadeo y con total maldad una sonrisa comienza a formarse en sus labios.
“Creo que el que no quiere estar lejos de mi eres tú”.
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